Aunque parezca increíble, Facebook, compañía que ejerce un monopolio en las plataformas de redes sociales, y la Organización de Estados Americanos (OEA), que desde su formación ha actuado en favor de los intereses estadounidenses, suscribieron un acuerdo con el que, aseguran, pretenden fortalecer la democracia y los derechos humanos en la región. 

A propósito del controversial anuncio, el filósofo, comunicador y analista político venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela presentó a la audiencia de Desde Donde Sea un recuento del prontuario reciente de las dos cuestionables instituciones, pues de una parte, la OEA ha promovido injerencias, bloqueos y golpes de Estado y, de otra, la compañía tecnológica estadounidense ha atentado contra la privacidad de sus usuarios, al vender sus datos al mejor postor e influir en los resultados electorales de muchos países, algunos de ellos ubicados en América Latina. 

Mientras Zuckerberg y Almagro se dan la mano, Bolivia rechaza categóricamente la injerencia de la OEA

En primer término, el experto refirió que el parlamento de Bolivia aprobó una declaración para rechazar la injerencia en su país del secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien cuestionó los procesos judiciales contra la exdictadora de Bolivia, Jeanine Áñez, por la violencia que se sucedió al golpe de Estado contra el expresidente Evo Morales en 2019.

Esto se sucede, destacó, a un reciente acuerdo entre ese organismo y Facebook relativo a normas electorales y derechos humanos, que fue rubricado por Almagro y por Nick Clegg, vicepresidente de asuntos globales y comunicaciones de Facebook.

Según sus firmantes, el acuerdo busca «promover la integridad electoral, los derechos humanos y la recuperación económica, y luchar por la libertad de información y comunicación», pero por encima de lo que se declara, genera suspicacias. 

De esta manera, el comunicador refirió que hay quien opina Zuckerberg estaría pretendiendo convertirse en una suerte de gobernante global y que inclusive dispone de suficiente capacidad para ejercer el poder. 

Sobre esto, Pérez Pirela recordó que el joven CEO tiene como antecedente el haber sido una de las piezas fundamentales en el bloqueo que los dueños de tecnológicas asentadas en Silicon Valley ejercieron contra el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo que representó una demostración de que, efectivamente, este pequeño grupo de dueños de empresas digitales tiene más poder que el presidente estadounidense. 

Nick Clegg, quien representó a Facebook en la firma del acuerdo, la plataforma ha trabajado en más de 200 votaciones alrededor del mundo desde 2017, muchas de ellas en América Latina y en relación con el punto, el analista acotó que el problema no es que «hayan trabajado en elecciones», sino lo que lo han hecho en función de sus intereses, tal y como lo ha hecho la OEA.

Relató, asimismo, que este plan se pondría en marcha a partir del desarrollo e implementación de proyectos conjuntos de investigación, programas de entrenamiento, capacitaciones y divulgación de estudios en áreas de interés mutuo de las dos instancias.

Empero, pese a las aparentes buenas intenciones, desde su punto de vista no pueden obviarse asuntos como la actuación del secretario de la OEA, Luis Almagro, quien -a propósito de los comicios presidenciales de 2019 en Bolivia- aseveró, sin pruebas, que hubo «manipulación dolosa e irregularidades graves», lo que se transformó en el detonante que puso en marcha un golpe de Estado y permitió que se instalara un gobierno de facto «represivo, terrorista y ladrón».

A ello se suma la reciente disputa entre la OEA y Bolivia, derivada de la detención preventiva de la exdictadora Jeanine Áñez. Concretamente, el organismo acusó al Gobierno boliviano de transformar «los mecanismos judiciales en instrumentos represivos del partido MAS y exigió la liberación de los presos», si bien la Cancillería boliviana aseguró que la organización ignora a las víctimas de violaciones de derechos humanos cometidas durante el gobierno de facto.

Pero estos no son los únicos casos. En razón de las protestas de 2019 en Chile, donde los Carabineros lesionaron gravemente a los manifestantes, la OEA condenó tibiamente los hechos, en lo que podría catalogarse de respaldo a la represión ejercida por el gobierno de corte pinochetista de Sebastián Piñera, una conducta que reiteró en ocasión de las manifestaciones que se produjeron en Ecuador el mismo año. 

Adicionalmente, mencionó Pérez Pirela, tampoco ofreció una respuesta adecuada a propósito del asesinato de George Floyd a manos de la policía en los Estados Unidos, puesto que se demoró diez días en emitir un pronunciamiento, pese a que el país ardía en protestas. 

