Un trabajo de investigación publicado por el portal estadounidense The Grey Zone dejó al descubierto que Craig Lang, un veterano estadounidense de la guerra en Afganistán, participó en el intento de invasión a Venezuela desde Cúcuta de febrero de 2019.

Siempre siguiendo esta versión, después de ser herido en el frente afgano y regresar a su casa para recibir atención médica, intentó asesinar a su esposa embarazada colocando minas terrestres en los alrededores de la vivienda porque esta le había sido infiel en su ausencia.

Por estos hechos, el veterano fue dado de baja en el Ejército y recibió una condena, que luego fue conmutada en breve presidio, bajo el alegato de que el organismo estaba al tanto de sus supuestos problemas mentales, si bien esto no significó que el exmilitar pasara algunos períodos en la cárcel antes de alistarse como «voluntario» en el 2015 para combatir en la guerra del Donbás.

The Gray Zone asevera que en ese lugar «se vinculó con su compañero veterano del ejército Alex Zwiefelhofere» y ambos se sumaron a las filas de la organización ultranacionalista Sector Derecho en el año 2015, para la que «Lang reclutó a decenas de combatientes de Occidente».

Asimismo, existen evidencias de que en 2016, el mercenario estaba en el este del Donbás, adscrito a la también organización extremista Legión Nacional de Georgia e incluso dio algunas entrevistas «en nombre de la unidad» a la que pertenecía.

Sin embargo, en 2017 el FBI y el Departamento de Justicia investigaron a Lang y a otros seis mercenarios estadounidenses bajo la sospecha de que habían «cometido o participado en torturas, tratos crueles o inhumanos o asesinatos de personas que no tomaron (o dejaron de tomar) parte activa en las hostilidades y (o) intencionalmente les infligió graves daños corporales».

Una filtración de la División Criminal de la Oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Justicia asegura que tanto Craig Lang como los otros indiciados «presuntamente tomaron a no combatientes como prisioneros, los golpearon con los puños, los patearon, los golpearon con un calcetín lleno de piedras y los mantuvieron bajo el agua».

Las fuentes oficiales estadounidenses señalan a Lang como «el principal instigador» de las torturas y especulan que «incluso pudo haber matado a algunos de ellos antes de enterrar sus cuerpos en tumbas sin nombre», crímenes que se asemejan a los denunciados por los habitantes de Donetsk y Lugansk por más de ocho años.

Las filtraciones también contienen al menos dos videos que se utilizaron para documentar el expediente. En uno de ellos, el mercenario golpea y tortura hasta la muerte a un lugareño; en el otro, golpea y ahoga a una niña, que previamente había recibido una inyección de adrenalina para que no perdiera el conocimiento tras haber sido torturada.

Aparentemente, el estancamiento del conflicto en el Donbás y su progresiva transformación en una guerra de baja intensidad, Lang y Zwiefelhofere decidieron abandonar a Ucrania y llegaron a Kenia para combatir contra un grupo fundamentalista islámico, pero las autoridades frenaron sus ambiciones y los enviaron de regreso a los Estados Unidos.

Una vez en su país, decidieron que el nuevo destino del dúo sería Venezuela, a donde viajarían para «derrocar a su gobierno socialista» y «matar comunistas», reseña la investigación de The Gray Zone. Empero, antes de eso tenían que buscar dinero.

Según la acusación formal del Departamento de Justicia citada por el medio, «para financiar su expedición y asegurar armas y municiones, la pareja publicó un anuncio en el que afirmaba que estaban vendiendo armas. Cuando una pareja de Florida respondió, viajaron al estado del sol y los asesinaron en su propia casa, robándoles 3000 dólares».

Meses más tarde, los implicados arribaron a Cúcuta y «se unieron a una banda de insurgentes que buscaban atacar al ejército venezolano». Con este dato, que fue corroborado con información oficial estadounidense, queda fuera de cuestión que ambos participaron en el intento de invasión a Venezuela desde Colombia perpetrado el 23 de febrero de 2019.

No está claro cómo lograron evadir la justicia y reaparecer en otro país, meses después de asesinar a dos personas. No obstante, la suerte de Zwiefelhofer se acabó cuando regresó a Estados Unidos tras el fracaso de la tentativa sediciosa, porque fue apresado de inmediato por las autoridades.

Lang, por su parte, se las arregló para que el FBI no lo contactara por su responsabilidad en los crímenes de Florida y tampoco por las acusaciones por crímenes de guerra en la ofensiva de las bandas neonazis en el Donbás durante el año 2015, pese a que tenía un expediente abierto por ese motivo.

Tampoco ha sido explicado por qué se le dejó abandonar territorio estadounidense y aún no ha sido capturado, a pesar de la orden de extradición que pende sobre su cabeza.

El abogado de Lang, Dmytro Morhun, le dijo al medio estadounidense Politico, que su cliente aparentemente había regresado «al campo de batalla». La publicación refirió que el mercenario se había alistado en «una brigada de voluntarios» cuyo nombre prefirió omitir y que había reaparecido en Twitter con una nueva cuenta «vistiendo un uniforme militar ucraniano y blandiendo un arma antitanque».

La investigación realizada por The Gray Zone apunta a que esa «brigada de voluntarios» sin nombre referida por Político no es otra que el Sector Derecho, con la que aparentemente habría torturado y asesinado a no combatientes en la zona del Donbás.

De acuerdo con este reporte, pareciera que la justicia estadounidense está dispuesta a mirar a otro lado, al menos por un tiempo, y dejar que Craig Lange continúe como mercenario del Sector Derecho, uno de los grupos paramilitares neonazis que actúan en el Donbás con la anuencia de Kiev y a los que se sindica de crímenes de guerra y limpieza étnica contra la población rusoparlante.

The Gray Zone precisa que antes de la guerra en Ucrania, eventualmente los medios estadounidenses daban cobertura a este caso, pero desde entonces el asunto «desapareció convenientemente» de los reflectores.

El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos reconoce que «es posible» que extremistas como Craig Lange «regresen al frente interno en poco tiempo, trayendo consigo una gran cantidad de tácticas de combate y nuevas conexiones con una red internacional de militantes fascistas y criminales de guerra».

(LaIguana.TV)