En ocasión de la polvareda que se levantó en las redes sociales a partir de unas declaraciones de la diseñadora venezolana Carolina Herrera, relacionadas sobre el cabello largo y el uso de bikini en mujeres mayores de 40 años, el portal venezolano especializado en periodismo de datos e investigación La Tabla, compartió detalles relativos a su relación comercial con Cecilia Matos, pareja del expresidente Carlos Andrés Pérez, quien fuera destituido por la justicia venezolana antes de concluir su segundo mandato, al comprobarse que incurrió en manejos dolosos de la cosa pública.

El medio especializado trajo de vuelta la comparecencia de Herrera ante tribunales de la ciudad de Nueva York en 1993, en el marco de la investigación por corrupción que adelantaba el Estado venezolano contra Pérez, concretamente en lo relativo a las cuentas mancomunadas Pérez-Matos.

La diseñadora de modas, entonces no tan famosa, fue increpada por un fiscal comisionado enviado por Venezuela a la Gran Manzana respecto de dos cheques del Republic National Bank de New York por 60.000 dólares estadounidenses cada uno, que Cecilia Matos, exsecretaria del Congreso de Venezuela y pareja de Pérez, emitió en marzo y noviembre de 1992 a su nombre, tras su negativa a acudir en tres oportunidades distintas a la interpelación solicitada por la subcomisión de Contraloría del Congreso, como consta en una nota publicada en el diario El Tiempo el 15 de octubre de 1993.

En el interrogatorio, Herrera admitió que había recibido el dinero y le restó importancia al hecho, aduciendo que «los dos cheques» correspondían a «préstamos personales» que le hiciera la señora Matos, que reconoció no haber pagado.

En su lugar, indicó que le había dejado en garantía un par de zarcillos, regalo de su esposo, puesto que se trataba de «algo entre amigas y mujeres» y no tenía «nada que ver con negocios», según consta en la transcripción recuperada por el medio venezolano.

La Tabla destaca que «en la investigación de las cuentas mancomunadas el objetivo era solo comprobar que el modo de vida de Cecilia Matos en Nueva York no era legítimo, pues ella había dicho que era empleada o tenía negocios con Carolina Herrera. Nunca se le vio como receptora de fondos ilegales».

Herrera también negó todo conocimiento acerca de la procedencia de los fondos que le permitirían a Cecilia Matos llevar un estilo de vida que ella describió como «medio alto» y reconoció que los miembros de la pareja Pérez-Matos habían sido sus clientes.

Empero, el portal especializado precisa que en 1992 –año en el que Matos otorgó los generosos préstamos a la diseñadora–, sus negocios «no eran tan estables» y que la firma comercial que la consolidaría como una de las grandes figuras de la alta costura, Carolina Herrera Ltd, fue inscrita en los registros estadounidenses en 1994, de acuerdo con los datos disponibles en Bloomberg.

«Si el dinero que le permitía vivir a Cecilia [Matos] en Nueva York en era de la corrupción, lo mismo aplicaría para el que entregó a Carolina Herrera», cuestiona el medio venezolano, toda vez que si bien el expresidente y su compañera sentimental ocuparon grandes titulares por su enriquecimiento ilícito e incluso Pérez fue despojado del cargo y sometido a arresto domiciliario, Herrera no corrió la misma suerte y escasamente alguna persona podría asociarla como beneficiaria de dineros provenientes de la corrupción.

Así, frente al «escándalo» actual, derivado de sus opiniones sobre la apariencia que han de tener, en su opinión, las mujeres mayores de 40 años, La Tabla ironizó que el ‘no jeans, no black, and definitely no bikinis’, admitía dos excepciones: el botox y la corrupción, pues la «crecidita» Herrera tenía más de 50 años cuando su «amiga» Cecilia Matos le prestó 120.000 dólares cuya procedencia era, cuando menos, muy dudosa.

(LaIguana.TV)