«Desde su creación en 1948 para la toma de decisiones, el diálogo multilateral y la integración de América (según  reza su documento constitutivo) cada vez que se ha pedido una moción de la OEA, el organismo  ha decepcionado a las mayorías», añadió.

Por si ello no bastara, la OEA no ha hecho nada porque se levante el bloqueo que Estados Unidos impone sobre Cuba y tampoco movió ficha para revertir el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya en Honduras, sino que, antes bien, «facilitó la imposición de administraciones y fraudes electorales consecutivos que dejan un saldo de desidia y asesinato de líderes sociales y periodistas cada año».

La OEA bajo la lupa de México, Bolivia y Cuba

Miguel Ángel Pérez Pirela destacó que en el hemisferio, la OEA dista mucho de tenerlas todas consigo y sus actuaciones injerencistas en el caso boliviano han ocasionado reacciones de repudio por parte de gobiernos y organismos regionales. 

Es el caso del Parlamento Andino, comentó, que estima que la actuación del ente interamericano en Bolivia, «sienta un peligroso precedente para una organización creada con el propósito de buscar consenso, fomentar el diálogo interamericano y la solución pacífica de controversias en el continente».

Adicionalmente, en esa instancia se criticó a su secretario, Luis Almagro, «por sus excesos e intromisiones al proponer, entre otras cosas, crear una comisión internacional para investigar supuestas denuncias de corrupción y para reformar el sistema jurídico boliviano».

Desde la perspectiva del Parlamento Andino, la OEA debería «concentrar todos los esfuerzos en contribuir a una salida institucional de la crisis, con el debido respeto la autonomía de las instituciones nacionales y entregar todas las garantías necesarias para fomentar el diálogo político».

En función de lo anterior, el parlamento regional demandó el pronunciamiento de los Estados miembros de la OEA, en rechazo de «las directrices emanadas de su secretaría que ponen en riesgo la existencia de Estados independientes».

De su lado, los presidentes Andrés Manuel López Obrador (México) y Luis Arce (Bolivia)  llamaron a botón a la OEA y recordaron «el carácter exclusivamente técnico, objetivo e imparcial de las misiones de observación electoral de la OEA».

Este señalamiento, apuntó el comunicador venezolano, se explica porque en data reciente, en todos los países en los que la OEA ha enviado misiones de observación electoral, los comicios han estado revestidos de acusaciones infundadas, que en el peor caso –Bolivia– fueron causa eficiente para quiebres en la democracia. 

Tras la reunión que los mandatarios sostuvieron en la capital mexicana, ambos subrayaron que «dichas misiones deben ceñirse a los principios de no intervención, el respeto a la autodeterminación, el diálogo, la negociación, la búsqueda de consensos y la solución pacífica de controversias, considerando prioritaria la construcción de un multilateralismo que favorezca el bienestar de las personas y la dignidad de los pueblos». 

Coincidieron, además, en que la secretaría general de la OEA debe limitarse a actuar dentro de su propio marco institucional y en el rechazo sin cortapisas a injerencias en los asuntos internos de otros países. 

«Aún así estos Estados sí reconocen el proceso de investigación que lleva adelante el grupo interdisciplinario de expertos independientes en Bolivia sobre las masacres perpetradas por los golpistas entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de 2019 en las regiones de Senkata y Sacaba, entre otras represiones violentas», añadió el analista.

Por otro lado, pese a las protestas de algunos miembros del gobierno de Arce, de dirigentes del partido Movimiento al Socialismo e inclusive de un miembro del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Bolivia ratificó que la OEA enviaría una misión de observación para la segunda vuelta de las elecciones regionales, pautada para el venidero 11 de abril.

En el parecer de Pérez Pirela, por encima de lo que ha pretendido decirse, esto da cuenta de la fortaleza de la institucionalidad boliviana y de la independencia entre los poderes públicos, que pueden tomar sus decisiones, dejando de lado las demandas de miembros prominentes del gobierno. 

En este punto, estimó importante recuperar la tensa no-relación entre Cuba y la OEA y en este sentido mencionó que la semana pasada, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, catalogó como un «deprimente espectáculo de mentira» la audiencia pública organizada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (CIDH-OEA) de la que formaron parte opositores al gobierno de La Habana.

El mandatario también acusó a la CIDH de cooperar en «los intentos de enrarecer y paralizar cualquier acercamiento entre Cuba y Estados Unidos», que muchos prevén tras el arribo de Joe Biden a la presidencia de los Estados Unidos. 

