En opinión del analista político Carlos Santamaría, la eventual victoria de la candidata progresista Xiomara Castro de Zelaya en los comicios presidenciales de Honduras, es una «amenaza» para los intereses de Estados Unidos en el país centroamericano.  

«Realmente es una elección muy difícil, porque también desde el Norte, desde el régimen estadounidense están analizando lo que significaría que gane una persona progresista, de izquierda», aseguró el experto en una entrevista concedida a la cadena HispanTV este domingo 28 de noviembre.  

A su juicio, la reciente visita que hiciera Brian Nichols, diplomático al que Washington destacó para manejar sus relaciones con América Latina, se corresponde con una valoración desde el terreno lo que eventualmente «hay que hacer» si Castro se impone.  

Santamaría calificó como «delicado» que «varios candidatos oficialistas» sean personas a las que comprobadamente se les ha relacionado con la comisión de «crímenes», incluyendo al abanderado presidencial oficialista, Nasry Asfura, cuyo nombre figura en los Papeles de Pandora y que ha estado involucrado en escándalos de corrupción.  

Al ser consultado sobre la posibilidad de que el actual mandatario, Juan Orlando Hernández, sea investigado y eventualmente enjuiciado por sus vínculos directos con el narcotráfico, el analista avanzó que si el gobernante continúa al servicio de «los intereses foráneos, no le pasará nada».  

Antes bien, considera que la contramedida que se desarrollará en Honduras ante la eventual victoria de la candidata progresista, es «manejar el sistema jurídico de tal manera que permita que la gente que pueda servir para hacer una crisis interna», particularmente si la gestión avanza con éxito, inclusive a pesar de los severos problemas internos a los que tendrá que hacer frente, entre los que destacan «corrupción, impunidad, asesinatos, crimen organizado y, por sobre todo, una pobreza enorme». 

En esas condiciones vaticina que «el triunfo de sectores progresistas no es fácil de asumir por fuerzas violentas», al punto de que podría estarse fraguando un fraude electoral «no solo de muertos que votan, sino también del ‘software’ que se utiliza en las elecciones y que ha sido denunciado en numerosos países», indicó.  

Para concluir, resaltó que «los observadores son solo observadores y pueden dar impresiones. Lo delicado es el manejo de los votos y si hay trampas electorales que intenten hacer que este proceso de soberanía llegue realmente a la meta, que es independizar a este país de esos poderes extranjeros que lo tienen dominado».  

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(LaIguana.TV)