En su programa Desde Donde Sea, el filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela analizó el doble discurso del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en relación con el golpe de Estado en contra del presidente Evo Morales en Bolivia, puesto que con un cinismo sin límites, primero aseguró que no había habido tal golpe y, por otro lado, intentó presentarle como un cobarde, sosteniendo que él le había pedido que no renunciara, tal y como hizo el presidente Hugo Chávez en 2002.  

A estos efectos, Pérez Pirela recuperó el discurso que Almagro ofreciera ante la Asamblea de la OEA, en el que acusó a Evo Morales de pretender perpetrar un autogolpe de Estado por la vía del fraude electoral, en lugar de haber sido víctima de uno.  

«‘Que el Tribunal Electoral le adjudicara el triunfo en primera vuelta, era pretender perpetuarlo en el poder de forma ilegítima e inconstitucional, en una afrentosa violación a la Carta Democrática Interamericana; era quedarse en el poder, arrebatándolo en una de las peores formas: robándose una elección’; era robarle la soberanía al pueblo, a ese pueblo que le había dado más poder a Evo Morales que a nadie en la historia de Bolivia, a ese pueblo que creía en sus reformas sociales. Ese pueblo no merecía ser engañado de una manera tan afrentosa, mintió entonces sin inmutarse», recalcó el comunicador.

En esa misma intervención, celebró según él «el excepcional trabajo profesional» que realizara la Misión de Observación Electoral en Bolivia y destacó que «una argumentación hasta ahora irrefutable de los auditores en todos sus términos» ofrecía «evidencia de un fraude generalizado, prácticamente en todas las etapas del proceso electoral». 

Asimismo, sin rubor señaló que le llamaba la atención «que el señor Evo Morales llame al golpe «cívico-policial», a pesar de que una delegación acá, una delegación específicamente le cambió el nombre por ‘cívico-militar'», asegurando que no era lo que rezaba en su carta de renuncia, puesto que, en su opinión, el que dijera «cívico-policial», es indicio explícito de que las acciones del Ejército no fueron «lo determinante en su renuncia» y remató rescatando «el deseo de Evo Morales de contribuir a pacificar el país con su renuncia».  

«¿Qué ha hecho Latinoamérica para merecer un Almagro? Nosotros, que nos hemos dedicado durante años al estudio de la geoestrategia y de la Filosofía Política, nos resulta muy difícil entender cómo un pitufo de la historia, un enano de la ética como Almagro, puede seguir al frente de la OEA, terminando de desacreditar, terminando de destruir, terminando de acabar con lo poco que queda de la OEA», cuestionó Pérez Pirela. 

A su parecer, el «caradurismo» de Luis Almagro deja de lado que una solicitud de renuncia a un presidente por parte de las Fuerzas Armadas, en América Latina equivale ser obligado a renunciar, «so pena de masacres, desaparecidos, torturados, etcétera». 

El cruento proceder de Almagro le hizo cuestionarse si la OEA y él se atreverán a hacer en Perú lo que hicieron en Bolivia, pues dada la estrecha diferencia de votos que existe entre los candidatos y el hecho de que el tiempo transcurra sin que se anuncie un ganador, sirve la mesa para un golpe de Estado.  

Regresando al doble discurso del secretario general de la OEA, puntualizó que, tras el derrocamiento de Morales, concedió una entrevista al periodista Fernando del Rincón, en la que aseveró que el mandatario había huido de Bolivia y que él, antes que haber propiciado un golpe en su contra, le pidió que no renunciara, apelando a lo hecho por Chávez en 2002.  

El también director de LaIguana.TV recordó que cuando entrevistó a Morales, respetuosamente le preguntó que por qué, aún sabiendo el historial de desestabilizaciones de la OEA, la había dejado entrar a Bolivia.  «Evo Morales dijo, palabras más, palabras menos: ‘porque soy institucionalista’. Y con esa paciencia aymara, un año después, llegó el MAS al poder con Arce y allí sigue el pueblo boliviano», añadió.  

«La historia no absolverá a Evo Morales: ya la historia absolvió a Evo Morales como también lo hiciera con Hugo Chávez Frías y lo está haciendo con ‘Lula’ da Silva», sostuvo el analista. Empero, en su criterio, a Almagro no le espera el mismo destino porque «es un peligro para Latinoamérica» y difícilmente puede hallarse en los anales del continente «un personaje que se haya plegado de forma tan sumisa y esclava a los intereses de los Estados Unidos contra el pueblo latinoamericano, del cual él debería hacer parte, por ser uruguayo», dijo para concluir. 

(LaIguana.TV)