Facebook: un prontuario espeluznante construido a pulso en pocos años

Pérez Pirela indicó que ni la OEA ni Facebook tienen moral para decir que velarán por la democracia y el correcto curso de procesos electorales, cuando una ‘fake news’ orquestada por la OEA desencadenó en un golpe de Estado en Bolivia a fines de 2019, tras el cual bolivianos fueron perseguidos y asesinados por las fuerzas de seguridad, el organismo y su secretario general no ofrecieron pruebas de sus acusaciones y respaldaron al gobierno de facto de Jeanine Áñez. 

Facebook está acaso menos a salvo. El CEO de la compañía, Mark Zuckerberg, se vio obligado a declarar ante el Congreso de los Estados Unidos por filtrar datos y violar la privacidad de 87 millones de usuarios, en lo que se conoció como el escándalo de Cambridge Analítica. 

Naciones Unidas también acusó a la red social de difundir mensajes de odio en Myanmar en 2017, a lo que Facebook se limitó a reconocer que no había hecho «lo suficiente» para evitar que su plataforma fuera utilizada para difundir mensajes de odio. 

Zuckerberg ha admitido que ha influido en procesos electorales en Estados Unidos, Colombia y Brasil, al punto de usar sus algoritmos para virar tendencias electorales a la derecha y favorecer la instalación de gobiernos «supremacistas y entregados a los intereses de las transnacionales», puntualizó el analista criollo.

De otra parte, está suficientemente comprobado que Facebook vende los datos de sus usuarios al mejor postor, pues son estos su materia prima, que los explota a través de la aplicación de técnicas de minería de datos que «representan una nueva forma de extractivismo, cuyas implicaciones la mayoría de gobiernos –muy especialmente de los países del Sur del mundo– desconocen o se sienten impotentes para prevenirlas», explicó.

En opinión de Pérez Pirela, Silicon Valley, donde tienen su sede la mayor parte de las llamadas ‘big tech’ estadounidenses, «estaría integrando la visión histórica promovida por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional», puesto que los datos están considerados en la actualidad un «insumo crítico» dentro del proceso de generación de riquezas, a la par de la tierra, el capital, el trabajo y el petróleo.

Una demostración de este valor estratégico se encontraría, desde su punto de vista, en que durante 2020, el primer año de pandemia, a contrapelo de muchas otras empresas, Facebook reportó beneficios de 29.246 millones de dólares, 58% más que lo informado el año anterior. 

Esto se explica porque «durante la pandemia la actividad de los usuarios dispararon un 22% de ingresos hasta los 85.965 millones de dólares», debidos, en su mayoría, «a la venta de espacios publicitarios en internet y servicios relacionados con esta actividad».

Además, la empresa cuenta con 2.800 millones de usuarios activos –quienes se conectan por lo menos una vez al mes–, lo que implica que una de cada tres personas en el mundo posee una cuenta en esta red social y la usa regularmente. 

Pero no todo son sonrisas para la compañía, pues la justicia estadounidense pisa los talones de Zuckerberg, a quien investiga por presuntamente haber adquirido ilegalmente otras redes como Instagram y WhatsApp con fines monopólicos, una práctica que, sin embargo, no es del todo despreciada en los Estados Unidos y, en ese orden de ideas, Pérez Pirela recordó los intentos fallidos del expresidente Donald Trump por forzar la venta de la red social china TikTok a empresarios estadounidenses.  

Los dividendos de la compañía provienen del pago en publicidad derivado del número de visitas que reciben los anuncios publicados en sus páginas, cuyo costo está localizado. De esta manera, refirió, lo que paga Facebook en Venezuela por un anuncio «es mucho más barato» que lo que le paga en países vecinos como Colombia o Brasil. 

De otra parte, es imposible ignorar el poder que tiene la empresa para bloquear cuentas y suspender publicaciones en el caso que contravengan sus intereses, amparándose en unas políticas de uso que, aunque presentadas como universales y correctas, son diseñadas para que la compañía no se vea perjudicada. 

Este poder de censura ha sido reconocido por Mark Zuckerberg y otros directivos de Facebook, quienes han admitido que tienen «demasiado poder» para censurar discursos políticos y promover objetivos partidistas y el caso más emblemático fue el bloqueo que le hicieran al expresidente Trump, en lo que muy obviamente representó un espaldarazo a los demócratas para que Biden llegara al poder. 

Frente a las críticas, aseveró Pérez Pirela, la compañía dijo que en su plataforma no se recomendarían grupos políticos, con el argumento de «bajar la temperatura y desalentar las conversaciones divisivas», aunque sean evidentes las simpatías de Zuckerberg por el nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, particularmente en lo tocante a temas de migración, clima y equidad racial. 

