En una nueva entrega de Entre Líneas entramos en detalle en el ejercicio gubernamental y perfil político de a quien CNN y cadenas siamesas de comunicación no dudan en tildar de ser el “último dictador de Europa”: el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko.

Décadas en el punto de mira

Desde su conformación como república, Bielorrusia padeció la obsolescencia de su estructura económica del país, heredada casi intacta de los tiempos soviéticos pero precarizada por sanciones impuestas por la Unión Europea y EEUU (por denuncias sobre prisioneros políticos y sobre violaciones de los derechos humanos y de los principios democráticos), nada nuevo. Las sanciones fueron tan rígidas que durante años dificultaron el acceso de Bielorrusia al mercado crediticio internacional, soportando unos costes de financiación entre los más altos del mundo.

Partiendo de ese punto se hizo determinante el afianzamiento de una estrecha relación con la economía rusa, con Vladirmir Putin y Aleksandr Lukashenko a la cabeza de ambos países. Esta alianza ha posibilitado a Bielorrusia mantener unos importantes niveles de crecimiento y de paz social, aun en medio y tras la aguda crisis de la economía rusa durante 2014 y 2015, en medio del derrumbe de los precios del crudo, y aun cargando con sanciones financieras impuestas sobre Moscú por la UE y EEUU desde 2014, cuando Rusia se anexó Crimea mediante un referéndum.

¿El último dictador, el sátrapa, el secuaz?

Aleksandr Lukashenko, historiador, economista y exinstructor político de la KGB de la URSS, hace parte del ala más conservadora del partido comunista y aun cuando se lanzara como un candidato independiente, bajo esas premisas ha gobernado Bielorrusia como parte de la extinta unión soviética desde 1994.

Lukashenko fue el único diputado del parlamento de la república soviética de Bielorrusia que votó contra el acuerdo de disolución de la URSS y constitución de la CEI en 1991, antes del inicio de la debacle que significó para el mundo someterse a un solo polo de poder.

Con esa aura roja encima ha sido predecible que desde que ganó la primera vez, todas las elecciones en la que ha resultado ganador por amplia mayoría han sido presentadas por occidente como fraudulentas, pero la propia ficha de la cartera de exteriores de España reseña que “es un hecho comúnmente aceptado que Alexander Lukashenko sigue siendo no solo el líder absoluto de Bielorrusia, sino también su político más popular. Los partidarios de Lukashenko, a quien se refieren familiarmente por el apodo de batka (papá), han sostenido siempre que, al preservar el control público sobre las empresas nacionales y frenar las privatizaciones, evitó el desplome de la economía y los desórdenes que han padecido otros estados surgidos de la desaparición de la URSS”.

Como lo han referido analistas en otros espacios de información y formación política de LaIguana.TV, y como demuestra la historia, Lukashenko ha desempeñado un rol de mediador en diversos conflictos antes y después de la disolución de la URSS, pero su rol de mediador no lo sitúa como una figura neutral.

En este capítulo de Entre Líneas completamos su perfil sumando datos sobre el territorio (Bielorrusia), su importancia geoestratégica (es punto clave del paso de gasoductos que conectan Europa); sobre el interés directo de Rusia y Bielorrusia en preservar su alianza ante las continuas amenazas de Occidente, y apreciaciones sobre lo que está lejos de ser cosa del pasado: los proyectos de revoluciones de color en los países que no desean aliarse a los preceptos de la OTAN y de la Unión Europea (UE).

(LaIguana.TV)