La noche de este 21 de noviembre, a la espera de los resultados de las megaelecciones regionales y municipales, el intelectual venezolano Luis Britto García y el comunicador y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela conversaron sobre diversos temas relacionados con los comicios y el contexto en el que estos se producen.

Significado histórico de estas elecciones

Para Pérez Pirela, estas elecciones que se producen en un contexto de sanciones, bloqueos y persecuciones mediáticas sobre Venezuela, por lo que son un hito y un mensaje que se le da al mundo de que el país es capaz de dirigir su propio destino, sin interferencia de la Casa Blanca o ninguna otra potencia o institución supranacional.

De otra parte, Britto García resaltó que después de una política de abstención electoral, de terrorismo, de guarimbas, de delitos de odio,
la oposición ha entrado en razón y ha empezado a medirse en términos electorales, aún a pesar de que sus grandes triunfos políticos en las últimas dos décadas han tenido lugar en la arena electoral.

A modo de ejemplo refirió que quienes adversan al gobierno nacional gan obtenido el gobierno de más de la mitad de la capital, la gobernación del principal estado, en términos económicos (Zulia) y la mayoría en la Asamblea Nacional, lo que a su juicio constituye una prueba fehaciente de que nunca habido fraude electoral, pues de ser el caso, no se les habrían reconocido esos triunfos.

Además, resaltó que impera «reconocer los resultados, sean cuales sean», algo que el gobierno siempre ha hecho, aun en los casos en los que le han sido particularmente adversos.

¿Hay crecimiento económico en Venezuela?

Al ser inquirido por Pérez Pirela acerca del aparente crecimiento económico que se vive en el país, así como el viraje que puede apreciarse en algunas políticas gubernamentales hacia posiciones de negociación que otrora habían sido impensables, Britto García fue cauto y se abstuvo de ofrecer opiniones demasiado tajantes o definitivas.

En primer término hizo referencia a la ausencia de cifras oficiales, una práctica cuestionable, pues abre el compás para que factores de la oposición apelen a la «psicología del rumor» y posicionen su propio relato sobre el tema.

Por otro lado, este vacío también hace imposible saber si realmente se ha producido un crecimiento económico real. «¿Habrá crecimiento económico porque ciertos bienes suntuarios se están importando para una cierta élite? Yo no lo creo», cuestionó.

Así, el hecho de que ahora pululen bingos, casinos y otros garitos similares no significa en que el pueblo tiene más acceso a los alimentos o a otros insumos de primera necesidad, porque, además, es la gente común la que ha tenido que llevar el fardo más pesado, pues «ha visto pulverizado su salario mientras los precios se disparan».

En relación con el programa económico del Ejecutivo, surgido al calor de las medidas coercitivas unilaterales, avanzó que deberían mantenerse en agenda lo que en su día posicionara el expresidente Hugo Chávez: desarrollo de la industria, control del Estado sobre los servicios públicos y una economía capaz de proteger y mantener a los sectores económicamente más vulnerables.

Abstención y despolitización

A juicio de Luis Britto García, si el pueblo entiende que la votación conduce a resultados específicos, votará; si siente que no le harán caso, no votará. Por ello, añadió, vale la pena preguntarse qué pasará si el elector siente que su opinión no es tomada en cuenta.

Advirtió, asimismo, que «la declinación de la IV República fue anunciada por una declinación electoral» y en ese orden, está claro que el pueblo venezolano está dando un mensaje, que acaso no es del todo claro, pero es real.
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Así, ilustró, cuando en 2015 el pueblo tomó «la desastrosa decisión de entregar la Asamblea Nacional a la oposición», esto condujo a una catástrofe en los años sucesivos, donde se vieron toda clase de desmanes, como el llamado a una intervención extranjera, guarimbas, terrorismo, impunidad para todos los delitos cometidos por políticos opositores y otra larga ristra de nefastas consecuencias.

Paralelamente, aseguró, «el pueblo recapacitó» y nunca más volvió a otorgar la confianza a estos sectores, que lograron su posición gracias a que muchas personas identificadas con el bolivarianismo decidieron no votar, más que a un crecimiento del capital electoral de la oposición.

De otra parte, precisó que cuando los niveles de abstención son bajos, son indicio «de la buena salud del sistema político», mas si son altos, hay que preguntarse qué está pasando en la vida política.

Es imposible que se replique un escenario como el de Bolivia

Britto García sostiene que el golpe de Estado perpetrado contra Evo Morales en Bolivia fue la consecuencia de la actuación de un ente injerencista supranacional -la Organización de Estados Americanos (OEA)- y de unas Fuerzas Armadas que se plegaron a los intereses extranjeros, en lugar de reconocer la voluntad popular.

Por esas razones considera que es difícil que aquí suceda lo que sucedió en Bolivia, pues la OEA o cualquier otra institución enemiga del pueblo venezolano podrían decir lo que fuere y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana no permitirían esa injerencia.

Lo mismo vale para las misiones de observación electoral, incluyendo a la de la Unión Europea, pues a pesar de las pretendidas atribuciones que le otorgó el Alto Representante de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, no es su función «legitimar» procesos electorales en Venezuela, pues el país no «leigitima» elecciones de ningún país europeo y pide a cambio estricta reciprocidad.

«Legitimar o no sus procesos no es su función, si cediéramos esa posición, no seríamos soberanos», subrayó, de conformidad con lo que está establecido en la Carta de las Naciones Unidas y otros instrumentos del Derecho Internacional.

Venezuela es un país soberano, que se da sus propias leyes.. Eso consta en la Carta de las NU: ningún Estado puede interferir en los asuntos internos de otro.

(LaIguana.TV)