Los agentes de la unidad de antidisturbios de los Mossos d’Escuadra [policía autonómica catalana] han realizado este viernes contundentes cargas en Barcelona para disipar concentraciones de manifestantes que llegaron a atacarles con piedras, adoquines, petardos y pintura. Al menos cuatro activistas han resultado detenidos.

 

Las manifestaciones se han originado en protesta por la visita del Consejo de Ministros del Gobierno de España, que celebra su reunión en Barcelona en la fecha en la que se cumple el aniversario de las últimas elecciones autonómicas, convocadas por el entonces presidente Mariano Rajoy tras aplicar el artículo 155 de la Constitución Española, que suspendía la autonomía de Cataluña.

 

Una multitud de manifestantes, entre los que había varios encapuchados, se han dispersado por las callejuelas del céntrico barrio barcelonés del Raval, cruzando contenedores en algunas de ellas para entorpecer el avance y la circulación de la policía. La mayor parte de los enfrentamientos con los antidisturbios se han producido en este distrito.

 

Los autodenominados Comités de Defensa de la República CDR han llevado a cabo acciones, planificadas durante los días previos, para boicotear el normal funcionamiento de la ciudad durante la visita gubernamental.Diversos grupos de activistas han provocado cortes de carretera y han organizado marchas lentas de vehículos, que han afectado durante buena parte de la mañana a las principales vías de circulación en Cataluña.

 

Las autoridades catalanas ya preveían que este 21 de diciembre Barcelona podría quedar colapsada por la acción de diversos colectivos independentistas, que expresaron durante los días previos su intención de provocar cortes o entorpecimiento del tráfico en protesta por la reunión del gabinete ministerial.

 

Una visita controvertida

 

La decisión de celebrar una reunión ordinaria del Consejo de Ministros en Cataluña fue anunciada el pasado 12 de noviembre por la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que consideró la visita del Ejecutivo a Barcelona como un acto normal del que ya existen precedentes.

 

Sin embargo, en un momento en el que varios partidos de la oposición – como Ciudadanos y el Partido Popular– presionan al Ejecutivo para que vuelva a aplicar el artículo 155, esta visita gubernamental adquiere matices perturbadores para las fuerzas independentistas que gobiernan la Generalitat.

 

De hecho, el Ejecutivo catalán, a través de su portavoz, Elsa Artadi, declaró hace una semana que percibía «un punto de provocación» en la presencia del Gobierno español precisamente en esa fecha, y se apresuró a afirmar que garantizarían la seguridad de la visita, pero también el derecho a la protesta.

 

(RT)

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