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Nada de corazoncitos, maripositas revoloteando, obsequios, ni ángeles capaces de entrelazar a los enamorados con sus flechas. El origen del día de San Valentín tiene una raíz más bárbara y no como concebimos cada 14 de febrero.

 

Esta fiesta en honor a los enamorados se basa en las Lupercales, un festival de depravación y sexo salvaje que se llevaba a cabo en la Antigua Roma con varios objetivos. Entre ellos, lograr que los jóvenes se iniciaran en la sexualidad.

 

Según la teoría que apoya esta versión, la celebración era tan bárbara e imposible de erradicar que la Iglesia se vio obligada a sustituirla por el actual Día de los Enamorados en el siglo V.

 

Otras fuentes sostienen que el origen de la celebración está en otra fiesta pagana que se quería «cristianizar»: la que se hacía en honor de Juno Februata. En la Antigua Roma, existía la costumbre de honrar a esta deidad introduciendo los nombres de las jóvenes de la ciudad en una caja. Cada uno de ellos era extraído por un chico y la pareja resultante quedaba unida en el ámbito sexual. Nuevamente, lo pecaminoso de la celebración hizo que fuera modificada.

 

Así tenemos que la celebración de esta fecha para nada está emparentada con el amor romántico.

 

(LaIguana.TV)