Como parte del análisis del complejo panorama sociopolítico peruano, el filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela, compartió con la audiencia de Desde Donde Sea, las razones que forzaron la salida de Manuel Merino, sustituto de Martín Vizcarra después de su destitución, tan solo cinco días después de haber sido designado por el Congreso. 

Pérez Pirela señaló que luego de hacerse efectiva la aprobación de la moción de vacancia en contra de Vizcarra, en las principales ciudades peruanas se desató una ola de protestas, que dejaron el saldo de dos personas fallecidas en la marcha nacional que se desarrolló el pasado 14 de noviembre. 

Los efectos de esta jornada represiva, apuntó el experto, no se hicieron esperar y «tras estos hechos, la junta portavoces del Congreso exhortó al presidente interino, Manuel Merino, a presentar su renuncia a la presidencia», pese a que solamente había ejercido el cargo durante cinco días. 

A Merino no le quedó otro remedio que acceder a la demanda del Congreso y además, deberá hacerle frente a la investigación que abrió la Fiscalía en su contra y en contra de su ex primer ministro, Antero Flores y el titular del Interior, Gastón Rodríguez, por los presuntos delitos de abuso de autoridad y homicidio doloso en agravio, añadió el también director de LaIguana.TV.

Así como la brevedad de su gobierno no fue impedimento para que Merino desatara una ola represiva en contra de los manifestantes que se oponían a su designación como presidente, tampoco lo fue para que él y su efímero gabinete otorgaran concesiones a trasnacionales en áreas estratégicas como telecomunicaciones, tecnología y minería. 

A este respecto, refirió que en apenas 24 horas de ejercicio, uno de sus ministros renovó la concesión de la española Telefónica por 20 años. 

Para el analista, esta situación no es sorprendente, pero sí vergonzosa, porque quienes conspiraron por sacar del juego a Vizcarra, aduciendo que era un corrupto –cosa de la que afirmó no tener «la menor duda»–, en un lapso brevísimo cometieron toda clase de abusos y desmanes.  

Esta situación, desde su punto de vista, se ve favorecida porque la Carta Magna vigente en Perú, fue promulgada durante un período de gran crispación política, en el que el fujimorismo y los militares gobernaban, y el grupo irregular Sendero Luminoso azotaba al país con atentados terroristas. 

Así, en virtud de las incuestionables contradicciones que caracterizan al régimen político vigente en Perú, considera que «la única solución plausible para la realidad, la explosiva realidad sociopolítica y económica peruana, es el inicio, difícil, arduo, de una constituyente«. 

(LaIguana.TV)