En conversación con Miguel Ángel Pérez Pirela para Desde Donde Sea, el filósofo Ian Carlos Torres explicó lo innovador del pensamiento político del Libertador Simón Bolívar en su tiempo y argumentó el por qué sigue teniendo vigencia. 

Para Torres, «Bolívar, en su momento, es consciente que América Latina tenía que construir un Estado –incluso una sociedad, como se lo hubiera planteado Hobbes– a la venezolana», lo que implica que sabía que «no se podían trasplantar (…) las estructuras republicanas» surgidas en Europa o en los Estados Unidos, «a la Venezuela del siglo XIX que le tocó gobernar». 

Así, ilustró, en 1826, el Libertador explicaba que la razón por la cual existían los congresos bicamerales, era la disputa entre la nobleza (representada en la cámara de senadores) y el pueblo (con voz a través de la cámara de diputados).

«No podía partir de la realidad de las repúblicas o de las monarquías europeas, porque aquí nunca hubo monarquías. Veníamos de 300 años de colonia y pasamos directamente a un Estado democrático de ese momento, construido sobre la base de una realidad, de una libertad arrebatada por medio de las armas. No hubo monarquía, no hubo ese paso de la monarquía a la monarquía constitucional o a un Estado de democracia liberal, no lo hubo. Fueron 300 años de colonialismo», detalló el experto. 

Por tal motivo, en su criterio, Bolívar planteó una creación de «repúblicas a la bolivariana» sustentadas en el discernimiento de las ideas políticas que le eran contemporáneas y en sus propias en sus ideas, entre las que destaca, por su originalidad, el Poder Moral, en el que «incluye una realidad que no incluyó ninguno de los filósofos europeos», a saber, la educación.

Ian Carlos Torres, estima, asimismo, que la razón del Libertador para incluir la moral y la educación dentro de la estructura de los nacientes Estados, era que «veía en ese elemento humano, el elemento crucial para la regeneración de la sociedad y el replanteamiento de las estructuras de un Estado a la venezolana».

De allí que considere que «el Poder Moral (…) es quizá la estructura de poder más humanista que se ha planteado la Filosofía Política Moderna y que Venezuela la ha retomado en la contemporaneidad», puesto que al ser «una estructura pública anclada al Estado para la educación pública, gratuita y popular de todos los ciudadanos de una república», se contrapone, por ejemplo, al personalismo característico de las monarquías.

«Eso no lo pensó nunca ningún filósofo europeo», enfatizó. 

 (LaIguana.TV)