La sal está compuesta de alrededor de 40% de sodio y 60% de cloruro. Se usa comúnmente para agregar sabor a los alimentos o conservarlos.

El sodio es un mineral esencial para una función muscular y nerviosa óptima. Junto con el cloruro, también ayuda a su cuerpo a mantener un equilibrio adecuado de agua y minerales; sin embargo, a pesar de sus funciones esenciales, ingerir demasiada sal puede tener efectos desagradables, tanto a corto como a largo plazo.