Inyecciones de realidad. Ese era el medicamento que prescribía Tibisay Lucena, en sus tiempos de presidenta del Consejo Nacional Electoral, para curar los males causados por los virus que durante años le han inoculado a la opinión pública contra el sistema de votación venezolano. 

“La verdad es muy poderosa. A ti te pueden convencer de que esta taza está rota, que si sirves café en ella se te botará, pero si yo te dejo ver la taza, si te permito tocarla, hacer la prueba, tarde o temprano te convencerás de que te estaban engañando”, aseguraba Lucena en el comienzo de la semana crucial del año político 2015, horas antes de las elecciones que, a la postre, ganaría ampliamente la oposición 

En esa oportunidad, recibió a LaIguana.TV en su despacho del Centro Simón Bolívar, mientras en toda la sede del organismo bullía la febril actividad de la cuenta regresiva. 

La primera pregunta de ese diálogo fue si desde el punto de vista psicológico, estaba preparada para cantar el resultado, sea cual fuera este. “Sí, absolutamente –respondió con ese aplomo que tanto perturbaba a sus odiadores-. Yo, cuando doy los resultados, estoy segura de que eso fue lo que el pueblo decidió”. 

Y así fue: el siguiente domingo, contra todos los malos augurios de la perversa maquinaria mediática, fue la rectora Lucena quien informó al país que la opositora Mesa de la Unidad Democrática había arrasado en las elecciones parlamentarias. Muchos se quedaron con las ganas de que ella anunciara un resultado distinto al expresado por la mayoría, y entonces cantar fraude. 

Hoy, cuando la exrectora electoral y ministra del Poder Popular para la Educación Universitaria ha fallecido, es oportuno recordar cómo se comportó ella en momentos cruciales de la historia política del país y cuán equivocados (dolosa o culposamente) estaban sus detractores. 

Procesos intensos y vehementes

De acuerdo a lo que respondió en esa entrevista, ella logró acostumbrarse a lo que identificó como dos de las características comunes de nuestros procesos electorales: la intensidad y la vehemencia. 

“Nos hemos acostumbrado a tener procesos electorales muy intensos. Recordemos las megaelecciones del 2000, que tuvieron un ambiente muy movido; o el referendo revocatorio de 2004, cuando alguna gente decía que se podía cortar el aire con un cuchillo, de lo denso que estaba; también en el referendo constitucional de 2007 hubo mucha conflictividad. Parece que así son nuestras campañas electorales: intensas y vehementes. Esta no es distinta, ha sido también intensa y vehemente, pero lo único preocupante es la campaña que se ha desarrollado en contra el proceso electoral, de amedrentamiento contra las electoras y los electores, de rumores sobre suspensión de las elecciones, de matrices falsas, de ataques contra la institucionalidad. Eso sí ha estado más subido de tono”, comentó. 

Le preguntamos entonces qué tendría que ocurrir para que los procesos electorales fueran “creíbles”, según la visión de los opositores locales y externos. Ella contestó con una dura recriminación al papel cumplido por la maquinaria mediática global y nacional. “Lo que tendría que pasar es que se hiciera un periodismo con ética, que los medios de comunicación se pusieran al servicio de la verdad y del público, que no sigan confeccionando falsas realidades que, incluso, han llevado a los países a situaciones de violencia y de guerra. Eso es algo que debería estudiarse, la forma de revertir eso. Personalmente creo que contra esas campañas mediáticas, sobre las cuales no tenemos control, lo que podemos hacer es inyecciones de realidad, y eso es lo que nos hemos empeñado en hacer. Creemos que la verdad es muy poderosa, de manera que cuando se publican falsedades, nosotros respondemos con la realidad. Cuando desinflamos los globos de la mentira, le abrimos la conciencia a la gente. Yo creo que de la conciencia no hay vuelta atrás”. 

También respondió al empeño de Estados Unidos y los países de la Unión Europea de tutelar los procesos electorales venezolanos. “Si hablamos de la región latinoamericana, tenemos que Brasil no acepta observación internacional; Uruguay la prohíbe expresamente; en Chile no hay ni observación ni acompañamiento; en Argentina hay invitados… Por supuesto, en Estados Unidos y Canadá, olvídate, allí nadie se puede meter. Lo mismo pasa con los países de Europa: ninguno acepta que lo supervisen. Yo he insistido muchas veces en que Venezuela podría, en reciprocidad, aceptar una misión de la Unión Europea, cuando la Unión Europea admita en sus países miembros una misión venezolana con los mismos alcances y prerrogativas. Pero ellos no aceptan ese tipo de misiones y hasta se sorprenden de que se lo planteemos. Su actitud es de extrañeza porque se preguntan qué podemos ir a supervisar nosotros allá, en países que son adalides de la democracia”, dijo con un característico dejo de ironía. 

