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Para algunos las famosas “papitas fritas” de las grandes industrias de comida chatarra son solo una pequeña señal de transculturización, para otros un tanto más colonizados, son una delicia perfecta. Pero en cualquier de los casos, cabe la pregunta: ¿por qué desde que se corrió el rumor de que McDonald´s eliminaría este plato de su menú se armó una especie de revuelo en el país?

 

Fue el diario derechista “El Caraboneño”, conocido por su manipulación mediática, el que comenzó a regar la voz de desaparición de las papitas por culpa del Gobierno, amparado en una fuente anónima y eludiendo la ética.

 

Lo cierto, es que como dicen las abuelas “la mentira tiene patas cortas”. Una huelga de trabajadores portuarios en la costa Este de EE.UU. afectó la entrega de papas a los restaurantes McDonalds en Japón y pudo ser esta la razón de las “fallas” que presenta la cadena de comida chatarra más alienante del mundo.

 

Existe otra hipótesis: El diario Misión Verdad señala que a mediados de octubre de 2014 la prensa derechista (El Nacional, El Universal, etc.) de la mano con la gerente de mercadeo de McDonald’s Venezuela, María Mercedes Gaeta, promocionaban con alegría los nuevos “cambios”  de esta franquicia transnacional, que incluían dejar las famosas papitas, por yucas.

 

“Estos productos llegaron para quedarse. Será el comensal quién decida cuánto tiempo permanecerán en el menú”, señalaba la gerente en una oportunidad. Mientras, la periodista de El Universal, Giuliana Chiappe, agregaba: “McDonalds tiene ventajas a su favor: además de ser un producto autóctono, la yuca aporta menos calorías y más fibra”.

 

Además, la comunicadora también anunció que la idea de estos nuevos contornos es apuntar “a la venezolanidad en sus consumidores” y por eso empezaron a sembrar yuca en Bailadores, estado Mérida. ¿Entonces, no es el dinero lo primero?, ¿Ahora ya no quieren lo criollo? ¿Qué hay detrás de tanta mentira?

 

Todo esto se aclara, porque así como las “papitas fritas” no son la elección por gusto propio, sino por imposición de la industria cultural, el periodismo mediocre y colonizador engaña a los grandes pueblos que buscan ser libres, como el de Venezuela.

 

¿CUÁLES SON LOS VERDADEROS INGRENDIENTES DE LAS PAPITAS FRITAS DE MC DONALD’S?

 

La articulista Cristina Goyánes en la página web “Livestrong” presentó una investigación que a muchos les puede quitar las ganas de defender las fulanas papitas. Contó que el Dr. Christopher Ochner (investigador asociado en el Centro de Investigación del New York Obesity Nutrition Research Center en el St. Luke’s-Roosevelt Hospital Center) está muy familiarizado con el menú del McDonald´s y hace unos años Ochner, llevó a cabo su propia dieta experimental del estilo de «Super Size Me (Súper engórdame)» para demostrar cómo es que un ser puede autodestruirse nutricionalmente.

 

Todos los días durante dos meses, el famoso investigador,  comió en el restaurante de comida rápida McDonald´s como parte de un estudio. Sus resultados aún no han sido publicados, podrá imaginar su contenido.

 

Lo que sí se conoció es que la etiqueta nutricional de las papitas es de: 500 calorías, 25 gramos de grasa, 63 gramos de carbohidratos, 350 miligramos de sodio, 6 gramos de fibra, 6 gramos de proteína.

 

Entre los ingredientes que figuran en las papitas están:

 

– Aceite de canola: que según explica la articulista está cargado de calorías y por lo tanto logra que aumente de peso si consumes demasiado. Debido a que este tipo de aceite de canola es un poco más caro, Ochner apunta que McDonald probablemente utiliza menos del bueno y más de los otros, como el aceite de maíz y el aceite de soja.

 

– Aceite de soja hidrogenado: Guyanés acotó que cuando el aceite de soja regular pasa por un proceso de hidrogenación, sus grasas insaturadas se convierten en grasas saturadas, que a su vez hace que sea más fácil de cocinar y ayuda a la conservación del calor. La desventaja es que esta nueva grasa también se convierte en una grasa trans, las cuales han sido fuertemente ligadas a enfermedades cardíacas.

 

-Sabor de la carne natural: hace unos 50 años, McDonald´s cocinó sus papas en grasa de vaca. Cuando se cambió a una mezcla de aceite vegetal, no quería que las papas fritas perdieran su famoso sabor, por lo que optaron por dar sabor a carne natural a la mezcla, aseguró la articulista.

 

– ácido cítrico: Este es un conservante común, sin embargo, la autora señala que si recuerda el alarmante documental de Morgan Spurlock de 2004, «Super Size Me», podrá entender cómo es que las patatas fritas de McDonald pueden durar meses “sin descomponerse, sin dejar de lucir como si las hubieras comprado ayer”.

 

– TBHQ (terbutilhidroquinona): este conservante súper potente genera úlceras de estómago y daño al ADN.

 

– DEXTROSA, que en resumidas cuentas es azúcar

 

ÁCIDO DE SODIO PIROFOSFATO: otro conservante potente.

 

DIMETILPOLISILOXANO, que es un agente antiespumante. Extrañamente, esta silicona tiene un propósito: los fabricantes de McDonald´s probablemente añaden un poco de agua al hervir las papas antes de freírlas y congelarlas para su envío.

 

BOLIVIA PUDO

 

En 2011 Coca-Cola y MacDonald’s se fueron de Bolivia y no precisamente por una decisión gubernamental, sino porque el pueblo no se adaptó ni respondió a los patrones de consumos impuestos por estas corporaciones. Es decir, es la resistencia de la colectividad lo que marca la diferencia.

 

Bolivia es vivo ejemplo de que a pesar de que los medios de masas inyecten a diario la comida chatarra y todas sus miserias, cuando se crea conciencia colectiva no hay imposición que valga.

 

En el caso venezolano es más complejo, porque algunos ciudadanos desprecian los propio para aceptar lo ajeno. MacDonald’s en toda Europa inició el mismo plan que acá: “irse por lo autóctono, por lo criollo” y esa estrategia mercantilista funcionó, pero en el caso de nuestro país, que a pesar de dar grandes pasos revolucionarios, todavía quedan algunos discutiendo banalidades como las “papitas fritas”.

 

¿POR QUÉ PREFERIMOS LO AJENO?

 

Aunque la obesidad esté ganando la batalla, aunque la yuca o los plátanos sean deliciosos, aunque la comida “chatarra”  siga creciendo como vicio heredado, muchos continúan pidiendo sus papitas. Es simple, el asunto no son las papitas, es el trabajo de toda un industria que se dedica día a día a convencer al mundo que el consumismo no debe parar; es por ello que ciertas marcas están privilegiadas antes que otras y toda la emboscada se teje alrededor de los que como sumisos, se entregan a lo banal, que termina siendo lo complejo.

 

Estamos, sin duda, ante un panorama social que demanda conciencia. No se trata de las papitas, ni de que Wendys o Burger Kin  se burlen de  MacDonald’s por que se acabaron las papitas. Se trata de que las papitas, los llamados “refrescos”, la moda, los estereotipos de belleza y pare de contar son un conjunto de alienaciones que de seguir arrestándose, son pocos los cambios contundentes que se pueden defender. Las generaciones futuras esperan por este pueblo de Venezuela, que no se rinde, que no se cansa y que no se concentra en discutir por unas “papitas” fatales para el organismo.

 

 (LaIguana.TV)