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En la misma “ley” que impuso y se movía, sin importarle vidas ni tragedias familiares, acabó sus días: a tiros, en enfrentamiento, cayó abatido el delincuente Oswaldo Oropeza, cuyo alias de “Lucifer” generaba miedo y estupor.

 

Su historia criminal se unía a la de los también abatidos “El Picure” (muerto en Guárico, el 3 de mayo) y “El Topo” (muerto en el estado Bolívar, el 6 de mayo pasado).

 

A “El Lucifer” le temían en la Cota 905, El Valle y El Cementerio, de Caracas. Ayer fue ubicado en el  hotel Colonial, de la carretera Panamericana, donde se enfrentó y murió.

 

El ministro del Interior y Justicia, M/G Gustavo González López, precisó desde su cuenta en twitter: “Tras enfrentamiento con Fuerzas de Acciones Especiales de la PNB resultó abatido Oswaldo Oropeza, alias ‘Lucifer”.

 

“Alias ‘Lucifer’ fue ubicado en los Altos Mirandinos, en un hotel de la Carretera Panamericana, donde se enfrentó con la fuerza élite”. “Esta operación se realizó a través de un trabajo conjunto de inteligencia entre SEBIN, DGCIM, y la UOTE (PNB)”, continuó explicando el alto funcionario.

 

No solo por homicidio era requerido Oropeza. Su prontuario abarcaba cinco  delitos más: extorsión, robo de vehículos, secuestro, distribución de drogas y tráfico de armas.

 

En las zonas donde ‘mandaba’ “Lucifer”, según medios de la capital,   operan otros delincuentes como “El Loco Leo” y “El Koala”.

 

Luego de las muertes de “El Picure” y “El Topo”, Oropeza se convirtió en el criminal más buscado del país.

 

El   14 de mayo se dijo que había resultado abatido un lugarteniente de “Lucifer”, a quien llamaban “Chiporro”.

 

En el diario mirandino La Voz se reseñó el 15 de este mes: “El Chiporro” cumplía órdenes de “Lucifer” de dirigir ataques y lanzar granadas contra comisiones policiales y efectivos militares de la Guardia Nacional. Se le sindica además de sembrar el terror en la ciudad de Caracas, donde cometió varios secuestros exprés para luego pedir cantidades en dólares por la liberación de las víctimas.

 

Venta y distribución de drogas y abusos contra mujeres, también formaban parte de su expediente criminal.

 

La banda de “Lucifer”, cuyo segundo al mando era “El Chiporro”, está integrada entre 150 a 200 hombres armados. Se le acusa de más de 15 homicidios en lo que va de año”.

 

“El Lucifer” tenía  el control en la calle 3 de El Valle, el barrio Los 70 y Los Sin Techo en El Cementerio. Su nombre estuvo ligado a la versión de que por cada policía muerto, “Lucifer” entregaba dólares.

 

Del criminal se decía, igualmente, que imponía en el barrio “Los Sin Techo” toque de queda todos los días después de las 7:00 de la noche.

 

(Agencias)

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