La autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), organización que congrega a los principales partidos de la derecha nacional, rechazó el llamado a diálogo efectuado por la Comisión Presidencial para la Constituyente y decidió ratificar la agenda de acciones de calle que desde el mes de abril han derivado en focos de violencia en diversas ciudades del país.
Este lunes, mientras la Comisión Presidencial para la Constituyente y 18 partidos políticos de oposición sostuvieron una reunión para exponer sus divergencias e inquietudes sobre el mecanismo convocado por el presidente de la República, Nicolás Maduro, la MUD convocó a una movilización que, una vez más, fue desviada por sus principales dirigentes hacia el centro de Caracas, donde no cuentan con la permisología necesaria para desarrollar este tipo de manifestaciones.
El gobernador de Miranda, Henrique Capriles, el diputado Juan Requesens, y algunos voceros del partido de ultra derecha Voluntad Popular estuvieron en la autopista Francisco Fajardo de Caracas, a la altura de El Rosal, dando instrucciones a los grupos de encapuchados que posteriormente procedieron a enfrentar, con piedras botellas y objetos sólidos, a las fuerzas de seguridad que resguardaban el paso hacia el municipio Libertador.
Esta dinámica se ha repetido en la mayoría de concentraciones convocadas por la MUD: los grupos de choque de la derecha generan acciones violentas y se enfrentan a los organismos de seguridad del Estado, cuyas imágenes son usadas por medios privados para sustentar la narrativa internacional que asegura que el Gobierno venezolano reprime e imposibilita el desarrollo de «manifestaciones pacíficas» en el país.
Mientras esto ocurría, en el Palacio de Miraflores se desarrollaba el debate entre dirigentes de partidos de oposición y los integrantes de la Comisión Presidencial designada por el presidente Maduro, para sentar las bases de la Asamblea Nacional Constituyente, convocada para encontrar una salida democrática a la actual crisis política que vive el país.
(AVN)
