Cualquiera que vea a Eduardo González en un escenario, cantando canciones que pueden matarte de risa, no se imagina que es un tipo con una licenciatura en Ciencias Políticas, que saltó de escuela en escuela hasta que fue atrapado por el cine.

Tanto lo atrapó el cine que hizo del “Cantor del pueblo” en la película Alí Primera.

Con él charlamos, con el músico, con el actor, con el pana.

—¡Brother!

—Coño, mi pana, gracias por invitarme.

—Qué fino que viniste.

—No, yo feliz, feliz. Aunque estoy un poco molesto porque le voy a decir esto. A ver, Miguel, esto es una falta de respeto. O sea, nosotros somos panas, es que esto es un café, pana. ¡Un café, un té! Me ofrecieron un té, hermano. Así no se va a poder, papá. ¿Quién crees que soy yo, baby? Respétame, amigo, no es así la cosa, no es así, después hablamos… (ríe a carcajadas)

—Bueno, ¿en qué andas?

—Mil cosas, bro. Yo estoy feliz, chamo. Feliz de estar aquí, en este lugar tan maravilloso al cual le tengo tanto cariño. Yo soy usuario, tú sabes, soy iguanaholic.

—¿Ah, sí?

—Yo veo todo y tengo las aplicaciones y estoy todo el día ahí con la noticia. Además, me la paso revisando todo. Yo soy de los que interactúan con las notificaciones, imagínate eso. Puedo decir cosas como: el panita se cambió la chaqueta, ahora tiene otra. Está estrenando zapatos. Mira ese plano. ¡Ah, viste! Puedo decir cosas, Miguel, puedo decir cosas.

—Eduardo, tú eres caraqueño. ¿Caraqueño y caraquista?

—Bueno, ya empezamos.

—O sea, yo pregunto, yo pregunto.

—Mi pana, yo soy, tengo que informar esto al país. Los Magallanes de Catia, de Catia, de donde yo soy oriundo, de esta ciudad maravillosa, de Caracas, fue donde nació el béisbol prácticamente en esta ciudad. Y de ahí son oriundos Los magallaneros, porque ahí nació el equipo Magallanes. Navegantes de Magallanes, que jugaban en casa de los caraquistas, este que era el estadio, que ahora queda donde está La Yerbera, chamo. Ahí quedaba el estadio del Caracas.

Nosotros los magallaneros no teníamos estadio, porque nosotros somos los proletarios de esta historia. ¿Cómo no voy a ser yo un magallanero? No, chicos, soy caraqueño y magallanero.

—Naciste en Caracas, además, es como una marca…

—Así, un estampillado en el hospital Pérez Carreño. Una cosa maravillosa. Caraqueño pero estampillado. Si hay alguien más caraqueño que yo lo someto a prueba. Yo nací en el Pérez Carreño, mi mamá me dio a luz ahí, en un maravilloso hospital extraordinario muy fino de la ciudad de Caracas, donde nacemos personajes rarísimos

—¿Cómo es para ti ser caraqueño, musicalmente hablando?

—Tú sabes que Caracas tiene una cosa bonita, que es que musicalmente este ha sido el epicentro de la música que se escucha en el mainstream. Es decir, en la radio, la música que se hizo popular. Se hizo popular por los medios que la transmitían. Pero en Caracas, yo tengo la teoría de que nadie es realmente es caraqueño, salvo los toromaimas, ¿sabes? O sea, porque yo te pregunto a ti, ve, ¿tú eres caraqueño? Sí, tengo unos 50 años viviendo aquí, pero realmente mi familia es de Maracaibo. Todos tenemos un pasado rural. Y en mi caso, mi familia es de San Sebastián de los Reyes, mi familia materna y mi familia paterna es de Quíbor. Entonces, ¿qué confluye en esta ciudad? Confluye Quíbor y toda la música larense y tú puedes encontrarte en Caracas, como pasaba en la época de Guzmán, un baile de joropo central que era caraqueño, por cierto, eso me lo dijo a mi Capi Doncella, era un género que se bailaba en Caracas y que fue Guzmán tratando de afrancesar la ciudad, que lo corrió. Entonces yo siento que en Caracas confluye todo lo que se conoce como el mainstream, es decir, por supuesto la salsa, que en mi caso ha sido determinante, la salsa, toda la movida del rock and roll confluye aquí y nació aquí. La movida del rock and roll venezolano pero también todas las grandes orquestas de bailables y con influencia jazzística, que por cierto entraron por occidente, eso otra cosa, otra primicia, a los maracuchos les encanta escuchar esto, es verdad, los trajeron ellos, porque  incluso había músicos que entraban por el Zulia y entraban por Falcón, en todos los campos petroleros, los traían directamente para entretener a los grandes ingenieros de esta empresa y luego venía a caracas a tocar.

—Tuviste como un paso, digamos, accidentado por el sistema educativo tradicional…

—Era un muchachito, vamos a decir, inquieto. Era un muchachito inquieto, un poquito mal portado. Lo que sí tengo es una cara de buena gente, como decía mi mamá. Es que este niño tiene una cara de bueno bien administrada.

Yo estudié en la escuela Cecilio Acosta, que era mi mamá intentando siempre hacer un esfuerzo muy grande, me metió en colegios privados para ver si yo mejoraba, pero era terrible, porque era una pérdida de dinero y de tiempo entonces me metí primero en una escuela, de ahí salí rápidamente y estudié en una escuela me acuerdo claramente, Escuela Municipal Gustavo Ledo. Entonces los curas no me soportaron, me botaron. Esto lo voy a confesar públicamente, es culpa de los curas, no es culpa mía. Terminé en un parasistema. Entonces, así terminé el bachillerato de manera muy accidentada, porque yo sentía, era como que me aburría. Yo estaba pensando en otras vainas, yo quería como hacer cosas, quería…

—¿En qué momento te acercaste a la música? ¿Cuándo empezó eso? —No, desde chamín. Desde chamín, me acuerdo que mi mamá me compró un cuatro, ella me cuenta esto, me compró el primer cuatro, no me acuerdo de eso realmente, pero ella me lo cuenta, que yo tenía no sé, como 3 años, 4 años, y me regaló un cuatro, y yo tocaba el cuatro, decía, y lo veía por la boca, por la caja de resonancia, y veía qué vaina hay aquí, qué suena, no entendía el principio de la vibración y la proyección de la cosa.

—Mira, pero a pesar de que fue en un sistema para parásitos, terminaste entrando en la UCV…

—Verga, ahí se te voy a decir sinceramente, me fue muy bien. Contra todo pronóstico. Me fue bien, era buen estudiante.

—Mira, bro, ¿y ejerciste esa vaina?

—Burda. En mi otra vida, todo el mundo tiene una vida antes de esta. Lo ejercí por muchos años, yo casi como 15 años hice esa chamba bien. Trabajé mucho. Al principio hice mucha regeneración institucional, trabajé técnica legislativa, o sea, daba como muchos talleres, di clases, fui profesor universitario un poco de años también. Y daba como teoría política, hice algunas vainas en esa onda.

La entrevista con Eduardo González pasa por la música y el cine… y eso es más amplio. Por eso te invitamos a que veas la entrevista completa en El Sofá, de Laiguana.tv.

(Ernesto J. Navarro / Laiguana.tv)

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