En torno a los ataques de ansiedad que solían darle a los partidos y medios de comunicación opositores por la supuesta tardanza en la divulgación de resultados, Lucena expresó esto: 

“Venezuela es el único país en esta parte del mundo que da resultados oficiales el mismo día de las elecciones. Si vemos con cuidado lo que ha pasado en Argentina (año 2015), los resultados oficiales aún están pendientes, pues la Cámara Nacional Electoral está todavía contando los votos. En algunos países, ese proceso tarda un mes o más. En Venezuela, dos o tres horas después del cierre de una consulta electoral, damos los resultados definitivos, no basados en actas ni en proyecciones, sino de la totalización de todas las voluntades expresadas en cada voto. E inmediatamente, la gente puede ver los resultados hasta mesa por mesa, en la página web del CNE”. 

Otra pregunta de aquella primera entrevista de la rectora con LaIguana.TV fue en torno a los ataques despiadados que ella había sufrido en términos personales y apoyados en sus ya muy graves problemas de salud. “Así como tengo inyecciones de realidad contra las falsedades y las matrices mediáticas, así también tengo inyecciones de amor que vienen de mi familia, mis amigas y amigos, mi círculo cercano y también gente que no es tan cercana, pero que manifiesta su afecto y su solidaridad. Eso te ayuda mucho, es muy importante. No puedo decir que ha sido fácil, sobre todo porque las agresiones, que a veces llegan hasta mi propia residencia, tocan a los jóvenes de la familia, y para ellos es más difícil de comprender todo esto. El amor de la familia te blinda contra toda la miseria y la maldad humana. Yo tengo a mis hermanas, mi hijo, mis sobrinas, mis sobrinos-nietos, tengo una vida familiar muy rica e intensa, la familia es todo para mí”. 

Tres años después de ese primer diálogo, la rectora Lucena concedió una nueva entrevista a LaIguana.TV, esta vez divulgada en video a través del canal Youtube. Fue unos días antes de las elecciones presidenciales y de consejos legislativos de mayo de 2018.  

En esa ocasión ratificó que el CNE daría oportunamente los resultados que fueran reflejo de la voluntad de la mayoría del electorado y aseguró que nada en relación con el proceso electoral le quitaba el sueño. “Esta es la elección número 23 que organizamos en el Consejo Nacional Electoral y en cada una de las anteriores hemos adquirido un aprendizaje. Como dice el dicho: ‘la experiencia hace la diferencia’”.  

En esa coyuntura, hizo un comentario sobre la parte de la oposición que escogió abstenerse. “Todas sus argumentaciones son políticas. Vienen de sus intereses políticos, de lo que ellos consideran que es lo mejor en ese sentido, y que no necesariamente es lo mejor para el país porque están negando un evento electoral que es la solución por la vía pacífica, cívica y democrática de las diferencias que existen. Son, entonces, argumentaciones políticas no positivas, por decir lo menos”. 

En cuanto al segmento opositor que sí participó en esos comicios, dijo: “Ellos siempre tienen requerimientos, solicitudes, observaciones y críticas. Eso es natural y lógico, y nosotros en el Consejo, con una gran seriedad, los vamos atendiendo a todos. Nos han solicitado mejoras en las garantías, nos han pedido ampliar determinadas auditorías y las hemos ampliado. Lo que destacamos por encima de todo es el respeto con que estas organizaciones políticas están llevando la relación con el Consejo. Sin renunciar a sus petitorios, a lo que ellos quieren, a las críticas que tienen, estas han sido hechas siempre en un ambiente de gran respeto”. 

Al finalizar esa entrevista de 2018, volvimos a la pregunta inicial de la primera, la de 2015: si estaba preparada para dar el resultado fuera cual fuera.  

“Siempre. El Consejo Nacional Electoral no tiene dudas. Siempre está preparado para dar el resultado electoral como fiel cumplimiento de la voluntad soberana de las venezolanas y los venezolanos. No es un hecho retórico, no es una argumentación ante un periodista, sino que lo hemos demostrado al país una y otra vez a lo largo de todos estos años”, respondió. 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)