Este domingo se cumplen 60 años desde que se desató la crisis de los misiles de Cuba con la confrontación diplomática entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que puso a la humanidad al borde de un desastre nuclear global.

La fase aguda de aquel enfrentamiento se desarrolló entre el 16 y el 28 de octubre de 1962, por lo que en Cuba se conoce como la Crisis de Octubre.

Ahora, por primera vez desde entonces, múltiples políticos y analistas internacionales han vuelto a hablar de un conflicto nuclear como una posibilidad real en el marco de las tensiones actuales entre Rusia y Occidente debido a la situación en Ucrania. Incluso el presidente de EE.UU., Joe Biden, se refirió al respecto el pasado 6 de octubre, recordando la histórica confrontación.

«No nos hemos enfrentado a la perspectiva de un armagedón desde [la época del expresidente estadounidense John F.] Kennedy y la crisis de los misiles en Cuba […] Por primera vez, desde la crisis de los misiles de Cuba, tenemos una amenaza directa del uso de armas nucleares si, de hecho, las cosas continúan por el camino que han ido», advirtió el inquilino de la Casa Blanca.

El mensaje de Putin

Biden culpó a Rusia y a su presidente de la tensión agravada, aunque Vladímir Putin nunca habló de una amenaza directa que involucre el arsenal nuclear ruso. La frase que alarmó a muchos en Occidente fue la promesa, en el mensaje televisado el 21 de septiembre, de utilizar «todos los medios» a disposición de la nación para defender la integridad territorial y el pueblo ruso.

Por otra parte, varios políticos rusos efectivamente abordaron en sus comentarios la posibilidad del uso de las armas nucleares tácticas. Así, el expresidente y jefe adjunto del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, escribió que el país podría utilizarlas, pero solo «si es necesario» y en los casos que estipula la doctrina nuclear rusa. El 1 de octubre, uno de los líderes regionales, Ramzán Kadýrov, que encabeza la República de Chechenia, propuso utilizar el «armamento nuclear de pequeña potencia» contra las Fuerzas Armadas de Ucrania para frustrar la contraofensiva.

Sobre la advertencia de Putin, el profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Virginia (EE.UU.) y autor del libro ‘Armas Nucleares y Diplomacia Coercitiva’, Todd Sechser, analizó destacó que el presidente ruso «no dijo explícitamente» que podría usar armas nucleares. «Al mismo tiempo, no hay duda de lo que Putin quiere que el mundo piense cuando usa frases como ‘todos los medios a nuestra disposición'». Lo que el mandatario está buscando de esta manera — según Sechser—, es intimidar a Ucrania y Occidente «para que sean más cautelosos».

Sin embargo, el analista opina que Rusia efectivamente «podría atacar objetivos de liderazgo ucranianos, objetivos militares o incluso realizar un llamado ataque de ‘demostración’ en un área deshabitada». A continuación, el autor afirma que una sola ojiva nuclear táctica utilizada contra un objetivo militar lograría poco, y señala que «Rusia probablemente tendría que usar varias para lograr resultados significativos en el campo de batalla».

El análisis de Sechser tampoco descarta las posibles represalias por parte de EE.UU. y la OTAN con «ataques convencionales contra objetivos militares rusos, ya sea dentro de Rusia o en Ucrania».

¿Más peligroso que la crisis de los misiles?

En este sentido, el investigador aborda la lección histórica que se debería sacar de las décadas transcurridas desde la crisis de 1962. Así, destacó que «una y otra vez, los líderes desde Nikita Jruschov hasta Donald Trump han descubierto que no es tan simple» obtener «lo que quieren» amenazando con recurrir a las armas nucleares.

Por otra parte, el presidente del Comité de Servicios Armados del Senado de EE.UU., Jack Reed, también se hizo eco de las palabras de Biden. «Estamos en una situación que no hemos visto desde la crisis [de los misiles] cubana», comentó esta semana a Politico. A su vez, el exsubsecretario de Defensa estadounidense Andy Weber cree que el enfrentamiento actual «es más peligroso que la crisis cubana», porque las tensiones de 1962 no estuvieron acompañadas de una «guerra caliente».

En opinión del excanciller de Bolivia Fernando Huanacuni Mamani, el hegemonismo de Washington es el que causó tanto la crisis de 1962, como la actual. «EE.UU. está intentando, con el apoyo de armamentos que está dando a Ucrania, tensionar la situación en el mismo nivel que hubo durante la crisis de los misiles», afirmó.

Mientras, el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov también comparó la situación actual con el escenario de los años 60, al señalar que Washington no quiere tomar en cuenta las preocupaciones del Estado ruso sobre las amenazas a su seguridad.

«Hoy, igual que hace seis décadas, han surgido riesgos nucleares», sostuvo, y a continuación advirtió que «cuanto más EE.UU. se esté involucrando en el apoyo del régimen de Kiev en el campo de batalla, más se convierte en parte del enfrentamiento militar con Rusia, y por lo tanto, se arriesga a provocar un conflicto armado entre las principales potencias nucleares con consecuencias catastróficas».

Semejanzas y diferencias

El director del Centro para la Seguridad Internacional del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales (Rusia), Alexéi Arbátov, enumeró en una entrevista con el periódico Kommersant las semejanzas y diferencias entre la situación actual en Ucrania y la crisis de los misiles en Cuba. A su juicio, la primera similitud es precisamente el peligro del uso de armas nucleares.

«No diría que ahora estamos tan cerca» del borde de un conflicto nuclear, manifestó el experto, pero, «lamentablemente, todavía no hay movimiento en la dirección opuesta» como el que acabó con la crisis de 1962 entre Moscú y Washington.

«En el último momento, la URSS y EE.UU. lograron alejarse de la peligrosa línea. Lo que sucederá ahora no está claro», añade Arbátov. Asimismo, mencionó que el segundo rasgo similar sería la lucha por las áreas de influencia.

Sin embargo, el académico asegura que las diferencias entre 1962 y 2022 son mucho mayores. En primer lugar —menciona— en aquel entonces la URSS desplegó armas nucleares en Cuba y en mayor cantidad de la estimadas por los estadounidenses inicialmente. «Hoy no hay armas nucleares en territorio de Ucrania», enfatizó.

En segundo lugar, recuerda que la fase aguda de la crisis duró 13 días y solo murió una persona: el piloto de un avión de reconocimiento U-2 de EE.UU., Rudolf Anderson, derribado sobre la isla caribeña el 27 de octubre. Mientras, el conflicto actual ha durado más de siete meses y ha implicado la muerte de decenas de miles de personas.

Un tercer factor, según Arbátov, radica en que Washington tenía en la década de 1960 una superioridad nuclear significativa sobre la URSS. «Es decir, EE.UU. podría ganar una guerra nuclear, aunque con grandes pérdidas para todos los países de Eurasia y, probablemente, para la humanidad en conjunto», detalla el experto. «Ahora la situación es diferente» porque a nivel estratégico se ha establecido una firme paridad entre ambos países, mientras que a nivel táctico operativo a Rusia se le atribuye una ventaja significativa.

En cuarto lugar, no había un régimen de control de armas en el pasado. El inicio del proceso de desarrollo de acuerdos bilaterales y multilaterales en esta materia fue uno de los resultados de la crisis de aquel entonces. A pesar de la «erosión de una serie de acuerdos» en los últimos años, agrega el experto, el Tratado de Armas Estratégicas Ofensivas (START-3) se mantiene y las dos partes se muestran dispuestas a reanudar las negociaciones sobre una extensión y la estabilidad estratégica en general.

(RT)