Científicos están estudiando unas ruinas antiguas cerca del río Jordán para determinar si podrían ser una prueba del Éxodo, la historia de la salida de los israelitas del antiguo Egipto descrita en la Biblia, que, según se cree, ocurrió hace 3.200 años.

 

Según la leyenda, Moisés liberó a los hebreos de la esclavitud en Egipto y los guió a través de la península del Sinaí, después de lo cual cruzaron el río Jordán, llegando a la tierra prometida de Canaán.

 

Sin embargo, hasta el momento no se han encontrado pruebas arqueológicas que confirmen la migración de los israelitas, y tampoco existen pruebas de las batallas que supuestamente mantuvieron con pobladores locales, ya sea en Jericó o en otras partes, indica Haaretz. De hecho, muchos especialistas están de acuerdo en que los hebreos eran un pueblo nativo de Canaán, una región antigua situada en las actuales Israel y Palestina.

 

Por una parte, esta falta de pruebas no es extraña, ya que los nómadas no construyen estructuras permanentes. La excepción son algunos pueblos de Oriente Medio, que dormían en tiendas de campaña pero sí construían vallas de piedra para su ganado. 

 

Este es precisamente el argumento que utilizan los especialistas con relación a un antiguo asentamiento llamado Khirbet el Mastarah, situado a 8 kilómetros al norte de Jericó (Cisjordania). Si los israelitas realmente construyeran esas estructuras, podrían haberlas hecho no para sí mismos, sino para sus animales, opina David Ben-Shlomo, catedrático de la Universidad de Ariel, quien está dirigiendo las excavaciones junto con Ralph K. Hawkins, de la Universidad Averett (Virginia, EEUU).

 

Este argumento podría, además, explicar la ausencia de señales de presencia humana en el interior de las estructuras de piedra. Se han hallado restos de cerámica fuera, pero esto no ayuda a datar el lugar, ya que podrían haber sido dejados allí más tarde, explica Ben-Shlomo.

 

Para datar el lugar y averiguar si las estructuras realmente servían como corrales para animales, muestras del suelo de Khirbet el Mastarah han sido enviadas para su análisis, cuyos resultados se esperan dentro de unos meses.

 

Otro factor que podría confirmar que se trata de una construcción de un pueblo nómada es su ubicación. Khirbet el Mastarah se encuentra aislado topográficamente, lejos de fuentes de agua y caminos importantes, por lo cual podría tratarse de una nueva población en la región que trataba de esconderse de pobladores locales hostiles.

 

Asimismo, las ruinas se encuentras en un lugar con condiciones climáticas adversas, lo cual también es más característico de asentamientos nómadas que de permanentes. Las temperaturas en la zona pueden alcanzar 45 °C en verano, y las precipitaciones anuales son de 1 centímetro. «El paisaje es árido la mayor parte del tiempo, e incluso en tiempos modernos la mayoría de la población aquí son beduinos», dice Ben-Shlomo, citado por Daily Mail. 

 

No obstante, uno de los problemas en asociar este asentamiento con el grupo supuestamente guiado por Moisés es que, a lo largo de los últimos dos milenios, miles de grupos nómadas han creado asentamientos en este territorio. «Muchos aspectos de la cultura material de diferentes grupos (digamos aquellos del este o del oeste del río Jordán) pueden ser muy similares o no suficientemente indicativos», comenta el arqueólogo.

 

«No hemos demostrado que estos campos son del período de los primeros israelitas, pero es posible», admite Ben-Shlomo. 

 

A continuación, los arqueólogos también planean realizar excavaciones en otro lugar cercano, llamado Uja el-Foqa, para determinar si podría estar relacionado con los asentamientos israelitas en la región.  

 

(RT)