El diario The New York Times ha provocado una gran controversia al acusar, aparentemente, al gobierno de Donald Trump de despilfarrar el dinero de los contribuyentes estadounidenses en la compra de costosas cortinas para el apartamento oficial de la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley, pese a que esa adquisición se realizó durante la administración Obama.

 

El 13 de septiembre el periódico publicó un artículo titulado ‘La vista de Nikki Haley de Nueva York no tiene precio, ¿sus cortinas? 52.701 dólares’. El texto señalaba que el Departamento de Estado gastó 29.900 dólares en la compra de las cortinas para el lujoso ático en el que reside Haley, ubicado en una zona exclusiva de Manhattan (Nueva York), mientras que los mecanismos para abrirlas automáticamente supusieron otros 22.801 dólares.

 

Los presidentes de Rusia y EE.UU., Vladímir Putin y Donald Trump, en Hamburgo, Alemania, 7 de julio de 2017.»¿Por qué solo oímos hablar de Trump y de Rusia en los medios de EE.UU.?»

 

La noticia desató la ira de los opositores de Trump, y el representante demócrata Ted Lieu incluso instó en las redes sociales al Comité de Asuntos Exteriores del Congreso a abrir una investigación contra el Departamento de Estado por sus gastos.

 

Sin embargo, pese a que las cortinas fueron instaladas recién el año pasado, fueron compradas durante el gobierno del expresidente Barack Obama. El artículo de The New York Times incluía declaraciones de un vocero de Nikki Haley explicando esa versión, pero el diario las citó casi al final del texto.

 

Muchas personas calificaron de parcial la manera en que estaba redactado el texto, y se desató una ola de críticas contra el diario. El senador republicano Marco Rubio escribió en su cuenta de Twitter que el titular del artículo es «completamente falso y engañoso», y acusó al rotativo de impulsar su propia agenda política.

 

Debido a la negativa reacción que tuvo la nota, The New York Times cambió el titular por otro más neutral y editó su contenido. Además en la cabecera del texto ahora aparece un mensaje en el que admite que «una versión anterior de este artículo y el titular crearon una impresión injusta sobre quién era responsable de la compra» de las lujosas cortinas.

 

(RT)