Aquiles Nazoa legó a  la ciencia una teoría de la pava o mabita. Su nombre deriva -precisa el poeta- de un ave nocturna (la pavita) que abundaba en el Ávila y al sobrevolar una casa con su canto melancólico, empavaba a esa familia. El mal se extendió a personas, cosas y costumbres. Entre estas últimas, Aquiles señala como pavosas calentar el café con una vela  o usar una brocha de afeitar para pintar los muebles. Lo pavoso forma parte de  la superstición dialéctica y la espiritualidad vernácula. Cuando escribía este mini-ensayo sobre la pava, yo no estaba pensando en la persona en la qué usted justo ahora está pensando.  Soy un científico, no un fisgón.

 

(Earle Herrera)