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Franco, de 34 años, asegura que en los dos últimos años ha logrado perder casi 300 kilogramos, y en la actualidad su peso es de 304 kilos. «Después del accidente sufrido a los 17 años empecé a batallar para pararme porque ya estaba muy gordo. Pero el punto de quiebre llegó hace unos 8 años cuando ya quedé en coma porque no podía levantarme. Me levantaba y no podía caminar», recuerda Juan Pedro.

 

Este joven resalta que su obesidad se debe a una complicada enfermedad contra la que lleva luchando desde hace varios años. Como consecuencia de esa enfermedad Franco empezó a padecer de otras dolencias como la EPOC (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica), apnea del sueño, diabetes e hipertensión. Acudió a «muchísimos» especialistas y llegó un momento en que tomaba 60 pastillas y 50 unidades de insulina diarias, mientras su nivel de azúcar en la sangre estaba «descontrolada», por encima de 500 mg/dl.

 

Era «triste estar enclaustrado en un cama y perderme de muchas cosas, eventos familiares, celebraciones, etc.», recuerda. Para Juan Pedro el Récord Guinness que obtuvo como el hombre más obeso del mundo «no es un motivo de orgullo», aunque asegura que ese reconocimiento sirvió para tratar de concientizar a la población acerca de los riesgos del sobrepeso.

 

Su corazón se encontraba en el hombro

 

Por su parte, el cirujano bariatra José Antonio Castañeda, médico de Franco, dice que se quedó «sorprendido» la primera vez que lo vio, por sus «dimensiones, su estado de salud y por la cantidad de medicamento que tomaba».

 

El galeno incluso asegura que el paciente tenía el corazón a la altura del hombro debido al grado de obesidad. «Tenía una serie de enfermedades descontroladas, crónicas-agudizadas y en cualquier momento podía perder la vida. Ahora ese riesgo es menor», explica Castañeda.

 

Hasta el momento Franco se ha sometido a tres cirugías de alto riesgo, y comenta que tuvo que realizarse esas operaciones porque «no tenía otra salida». «Tenía dos opciones: o morirme o luchar por seguir adelante».

 

En la primera intervención quirúrgica se le realizó una manga gástrica, en la que se le recortó el 75-80% de estómago. Tras esa operación el paciente empezó a bajar de peso, y posteriormente se le realizó un bypass gástrico, que se trata de «reducir la capacidad gástrica y hacer un cortocircuito del intestino para que lo poco que iba a comer se malabsorbiera al pasar por el intestino», explicó el cirujano.

 

«Antes no se podía mover, pero ahora ya puede caminar»

 

Como resultado de esas dos intervenciones, en dos años Juan Pedro ha logrado bajar casi la mitad de su peso hasta los 304 actuales. «Antes era un paciente enfermo, ahora es un paciente estable. Antes no se podía mover, pero ahora ya puede caminar», afirma Castañeda.

 

El especialista además asegura que el caso de Franco es el primero en la historia, que un paciente con el mayor grado de obesidad se mantiene estable tras someterse a ese tipo tratamiento quirúrgico y que «tiene muchas posibilidades de salir adelante».

 

Recientemente el joven fue intervenido quirúrgicamente por tercera ocasión, en la que le modificaron la restricción gástrica con la finalidad de que pierda otros 100-150 kilos. El médico prevé que si se logra ese objetivo, se llegará a controlar la diabetes y la presión sin necesidad de medicamentos. Al respecto, Castañeda subrayó que en la actualidad Juan Pedro toma un máximo de 4 medicamentos diarios.

 

(RT)