El esgrimista venezolano Rubén Limardo, ganador de una presea de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, habló con la agencia The Associated Press (AP) sobre su trabajo como repartidor de Uber en la localidad de Lodtz, Polonia, en donde reside con su esposa y dos hijos.

Limardo, quien clasificó en febrero para participar en la cita Olímpica de Tokio, repautada para el verano de 2021 por causa de la pandemia, ha tenido que combinar su duro entrenamiento como deportista de alta competencia con un empleo de repartidor. 

Su trabajo se hizo público, luego de que él mismo compartiera en su cuenta de Twitter una imagen acompañada del mensaje: «Si estás en Lodz y pides UberEats, es posible que tu comida la entregue un campeón que decidió no rendirse jamás».

La noticia fue ampliamente replicada por medios locales, muchos de los cuales se aprestaron a culpar al Gobierno venezolano de la situación económica del destacado atleta, empero, según le explicó a AP, la crisis económica derivada de la pandemia, mermó sus ingresos, que en mucho provienen de patrocinadores.

«No hay patrocinadores ahora porque no hay competencias, pero tengo que generar ingresos para mantener a mi familia», señaló Limardo, que vive en Polonia desde hace 19 años, país al que se mudó siendo aún un adolescente debido a su larga tradición en el esgrima.

Según la agencia, el esgrimista es contactado por sus clientes a través de su teléfono celular y hace unas 12 entregas por jornada y aunque es difícil que con la mascarilla puesta alguien pueda reconocerlo, eventualmente sucede y el admirador conversa un poco con él y le pide que se tome alguna fotografía para el recuerdo.

«Te admiro mucho porque las carreras de los deportistas no siempre son fáciles. Es notable que sigas luchando para conseguir lo que te propones», le dijo un hombre que recibió una entrega de McDonalds, cuyo testimonio recogió AP.

En su interacción con la prensa, Limardo dejó claro que no está pensando en el retiro y que aún sueña con colgarse otra presea olímpica, tanto por sí mismo, como por Venezuela.

«No quiero dejar el deporte, todavía tengo sueños por delante», aseguró.

De momento, tiene la esperanza de que las cosas «se arreglen pronto» en su natal Venezuela, de la que está completamente orgulloso.

«Dondequiera que vaya, levantaré la bandera al 100%, con mucho orgullo, con mucho ardor», remató.

(LaIguana.TV)