Los cuerpos sin vida de Marcos Alexander Reyes Labastida y Harol Canales fueron localizados tras desaparecer la tarde del domingo 24 de octubre en el río Caroní, en las inmediaciones de la represa Macagua, estado Bolívar, y después de caer de un bote artesanal.

El hallazgo lo realizaron integrantes de la Unidad de Rescate Acuático Caroní en un operativo conjunto con bomberos municipales, reseñó el diario Nueva Prensa de Guayana.

El medio precisó que uno de los cuerpos fue encontrado próximo a las Ruinas del Caroní y el otro en las cercanías del aeropuerto Macagua.

Aún se encuentran desaparecidos Domingo Antonio Labastida Santamaría, de 51 años, y Daniel González (47).

La fuerte corriente del río volteó la barca

Los hechos se desarrollaron cuando cinco pasajeros de una curiara se volcaron el pasado domingo en el río Caroní, en Puerto Ordaz, estado Bolívar. Se supo que hasta la fecha únicamente uno de los viajeros fue rescatado con vida por un ciudadano que transitaba por el lugar con un bote particular.

Refirieron que la embarcación partió de Toro Muerto, contiguo al embalse de Macagua, ubicado en Puerto Ordaz, sin embargo presumen que la fuerte corriente del río empujó la barca que la hizo girar.

Un sobreviviente contó lo vivido: decidir entre su vida y la de un compañero

Detallaron que Máximo González, de 37 años de edad, se registra hasta ahora como el único sobreviviente tras ser auxiliado por habitantes de la región quienes se movilizaban en otra  curiara.

El hombre después que recibió asistencia médica en el hospital Uyaparv se unió a las labores de búsqueda.

Aseguró que él y sus amigos retornaban de un terreno en el cual se dedican a sembrar verduras y que está situado en los alrededores de Ruinas del Castillo.

Explicó que la situación fue provocada por la corriente acrecentó y llevó al bote a rotar. Mencionó que pudo observar a Marcos Reyes nadar al otro lado del río y con él  Domingo Labastida.

Labastida intentó seguir nadando, pero se cansaba con frecuencia porque tenía una lesión en una de sus piernas. Entonces González lo arrastró consigo, nadaron juntos por al menos 40 minutos, hasta que González no pudo más con el cansancio”, narró.

Lo intenté, íbamos pidiéndole a Dios que nos ayudara, que nos diera una oportunidad. Domingo me decía que lo ayudara, que no lo dejara morir, pero yo no podía más, estaba pensando en mis hijos, si no lo soltaba, nos íbamos a ahogar los dos”, contó González.

Expresó que se vio obligado a soltar a su compañero. “Fue muy duro, sentí dolor, desesperación, impotencia, pero yo quería ver a mis hijos”, describió.

(LaIguana.TV)