Luego de conocerse los resultados electorales de la segunda vuelta en Ecuador, que otorgan la presidencia al banquero de derecha Guillermo Lasso, el politólogo Atilio Borón analizó los desafíos del pueblo ecuatoriano frente a un gobierno que afincaría las diferencias sociales en un país ya bastante golpeado por los efectos de la pandemia. 

El también sociólogo calificó el resultado como inesperado, dado que las encuestas hasta hace una semana daban a Andrés Arauz, el candidato por el correísmo, como el aventajado. «Nos acabamos de dar cuenta que tal vez hubo demasiados errores en estas encuestas», dijo, en entrevista para teleSUR desde Buenos Aires, Argentina. 

Otra de las posibilidades es que hubiera errores políticos o situaciones irregulares que hubieran hecho cambiar la opinión que, en un inicio, se había expresado en esas encuestas. 

En todo caso, analizó, «haciendo una simple aritmética electoral», la unión de los candidatos de derecha que no pasaron a la segunda vuelta y que le otorgaron sus puntos a Lasso, aunado a la tramoya mediática del impostor Carlos «Yaku» Pérez, quien se autodenominaba candidato del indigenismo, da como resultado el porcentaje que efectivamente obtuvo el candidato derechista y que lo puse este domingo 11 de abril en la silla presidencial, como sucesor del nefasto Lenín Moreno. 

Asimismo, Borón recordó que hace apenas unos días, organizaciones políticas con quien Arauz no logró llegar a un consenso durante la campaña llamaron a la población a ejercer el voto nulo, lo cual también influyó en los resultados finales. «Cuando se suman todos estos factores, más el ausentismo que fue un poco mayor de los normal, que se explica perfectamente por la pandemia, tenemos este resultado que se puede ver como un traspié que invita a una reconstrucción, de reorganización y de concientización política que va a ser necesario hacer». 

Sobre el nuevo presidente, Guillermo Lasso, el politólogo apuntó que durante el discurso, el derechista habló de 14 años de la Revolución Ciudadana, por lo que infirió que se estaría refiriendo a los 10 años del expresidente Rafael Correa pero también incluye los 4 años de Moreno, lo que estaría haciendo como un intento de deslindarse de la debacle económica, política y sanitaria de la que él mismo sería co-autor junto con Moreno. 

«No es un personaje nuevo en Ecuador», continuó sobre su análisis de Lasso, por lo que sus promesas de campaña así como las preocupaciones que manifestó durante su discurso como triunfador de las elecciones no se corresponden con sus acciones políticas antes de este día. 

«Lasso apoyó todas las políticas represivas de Lenín Moreno, de manera que el hecho de que aparezca ahora como una blanca paloma con la rama de olivo en el pico ofreciéndole toda su benevolencia a sus enemigos políticos (…) denota un discurso demagógico, que ha tratado de sacarse de encima la herencia que él tiene que asumir porque él ha sido co-gobierno junto con Lenín Moreno», fustigó Borón. 

Sobre el futuro del Ecuador, hizo énfasis en los grandes desafíos que tiene pendiente el Ecuador no solamente en materia sanitaria, económica y social, sino también también en carácter judicial, ya que «Ecuador es uno de los casos extremos de violación del Estado de Derecho y él (Lasso) ha sido cómplice e instigador de todo aquello». 

«En unos meses vamos a saber cuánto de real hay en este discurso y cuánto de marketing político», concluyó. 

En cuanto a los factores que favorecieron a Lasso, Borón enumeró en primer lugar al Consejo Nacional Electoral, que impusieron todos los obstáculos posibles a la candidatura correísta; en segundo lugar, Lasso tenía de su lado a lo que llamó «la oligarquía, la plutocracia, los banqueros, los grandes empresarios, los grandes exportadores, todo ese conglomerado fue absolutamente uniformizado en su apoyo a la candidatura de Lasso porque es uno de ellos»; y en tercer lugar el papel de los grandes medios de comunicación que hoy en día se han convertido -y es lamentable pero es la realidad- en uno de los principales obstáculos al avance de la democracia no solamente en América Latina sino en todo el mundo (…) y se ve en el poderío que han adquirido a partir del manejo de las nuevas técnicas, del nuevo marketing político, el papel de las redes sociales que también están controladas por estos grandes medios de comunicación y  la forma como manejan los algoritmos que permiten fragmentar sectores del electorado a los que se bombardea permanentemente con mensajes de todo tipo que lo inclinan en una determinada dirección». 

Esos tres factores, dijo el politólogo, aunado a la «satanización de la figura del expresidente Correa», concluyó, dieron a Lasso amplias ventajas sociopolíticas frente a Arauz. 

Comparó, asimismo, el triunfo de Lasso con el de Bolsonaro en Brasil, como candidaturas sostenidas por fenómenos psicosociales sostenidas por grandes mentiras que se creer mucho más que las verdades. En este sentido, explica el surgimiento de las fakes news, las posverdades y el impacto de las mismas en el electorado. Estas políticas, así como las de demonización de las figuras están en todos los manuales usados por el Departamento de Estado de EEUU, la CIA, el Pentágono y demás agencias norteamericanas para lidiar con los procesos progresistas. 

Borón también hizo referencia al fenómeno del «embrutecimiento de la opinión pública a nivel mundial», que se refiere a las campañas de descrédito y difamación en contra de determinados líderes o procesos políticos «que hacen que entonces el señor Lasso aparezca como el ejemplo de ilustración de la sobriedad, de la serenidad (…) mientras el otro personaje aparece como si estuviera poseído por el demonio». 

«Bajo estas condiciones tan adversas, Andrés Arauz hizo una gran elección (…) llegó al 48% de los votos teniendo en contra al Consejo Nacional Electoral, todos los grandes medios de comunicación, todos los factores de poder tradicionales y por supuesto teniendo en contra a la embajada de los Estados Unidos», concluyó. 

(LaIguana.TV)