La Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V) lanzó una campaña dirigida a recaudar 1.700 millones de dólares «para apoyar las necesidades actuales de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela y sus comunidades de acogida en 17 países de América Latina y el Caribe», según se lee en un comunicado publicado este jueves por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

«Los fondos estarán destinados a responder a esas necesidades humanitarias, complementando y apoyando los esfuerzos de los gobiernos de acogida, que son los principales responsables de la respuesta. A su vez promoverán la integración socioeconómica, mediante el acceso a oportunidades de empleo, educación y regularización, así como a programas de bienestar social para que puedan lograr estabilidad financiera y una integración efectiva que les permita alcanzar su pleno potencial y contribuir al desarrollo de los países que les han acogido con generosidad», reza parte del texto.

De acuerdo a la información que figura en su portal web, «la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V) está conformada por casi 200 organizaciones (incluyendo Agencias ONU, sociedad civil, organizaciones religiosas y ONGs, entre otras) que coordinan sus esfuerzos bajo el Plan de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela (RMRP por sus siglas en inglés) en 17 países de América Latina y el Caribe».

El conglomerado R4V, en el que figuran como codirectores la Acnur y la Oficina Internacional para las Migraciones (OIM), ha sido uno de los instrumentos empleados por el pretendido gobierno interino de Juan Guaidó para insistir en la matriz de la «emergencia humanitaria compleja» en Venezuela y para la recolección de fondos de «ayuda humanitaria» que escasamente han aliviado las necesidades de quienes abandonaron el país para asentarse en otras naciones.

Entre los alegatos ofrecidos por la Plataforma –que se atribuyen directamente a la Acnur y la OIM– se refieren las dificultades económicas y de integración que padecen «millones de personas refugiadas y migrantes venezolanas en la región», que incluyen problemas para conseguir un trabajo, acceder a servicios médicos y de educación, la xenofobia y la discriminación.

De acuerdo a sus cálculos «más de siete millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela han abandonado su país en busca de seguridad y estabilidad. La gran mayoría, casi seis millones de personas, viven en 17 países de América Latina y el Caribe».

Eduardo Stein, Representante Especial Conjunto de Acnur y OIM para los refugiados y migrantes venezolanos celebró los esfuerzos de los territorios de acogida y achacó el estatus de precariedad de esta población al «aumento del costo de vida, resultante de los impactos persistentes de la COVID-19», traducido en «alto desempleo y bajos salarios».

La R4V aseguró que la crisis económica global «junto con el carácter prolongado de esta emergencia, han desviado la atención del mundo hacia otros lugares», antes de precisar que «solo se ha recibido una cuarta parte de los fondos necesarios, lo que ha obligado a reducir los programas para salvar vidas en toda la región y ha puesto a muchos venezolanos al borde del abismo».

(LaIguana.TV)