Con la reciente designación del nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), encabezado por Indira Alfonzo Izaguirre, como su presidenta, Rafael Simón Jiménez, vicepresidente y los rectores principales, Tania D´Amelio, Gladys Gutiérrez y José Luis Gutiérrez, se cierra el ciclo iniciado por la doctora Tibisay Lucena.

La celebración de más de 20 elecciones en 20 años, colocan a Venezuela como uno de los países donde más se consulta al pueblo. En una oportunidad, Jimmy Carter dijo que el “sistema electoral venezolano es el mejor del mundo». Pero, ¿cuáles han sido los cambios? qué es lo más resaltante?

En este periodo, el país redujo la brecha entre los mayores de 18 años y los habilitados para votar. Para la consulta de la Asamblea Nacional Constituyente en 2017, Tibisay Lucena, señalaba que en los últimos 17 años, la brecha de excluidos del Registro Electoral, era apenas del de 1,7%. Es decir, que el 98% con edad para sufragar estaban en el Registro Electoral.

Desde el año 2006, el CNE avanzó en la automatización y diálogo permanente con los actores políticos. Se multiplicó el número de auditorías, antes, durante y posterior a cada evento. Las organizaciones tuvieron acceso a los procesos de revisión del software, sistema de votación, sistema biométrico, infraestructura, totalización entre otros.

Sobre el tema de la veeduría, el 26 de mayo de 2010, se publica la Resolución N- 100526-0123, que sustituye al Observador Internacional por la figura del Acompañante Internacional, manteniendo a las ONG dedicadas al trabajo de Observador Nacional. En la actualidad, el programa de Acompañamiento para cada elección ronda los 150 expertos, entre representantes de Asia, Europa, África, América Latina y el Caribe.

100% más centros de votación

Un elemento importante es el crecimiento de centros de votación. Por ejemplo; para el referéndum del año 2004, la infraestructura contaba con poco más de 8 mil centros y 12 mil mesas, dato que contrasta con los casi 14 mil centros y 39 mil mesas, habilitadas para para la elección presidencial del año 2012. El objetivo era descongestionar, y democratizar el voto.

Por otra parte, con la inclusión del sistema biométrico, se garantizó “un voto,  un elector”, acabando con la usurpación de identidad.

Voto = confianza

Se rompió con la vieja cultural del “acta mata voto”.

La confianza resultó ser sinónimo de participación. Datos revelan que en la consulta presidencial de 1998, la votación fue de 63%, en 2006 fue 74% y en el evento presidencial del año 2012, llegó al pico del 80% de los inscritos en el Registro Electoral. La seguridad en el voto se vio reflejada, no solo en los comicios presidenciales, sino en las consultas regionales de 2012 y 2017, donde sufragó el 53% y 61% del electorado, respectivamente.

Debate técnico vs. debate político

Hace algunos años, el expresidente de Brasil Luis Inácio Lula Da Silva dijo que Venezuela tiene “democracia en exceso” para referirse al número de elecciones. Sin embargo, los ataques al organismo comicial siempre han existido, basados en argumentos políticos y no técnicos.

Al respecto, Tibisay Lucena ha dicho que se “ha construido un sistema de garantías como ninguno en ninguna parte del mundo, y este es un hecho objetivo que puede ser chequeado”. Igualmente, durante su periodo como rector principal, Vicente Díaz señaló que es “imposible que en Venezuela haya fraude electoral”.

En Venezuela los actores políticos participan en cada una de las auditorías y revisiones al sistema de votación; donde se deja un acta de asistencia y firma avalando la transparencia. Vicente Bello, representante técnico de la oposición ante el CNE, ha manifestado que es imposible saber por quién votó un elector.

Sin embargo, y pese a ello, los ataques contra el CNE no han parado. Durante las llamadas “guarimbas”, el órgano comicial sufrió ataques en algunas de sus sedes.

Nuevo CNE

Con la designación del nuevo CNE, por parte del Tribunal Supremo de Justicia, ante la declarada “omisión inconstitucional”, las comisiones quedaron distribuidas de la siguiente forma: Indira Alfonzo Izaguirre, como presidenta de la Junta Nacional Electoral, Tania D´Amelio, presidenta de la Comisión de Registro Civil y Electoral, y Rafael Simón Jiménez, en la Comisión de Participación Política.

Retos y perspectivas

Desde el año 2013, la robustez y fortaleza del CNE se ha puesto a mayor prueba. Con la partida física del presidente Hugo Chávez, se convocó, organizó y celebró con éxito (en corto tiempo) una nueva elección presidencial. En el año 2017, y en medio de un clima de violencia política, se organizó la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, le siguieron las elecciones regionales y presidente de la República.

¿Qué pasará con la convocatoria de la elección parlamentaria?, ¿dan los tiempos?, ¿cuáles serán las garantías? El debate sobre la organización y éxito de la nueva consulta parecen convocar al acuerdo, en el buen sentido de la palabra, técnico y político. En lo político, por ser una solicitud de la oposición en la Mesa Nacional de Diálogo, tomando en cuenta que los periodos de los rectores no estaban vencidos, y en lo técnico, sobre las condiciones.

En  el año 2018, la empresa proveedora del software, Smartmatic, anuncia la ruptura definitiva de su alianza con el CNE, argumentando que ya no podían “garantizar la integridad del sistema y certificar los resultados”. Este hecho fue calificado por Tibisay Lucena  como una maniobra política, resaltando que “es una opinión sin precedentes en un proceso electoral, dichas declaraciones vienen en un contexto de agresión permanente al Poder Electoral venezolano”.

A inicios del año 2020, un ataque terrorista contra los galpones de la institución, ubicados en el estado Miranda, acabó con más de 49 mil máquinas de votación, sistema biométrico, boletas electrónicas y computadoras.

Tomando en cuenta que la Ley Orgánica de Procesos Electorales, señala que la convocatoria debe realizarse en un lapso no menor de 6 meses, la nueva directiva del ente debe definir cuál será el sistema de votación que se utilizará. ¿Qué pasará con los venezolanos que votan en el exterior?, ¿qué pasará con las organizaciones políticas que no lograron relegitimarse?, ¿se retomará el uso de la tinta indeleble?

Vale recordar, que fue justamente Smartmatic en el año 2004 la empresa que aportó el soporte técnico de automatización, iniciado en el año 1997, con la aprobación de la Ley Orgánica del Sufragio y ratificado con la Ley Orgánica de Procesos Electorales.

Lo más importante en este momento es definir la empresa que proporcionará el sistema de votación. ¿Será manual o 100% automatizado?, ¿será mixto?, ¿la contratación resultará afectada por las sanciones?

En cuanto al resto de los protocolos y aspectos logísticos, Venezuela cuenta con una amplia experiencia. No será la primera oportunidad que se pone a prueba la robustez del sistema electoral. Hoy sin duda, la confianza en CNE no es un acto de fe.

(Michel Caballero)