El exjefe de despacho de Juan Guaidó, Roberto Marrero, arribó este 7 de octubre al aeropuerto de Toluca (México), donde fue recibido por el Encargado de Negocios de la Embajada «Virtual» de Estados Unidos en Venezuela, con sede en Bogotá (Colombia), James Story, informó el portal especializado en periodismo de datos e investigación, La Tabla. 
 
Esa fuente refiere que la «sede diplomática» celebró la llegada de Marrero a México a través de sus redes sociales, en las que se hacen eco de la noticia falsa divulgada por el diario español El Mundo el pasado 1 de septiembre, cuando en una nota firmada por el periodista Daniel Lozano, se aseguró que el gobierno venezolano le había impedido abordar un vuelo con destino a Madrid al militante opositor, en clara violación a sus derechos fundamentales, toda vez que sobre él no pesaba medida cautelar alguna. 
 
Después de que fuera indultado por el presidente Nicolás Maduro el 31 de agosto pasado, al aliado de Juan Guaidó nada le impedía abandonar el país, salvo las limitaciones que impone la pandemia. 
 
En realidad, el 1 de octubre, el exjefe de despacho de Guaidó fue desalojado por la tripulación de un vuelo humanitario enviado por el gobierno español para repatriar a connacionales que se habían quedado varados en Venezuela debido a la pandemia, en virtud de que no posee la nacionalidad española e intentó colarse en el avión, lo que pudo comprobarse tras la difusión de un video grabado en el sitio. 
 
En el hilo divulgado en la cuenta de Twitter de la embajada estadounidense el 8 de octubre, se celebra la libertad de Roberto Marrero, mas se señala que «recuperar derechos constitucionales que le fueron arrebatados ilegalmente no debería ser aplaudido» y seguidamente se «hace un llamado» a Maduro » para que libere a los cientos de presos políticos que detiene arbitrariamente».
 
Además se mencionan las presuntas violaciones a los derechos humanos cometidas en Venezuela, aludiendo al políticamente motivado informe divulgado por la «Misión Internacional Independiente de determinación de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela», que fuera desmontado prolijamente por las autoridades venezolanas. 
 
En el trabajo periodístico de La Tabla, se da cuenta del «interés» de Estados Unidos y México sobre el «traslado de Marrero». Sobre este último país se destaca, además, que «el rol de México en torno al secretario de Guaidó ha sido excepcional».
 
En Washington se pronunciaron «dignatarios» como el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Eliot Engel (demócrata), y el senador por Florida, Rick Scott (republicano). «La preocupación sobre ‘la mano derecha’ es bipardista», subraya el medio.
 
En el traslado de Marrero a México, atendiendo a los agradecimientos que el político derechista ofreciera a través de Twitter, habrían participado cuatro funcionarios de la Cancillería de ese país: Efraín Guadarrama (director de mecanismos regionales americanos), Roberto Velasco, Luz Elena Baños (representante de la Organización de Estados Americanos) y el «encargado» de la Embajada de México en Venezuela, Mauricio Vizcaíno.
 
Guadarrama, en particular, mostró una postura muy beligerante en relación con el «caso Marrero», pues como respuesta al saludo enviado por el Comité de Asuntos Exteriores del Congreso estadounidense, precisó que «la posición de México en apego a sus principios constitucionales –de respeto, promoción y protección de los derechos humanos y de solución pacífica de controversias– permitió que, de forma pacífica y negociada, se lograra que Roberto Marrero se reuniera con su familia». 
 
Asimismo, cuando el venezolano fue indultado tras haber sido procesado por delitos de terrorismo, escribió: «Después de muchos esfuerzos, esta noche Roberto Marrero duerme en su casa. Buenas noticias en Venezuela».
 
Para cerrar, se puntualiza que el 30 de septiembre, Marrero fue obligado a bajar de un vuelo humanitario con destino a Madrid porque intentó «colarse» en él, mientras que el 6 de octubre, México apoyó a Venezuela en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y el 7 de octubre, Marrero llegó a México. 
 
Sin que se precisen otros datos, pero atendiendo a que Guadarrama indicó que Marrero había logrado reunirse con su familia –residenciada en Miami– tras un proceso de negociación y el respaldo mexicano a Venezuela en Ginebra, se deja abierta la puerta para interpretar que, posiblemente hubo una suerte de «intercambio»: Marrero por el voto en el Consejo de Derechos Humanos. 
 
(LaIguana.TV)