El grupo militares que decidió apoyar al autoproclamado “presidente encargado” de Venezuela, Juan Guaidó, el pasado 23 de febrero lo está pasando bastante mal en Colombia. Ninguna de las promesas hechas para que levantaran sus armas en contra del país han sido cumplidas.

 

Ahora, el Gobierno colombiano les otorgó un Permiso Especial de Permanencia (PEP), con lo cual no podrán optar a la condición de refugiados.

 

Con este PEP recibirán una ayuda para alquiler durante los próximos 6 meses y un aporte económico de 250 mil pesos mensuales, que en la realidad “ni los colombianos viven con eso”, aseguran. Además, les garantizan un permiso para trabajar en la ciudad de Cúcuta, que según el instituto de estadísticas de Colombia, es la segunda ciudad con el índice de desempleo más alto del vecino país.

 

«El 30 de abril los embarcaron en Altamira porque se vieron en nuestro espejo», dijeron los militares desertores en una reciente reunión realizada en Cúcuta. De esta manera, los exuniformados venezolanos se encuentras en el limbo, tuvieron que renunciar al tan prometido refugio y firmar una mínima ayuda.

 

(LaIguana.TV)