La situación comenzó a agravarse con la confirmación de la llegada a Colombia de una nueva variante del COVID-19, virus causante de la pandemia que puso en jaque al mundo entre 2020 y 2021, cuyos efectos siguen sintiéndose años después. 

La Secretaría Distrital de Salud emitió un reporte sobre la situación la noche de este martes 9 de enero, advirtiendo que los casos de la enfermedad aumentaron un 23 por ciento en la última semana, probablemente después de las festividades decembrinas. 

Actualmente se habla de 256 casos activos, cifra que suena minúscula respecto a los niveles de la pandemia, pero que también es un subregistro viendo que en la ciudad de por sí hay una oleada de afecciones respiratorias que no se habrían contabilizado como casos activos. 

Sin embargo, lo que más preocupa son los datos de camas UCI y disponibilidad de las mismas, sobre todo aquellas equipadas para pacientes de COVID-19 en el sector público. Aunque indica que la ocupación se mantiene estable y el aumento de casos no se habría visto traducido en ello, los números muestran que hay poca capacidad y disponibilidad. 

En cuanto a Unidades de Cuidados Intensivos, señala que Bogotá cuenta con 1.200 de ellas y hay una ocupación del 79,7 por ciento. Sin embargo, del total de unidades solo 3,8 por ciento están equipadas para atender pacientes de COVID, y quedan muy pocas libres. En números concretos, son 45 y 38 están ocupadas. De ahí que el mensaje sea para reforzar las medidas de cuidado y evitar el contagio. 

La entidad sugiere extremar cuidados en la ciudad y recomienda el uso de tapabocas en personas con problemas inmunitarios y quienes frecuenten centros de salud y de cuidado de personas mayores, pero sobre todo a quienes tengan síntomas de enfermedades respiratorias para evitar la propagación de las mismas, sean COVID o no. 

(Pulzo) 


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