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La condena impuesta por la justicia británica a Richard Huckle, ciudadano británico acusado de abusar sexualmente de casi 220 menores en Malasia y Camboya, ha sido criticada este martes en los medios malayos. Según informa ‘The Telegraph’, el criminal fue condenado a 22 cadenas perpetuas que deberá cumplir al mismo tiempo, lo que significa que permanecerá al menos 23 años en prisión antes de que pueda ser considerada su libertad condicional. «191 niños víctimas, 22 malayos, 20.000 imágenes indecentes, 22 cadenas perpetuas pero… este monstruo podría estar fuera dentro de 24 años», publicó ‘The Star’, el diario de mayor circulación en Malasia.

 

La posibilidad de que Huckle pueda regresar a las calles preocupa en el país asiático, donde consideran que el pederasta debe ser castigado con mayor severidad, castrado e incluso ejecutado. «Mil años no serán suficientes», publicó en primera plana el rotativo local ‘New Straits Times’.

 

Sharmila Sekaran, portavoz de las víctimas de este país, considera que aún no se ha hecho justicia y aseveró que la sentencia debe ser más severa. «Es joven, ¿qué pasará si sale cuando tenga 50 años? ¿Puede un pedófilo cambiar?», agregó Sekaran. Por su parte, James Nayagam, presidente de la Sociedad Suriana de Bienestar del Niño, considera que en Malasia habría sido más difícil procesarlo y por tanto fue «una buena idea» el juicio en el Reino Unido. «Huckle era solo uno. ¿Cuántos más habrá por ahí?, se preguntó Nayagam.

 

Huckle fue detenido en 2014 por las autoridades del Reino Unido cuando se disponía a regresar a su país. Durante su detención, los agentes se incautaron de un ordenador portátil que contenía más de 20.000 fotografías y videos de sus víctimas y un libro de su autoría sobre la relación entre la pedofilia y la pobreza.

 

(RT)

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