El analista político y doctor en filosofía Miguel Ángel Pérez Pirela, con relación al llamado del excandidato correísta Andrés Arauz del «cese a la persecución política» recordó el «Caso Singue», por el que se le impusieron ocho años adicionales de presidio a Jorge Glas, así como para el exministro de Recursos Naturales no Renovables, Wilson Pastor, el exgerente de refinación de Petroecuador y el extitular de la cartera de Hidrocarburos, Carlos Pareja y para el empresario César Guerra. Tres personas más fueron condenadas a cuatro años de cárcel.

En una nueva edición de Desde Donde Sea, programa que transmite a través de medios digitales para LaIguana.TV, explicó que luego de 35 años de democracia formal, un representante orgánico del sector empresarial llegue al poder de forma directa, pero a diferencia de León Febres Cordero, cuyo triunfo en 1984 reinauguró el vetusto régimen oligárquico en pleno apogeo neoliberal, Lasso enfrenta una crisis múltiple de difícil resolución, porque tan solo la prolongación de la pandemia de COVID-19 implica un bloqueo político permanente.

Las respuestas que eventualmente tendrá el próximo gobierno, ya han sido anticipadas: «apertura a la inversión extranjera, quiebre del mercado interno, acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, potenciación del sector privado de la economía en desmedro del Estado, priorización de la minería metálica, flexibilización laboral –mucha gente desempleada–, profundización del modelo basado en la extracción de recursos naturales; es decir, el neoliberalismo en su forma más ruda», detalló.

Asimismo, sostuvo que la llegada a la presidencia de Lasso, no implica su llegada al poder, pues ya lo ejercía durante la presidencia de Lenín Moreno, mas las condiciones del país no son favorables para la aplicación de este paquete de medidas de corte fondomonetarista y tampoco es posible dejar de lado las protestas antigubernamentales de 2019 –que indirectamente alcanzaron a Lasso–, que dejaron en evidencia la persistencia de profundos problemas estructurales imposibles de resolver bajo enfoques liberales.

De otra parte, las demandas del movimiento indígena –creación de un Estado plurinacional– y de otros sectores de la población que exigen distintos derechos, aparecen en primera fila, por lo que en su criterio, Lasso está sentado sobre una bomba de tiempo.

En otro orden, el analista vaticina que el voto nulo promovido por Carlos «Yaku» Pérez ahora se transfigurará en un conflicto a futuro, tanto contra Lasso como con el correísmo, si bien no está claro si Arauz está dispuesto a permanecer en él.

Así las cosas, Pachakutik y Yaku Pérez se venden como una izquierda ‘cool’ promovida por George Soros en América Latina, la afamada tercera vía, con su lucha por la autonomía territorial de los pueblos y nacionalidades indígenas, las restricciones a la depredación de la naturaleza o la despenalización del aborto, por citar los más urgentes postulados en los que cualquiera que se llame de izquierda o progresista –aunque no lo sea–, no tiene permitido el cuestionamiento, pero cuyas formas de lucha o consecución no son explicadas transparentemente a la población y donde las ONG y las trasnacionales tienen más votos que el Estado Nación, una táctica a la que también habría apelado el propio Lasso, al mostrarse solidario con las adolescentes embarazadas y defensor de los movimientos LGBTI.

En desmedro de Ecuador, estos personajes pretenden presentarse más a la izquierda de lo que realmente son, al tiempo que el país debe cargar con las consecuencias de los fallidos cálculos políticos del expresidente Rafael Correa, quien después de haber desempeñado una gestión excelente, se limitó a pretender tener beligerancia dentro de la vida política del país, de la que voluntariamente se aisló, dejando como herencia a Lenín Moreno, que, a su vez, dejó como herencia al banquero Lasso, dijo Pérez Pirela para concluir.

(LaIguana.TV)