En Facebook se puede comprar hasta un pedazo del Amazonas

Facebook también ha permitido que en su plataforma se ofrezcan trozos de la Amazonía brasileña, que pueden encontrarse simplemente usando el servicio de anuncios clasificados o a través de Marketplace, un motor de búsqueda de mercancías. 

Para ilustrar, comunicador refirió que «hay parcelas de terreno de la Amazonía tan grandes como mil campos de fútbol que están siendo ofertadas a través del servicio de anuncios clasificados de Facebook y la herramienta de búsqueda Marketplace», una de sus fuentes para obtener ingresos por publicidad.

Frente a las denuncias, Facebook ha asegurado que no intervendrá individualmente para frenar la comercialización de tierras amazónicas, aunque estaría dispuesta a colaborar con las autoridades locales, si estas iniciaran una investigación. 

De esta manera, la red social funcionaría como «instrumento de marketing de una  actividad ilegal que solo beneficia a la industria ganadera y de alimentos de Brasil y  Francia».

Las «reglas secretas de Facebook reveladas por The Guardian

En una investigación periodística de The Guardian basada en un documento de unas 300 páginas con directrices de Facebook fechadas en diciembre de 2020 recuperada por Pérez Pirela a propósito del programa, se asevera que «estas orientaciones internas de Facebook permiten alabar a grupos de milicias violentas y masacres en ciertas situaciones, para poder funcionar en países con regímenes autocráticos, mientras que tolera llamamientos a la muerte de personas públicas».

Así, explicó, la plataforma se arroga el derecho de definir qué es un crimen. Reconoce como tales «robo y fraude, asesinato, vandalismo [y] tocamientos sexuales sin consentimiento», pero deja de lado «afirmaciones sobre la sexualidad, protestas pacíficas contra gobiernos o discusiones sobre acontecimientos históricos y temas controvertidos, como la religión».

De lo antes dicho se desprende que, con base en unas reglas morales opacas, definidas a priori por agentes ocultos orientados al gran capital, se consiente que usuarios alaben matanzas o las acciones de milicias que toman parte en conflictos civiles, siempre que no causen muertes en la población civil y el débil alegato que se ofrece en este caso es que «estos grupos armados a veces desempeñan un papel importante en la solución de conflictos y toman parte en negociaciones con las autoridades».

El diario destaca, asimismo, que «Facebook no prohíbe comentarios agresivos sobre personas prominentes e incluso llamamientos a su muerte» y sortea las críticas señalando que permite las «afirmaciones abusivas sobre las personas públicas», porque quiere promover la discusión, «que a menudo incluye comentarios críticos sobre la gente que aparece en las noticias».

Según la empresa, las personas famosas no pueden ser acosadas y por ello, afirma que en estos casos, sus equipos se encargan de eliminar aquellos ataques que se consideran «serios» y publicaciones en las que la persona famosa es etiquetada. 

Empero, para tener acceso a esta protección, las personas corrientes tienen que pagar por un servicio VIP, en el que se les garantiza la eliminación de contenido que pretenda «degradar o avergonzar», de manera tal que la protección de los usuarios depende de «los intereses y concesiones de la junta directiva de Facebook».

En Estados Unidos alertan que Facebook podría estar instigando «actos de violencia»

Para cerrar el historial negativo de Facebook, el analista venezolano comentó que el pasado 8 de marzo, congresistas estadounidenses alertaron que el modo como la red social presentaba anuncios de armas, «podría instigar actos de violencia».

La advertencia la hicieron 23 miembros de la bancada demócrata de la Cámara de Representantes, quienes solicitaron a Zuckerberg que explicara las prácticas publicitarias que sigue la compañía para mostrar anuncios de venta de armas y equipos de protección, pues estos suelen aparecer «junto a contenidos que llevaban a la desinformación sobre los procesos electorales» y a noticias relativas al asalto al Capitolio que protagonizaron seguidores del expresidente Donald Trump el 6 de enero. 

No obstante, también se hizo público que el CEO de Facebook «desea adelantarse y plegarse  a un proyecto de ley que regule a las redes sociales», en una alianza que a Pérez Pirela calificó de sospechosa, toda vez que el primero bloqueó a Trump para favorecer el triunfo de Biden y,por eso, los demócratas están en deuda con él. 

A modo de conclusión, Pérez Pirela se preguntó retóricamente si, una vez habiendo enumerado el prontuario reciente de la OEA y de Facebook, podía esperarse algo positivo para la región de esa unión estratégica entre esas dos instancias, que han suscrito con la excusa de fortalecer la democracia y los derechos humanos en la región. 

(LaIguana.TV)