Según la Organización Mundial de Salud, la epidemia del coronavirus se inició a finales de 2019 en la ciudad china de Wuhan. Este hecho incentivó a algunos medios y políticos conservadores de EEUU a bautizar el SARS-CoV-2 como «el virus chino». Sin embargo, después de casi dos años de pandemia el verdadero origen del brote no está claro.
La comunidad científica internacional aún tiene muchas interrogantes por responder cuando se trata de la pandemia de coronavirus, pero si en algo coinciden los epidemiólogos de todo el mundo es el hecho de que el verdadero origen del SARS-CoV-2 sigue siendo desconocido.
Para la opinión pública internacional China fue el país que reportó la primera ola de casos de COVID-19 y eso inmediatamente convierte al país asiático en ‘el origen de nuestras desgracias’. Sin embargo, esta hipótesis aún no ha sido confirmada por los científicos y los esfuerzos para determinar el origen exacto del virus podrían tomar años.
En un mundo tan interconectado como el que vivimos es estadísticamente probable que el primer brote de SARS-CoV-2 haya surgido en otro lugar del mundo y haya llegado a Wuhan en el organismo de una o varias personas.
El Gobierno chino no ha apoyado o rechazado esta hipótesis de manera oficial. Sin embargo, varios funcionarios y medios de ese país apoyan abiertamente la versión de que el virus surgió en otro país. Algunos incluso han llegado a decir que el SARS-CoV-2 fue introducido en China por los soldados de EEUU que participaron en los Juegos Militares Mundiales celebrados en Wuhan en octubre de 2019.
«Es posible que el Ejército de Estados Unidos haya llevado el virus a Wuhan. Estados Unidos tiene que ser transparente y hacer públicas sus cifras. Estados Unidos nos debe una explicación», escribió Zhao Lijian, un vocero de la cancillería china, en su cuenta de Twitter en marzo de 2020.
El comentario de Zhao fue la respuesta a un video en el que el director del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU, Robert Redfield, admitía ante el Congreso que algunas muertes por influenza habían sido causadas en realidad por el coronavirus.
En esa oportunidad, el video de Redfield también fue publicado en Twitter por otros medios chinos, incluyendo a la cadena estatal CCTV y el periódico Global Times.
¿Los casos de Evali eran en realidad casos de COVID-19?
El 27 de julio la agencia de noticias china Xinhua reabrió el debate sobre el verdadero origen del coronavirus apuntado de nuevo hacia EEUU.
«Los investigadores han confirmado casos de #COVID19 mal diagnosticados como neumonía por cigarrillo electrónico (Evali). Estados Unidos debería revisar los registros clínicos de su brote de Evali en el otoño de 2019 para ver cuántos casos de Evali eran en realidad COVID-19”, dice el texto publicado por la agencia en su sitio web.
Evali es el acrónimo en inglés de ‘Lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos o vapeo’.
El artículo además incluye una imagen en la que se comparan las radiografías de dos pulmones acompañada de un texto que dice: «Una es neumonía causada por cigarrillo electrónico. Una es COVID-19. Pero ¿cuál es cuál?».
Sin embargo, el medio no ofrece más detalles sobre quiénes son los investigadores a los que se refiere.
El brote de Evali al que se refiere Xinhua surgió en EEUU en junio de 2019. El primer caso fue registrado en el estado de Wisconsin, según informó la revista Scientific America. Poco después, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades estaba recibiendo reportes de la misteriosa enfermedad provenientes de los 50 estados. Y para febrero de 2020, el número de casos ya había superado los 2.800 con 68 muertes.
En octubre de 2019 la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) determinó que los casos de Evali habían sido provocados por el acetato de vitamina E, una sustancia utilizada por los fabricantes de cigarrillos electrónicos para adulterar sus productos y aumentar los márgenes de ganancia.
Sin embargo, los síntomas respiratorios y los daños causados por Evali en los pulmones de las personas son muy similares a los que provoca el COVID-19, según revela un informe del American College of Chest Physicians (CHEST).
Ambas patologías se presentan con síntomas clínicos, valores de laboratorio e imágenes que se superponen, lo que dificulta su diagnóstico. Y este es el argumento del que se vale la agencia china de noticias para dejar entrever que los casos de neumonía por consumo de cigarrillo electrónico que se registraron en EEUU meses antes del inicio de la pandemia pudieron haber sido en realidad casos de COVID-19.
(Sputnik)