Según el portal y perfil de Twitter de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), esta organización ofrece asistencia humanitaria y de desarrollo en Sur América para enfrentar necesidades médicas, frenar la propagación de enfermedades infecciosas, y levantar la capacidad de otros países para responder a la crisis a largo plazo.

 

Lo que no informa, de manera bastante intencionada, es que esta institución financia a la oposición más reaccionaria al Gobierno Bolivariano. Con una cifra de 52 millones de dólares están financiado la gestión desestabilizadora de Juan Guaidó con fracciones divididas a la Asamblea Nacional, medios de comunicación y frentes organizados de la “sociedad civil”, según el administrador responsable, Mark Green.

 

De dicho monto de dinero, 19 millones de dólares son sólo para que “las fuerzas de Guaidó dispongan de comunicaciones seguras, dinero para gastos de viaje, capacitación en la preparación de presupuestos y otras herramientas para gobernar si logran desplazar a Maduro del poder”, informó un alto funcionario a The Associated Press (AP).

 

Intereses nada ocultos

 

En enero del año en curso, el secretario de Estado Mike Pompeo, anunció la autorización de 20 millones de dólares para financiar la presunta ayuda humanitaria que intentaron ingresar a Venezuela desde la ciudad colombiana de Cúcuta el pasado 23 de febrero. La cifra es una burla miserable si se compara con los 7 mil millones de dólares robados por el Departamento de Estado después de apropiarse de las refinerías de Citgo sólo unos días antes. Nada casual.

 

Fracturas de la oposición de Venezuela

 

Pese al dinero entregado por la USAID para oxigenar la misión de derrocar al presidente Nicolás Maduro por Juan Guaidó, la oposición no suma victorias en esta lucha y por el contrario, expone sus desacuerdos. Una parte ya está dialogando con el Gobierno Bolivariano mientras que otra se mantiene reacia gracias al dinero recibido desde Washington.

 

(LaIguana.TV)