Luego de dar varias vueltas y preguntar en varios puestos aledaños a la estación del Metro Capitolio, María decidió colocarse los brackets en plena calle con un improvisado “buhonero ortodoncista” a precio solidario, como decía el cartelito que la deslumbró. Las consecuencias de esta decisión las vería en poco tiempo cuando una terrible infección comprometió varias de sus piezas dentales y le desdibujó la sonrisa.

 

Aunque, el testimonio anterior parezca exagerado la “ortodoncia” callejera constituye una práctica ilegal que ha tomado auge en los últimos años en el país, con las terribles consecuencias para la salud dental que conlleva.

 

La psicóloga Inés González explica que muchos jóvenes piensan que poseer ortodoncia es un signo de estatus social, por lo que hay un componente de vanidad por un lado y por el otro surge la creatividad, el negocio fácil, aprovechamiento de las necesidades y/o deseos del cliente que aspira lucir coloridos brackets en sus dientes a bajo costo.

 

Más que moda es corrección. En opinión de la odontóloga Mariel Quevedo, la ortodoncia se encarga del estudio, prevención, diagnóstico y tratamiento de las anomalías de forma, posición, relación y función de las estructuras dentomaxilofaciales, mediante el uso de diferentes tipos de fuerzas.

 

Enfatizó que la ortodoncia más que una moda es un tratamiento correctivo que debe ser ejecutado por los especialistas en el área y no por los comerciantes informales, que no cuentan con la certificación, capacidad, instrumentos ni materiales y además trabajan en lugares que no poseen las condiciones de higiene para tratar la dentadura con malformaciones.

 

Como profesional de la odontología rechaza esta práctica porque considera que “los materiales usados son de baja calidad y aunque muchas personas acuden a la ortodoncia callejera por los bajos costos y por moda, también hay un factor de desconocimiento y falta de vigilancia por parte de las autoridades”.

 

Destacó que el tratamiento ortodóncico con brackets posee un protocolo médico, que incluye un estudio del estado de la salud bucal del paciente, limpieza dental y la realización de exámenes previos que incluyen impresiones, radiografía lateral de cráneo y radiografía panorámica.

 

Precisó que el estudio radiográfico es indispensable antes de comenzar un tratamiento de ortodoncia, pues permite tener una visión de la cavidad oral en su totalidad para así poder observar la posición exacta de las piezas dentales, detectar anomalías en las estructuras óseas e identificar caries o enfermedades periodontales, entre otras cosas.

 

Respecto a los planes de tratamiento varían de un sitio a otro y depende de cada paciente. No obstante, como punto de coincidencia después de colocados los brackets o retenedores por un especialista se recomienda: una buena higiene dental, dieta equilibrada que consiste en evitar los refrescos y dulces y acudir regularmente a las consultas con el ortodoncista.

 

Buhoneros ortodoncistas. Entre las esquinas de Bolsa a Mercaderes, muy cerca de la estación del Metro Capitolio, hay varios puestos callejeros que ofrecen los servicios de colocación de brackets o venta de los implementos para que la persona se los ponga cómodamente en su casa, previa explicación del buhonero ortodoncista. Esta situación se repite en otras zonas de Caracas y del interior del país.

 

En pleno centro de Caracas un joven promociona la colocación de los aparatos dentales a Bs.15.000 por punto y 12.000 en efectivo, mientras que los alambres tienen un costo de 4.000, en un proceso que dura 15 minutos. Igualmente, los que no deseen colocarse los aparatos en plena calle adquieren los implementos con las instrucciones del buhonero quien les aconseja que se los coloque un familiar o una amiga o amigo.

 

En un Centro Comercial en Capitolio existe un local que promociona la colocación de brackets con diseños coloridos a 23.900 y el control cada 15 días para el cambio de ligas cuesta 6.000.

 

El negocio de los brackets callejeros es un hecho público y notorio en cualquier concurrido sitio de las principales ciudades del país, donde los vendedores poseen cajas plásticas con divisiones repletas de alambres, ligas, figuritas de colores y pegas.

 

Responsables. En el blog del odontólogo Luis Marcano señala como principales responsables de la ortodoncia callejera a los vendedores ambulantes, que sin ninguna vergüenza decidieron hacer ejercicio de la odontología de manera ilegal, y sin ninguna consideración hacia todas las personas que afectan. Además a los vendedores y/o intermediarios: porque de algún lugar esos buhoneros están obteniendo los materiales que ponen en boca de las personas que se exponen. Asimismo, a quienes acuden a ellos: cuando vemos gente adulta haciéndose poner brackets por un vendedor ambulante observamos a personas que, por “moda”, hacen caso omiso del obvio peligro en el que están incurriendo. En el mismo sitio web, el ortodoncista Héctor Sánchez aconseja visitar la página de la Sociedad Venezolana de Ortodoncia para verificar dudas sobre la trayectoria de su odontólogo.

 

Riesgos

 

  • Aumenta el riesgo de desarrollar caries.

 

  • Riesgo de gingivitis y otras infecciones.

 

  • Problemas en la articulación temporomandibular que ocasiona dolor y dificultad para masticar.

 

  • Fractura o pérdida total de dientes.

 

  • Reabsorciones radiculares que resulta en una pérdida de dentina, cemento o hueso.

 

  • Quemaduras e intoxicaciones por uso de pegamentos comerciales.

 

  • Propicia enfermedades como sida, herpes, VPH, tuberculosis, hepatitis, entre otras.

 

  • Asimetrías faciales por los cambios patológicos en el hueso.

 

  • Daño al esmalte dental por el uso de pegamentos no recomendados para uso médico.

 

  • Neuralgias.

 

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