El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, fue acusado por un tribunal federal de Nueva York como conspirador en un caso de tráfico de drogas junto a su hermano, Antonio Hernández, otros funcionarios de gobierno, y el expresidente Porfirio Lobo.

 

Al respecto, el mandatario cuyas elecciones ganó en condiciones de dudosa legitimidad, y en un contexto sociopolítico de comunes protestas por alto índice de inseguridad y violación de derechos humanos que denuncian movimientos sociales, aseguró que tales acusaciones eran «perversas y falsas», y añadió que la denuncia obedece a un «ataque con un afán de venganza».

 

El mandatario, también conocido por la prensa como JOH, es acusado de recibir 1.5 millones de dólares para el financiamiento de sus campañas políticas.

 

Dada la polémica, el expresidente de Honduras, Manuel Zelaya, señaló que la Fiscalía de Nueva York dice que sectores del crimen organizado y de narco-políticos habrían conspirado para derrocarlo en 2009. Esto incluiría cúpulas del Partido Liberal, el Partido Nacional y militares con ayuda de la inteligencia estadounidense que siempre conocieron los nexos de Juan Orlando Hernández con el crimen organizado y ahora optan por involucrarlo directamente.

 

(LaIguana.TV)