La intervención armada en Venezuela por parte de Estados Unidos se encuentra en curso y forma parte de un alarmante resurgimiento del fascismo a escala mundial, advirtió el historiador  cubano Ernesto Limia Díaz, quien participó como invitado en el espacio Desde donde sea, del filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela.

 

Esta fue la séptima emisión del programa de televisión 2.0, y la segunda que se realiza consecutivamente desde Cuba, donde Pérez Pirela está participando en la Feria Internacional del Libro de La Habana.

Limia Díaz es abogado especialista en análisis de información, titular de diplomados en temas internacionales  de migración y economía y miembro de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba. Ha publicado artículos en los periódicos Granma Juventud Rebelde, además de ensayos en medios especializados sobre economía y temas históricos asociados a la seguridad nacional. Es autor de los libros Cuba Libre la utopía secuestrada, Cuba fin de la historia, Base naval en Guantánamo: EEUU versus Cuba y Cuba entre tres imperios.

 

El intelectual cubano, junto al eurodiputado español Javier Couso (vicepresidente de la Comisión Internacional del Paramento Europeo) y a Pérez Pirela, formó parte del jurado del Premio Contracorriente.

 

“Fue una experiencia maravillosa en la que resultaron reconocidos trabajos de autores de cinco nacionalidades: Cuba, Argentina, Colombia, España y México”, explicó Pérez Pirela.

 

Intervención en curso


Pérez Pirela invitó a Limia Díaz a analizar la situación actual de Venezuela, partiendo de la pregunta “¿Es posible en este momento una intervención militar de EEUU en Venezuela?”

 

“Sí es posible una intervención militar, según mi modesto juicio de muchos años estudiando a EEUU, pues para los cubanos ha sido esencial estudiar a nuestro principal adversario. El plan operativo para producir una intervención militar en Venezuela está en curso. Nos toca a los latinoamericanos y a los hombres y mujeres de este mundo que amamos la paz evitar que se desencadene con toda su furia”, respondió el historiador antillano.

 

Recordó que la presencia bélica de EEUU en América Latina es muy antigua, y una muestra de ello es la explosión del acorazado Maine, que permitió a EEUU declarar la guerra a España, hecho de que se conmemoran 121 años este 15 de febrero.

 

Para Limia Díaz, el primer elemento que permite considerar que existe un plan de intervención es la creación hace cuatro meses de una estructura, un equipo de trabajo en la agencia de Seguridad Nacional, encabezado por John Bolton, un personaje que fue promotor de la intervención militar en Irak. “Cuando se miran los patrones de intervención  históricos de EEUU se observa que se ha ido cumpliendo el guion. La primera parte es generar un clima en la opinión internacional de rechazo al gobierno revolucionario venezolano, al ideal bolivariano, y  a cualquier salida que conduzca a una paz negociada. Tratan de crear un clima psicológico que les permita que el mundo acepte con absoluta impunidad una intervención supuestamente humanitaria. Se nota que en esto han avanzado… Cuando una personalidad como Pepe Mujica afirma que no está ni con Maduro ni con Guaidó, hay que preocuparse porque genera incertidumbre en un momento de resolución. No se trata solo de Venezuela. Hay un resurgimiento del fascismo que empezó en Europa (Hungría, Francia, Austria Italia, España). Eso ha migrado a América con el triunfo de Trump. No debemos olvidar que en América Latina fue donde se produjo el primer resurgimiento del fascismo después de la II Guerra Mundial. Theotonio Dos Santos afirma que ese resurgimiento se produjo en Brasil con el golpe de Estado de Castelo Branco contra Joao Goulart, pero yo creo que fue antes, con la dictadura de Bastista en Cuba, porque ese fue un gobierno fascista que implantó todos los mecanismos de represión popular que luego se aplicaron en Brasil y en el Cono Sur. A esa dictadura de Cuba de los 50 la promovió EEUU con el gobierno de Eisenhower. Ante la presión de la opinión pública tuvieron que decretar un embargo de armas. Pero por debajo de cuerda siguieron abasteciendo a la tiranía”, señaló.

 

Rememorando la historia de Cuba, el invitado acotó que el senador Marco Rubio, una de las figuras más virulentas de la intervención contra Venezuela, es hijo de un hombre que formó parte de aquella pandilla del régimen asesino de Batista. “Ahora él representa los más crudo del fascismo latinoamericano”, puntualizó.

 

Recalcó que estamos asistiendo a un resurgimiento del fascismo que en EEUU se apoya en el neoconservadurismo. En esa batalla es clave el escenario 2.0 porque es un arma estratégica para su guerra.

 

El saqueo de las riquezas


Limia Díaz siguió analizando los  síntomas de que una agresión militar está en desarrollo. Señaló que otro de ellos es la aplicación del modelo de despojo que se empleó en Libia. “Las potencias de Europa se aliaron con EEUU para robarse el dinero que le debían a Libia. EEUU se quedó con el petróleo y ellos con los fondos”.

 

Señaló que EEUU se siente en su derecho a apropiarse de la empresa petrolera venezolana Citgo mientras el gobierno británico decide que se va a quedar con el oro de Venezuela y otros países de Europa con el dinero depositado.

 

En su concepto, si este saqueo se concreta será irreversible. “¿Tú crees que se las van a devolver a Guaidó o a un gobierno de derecha? No, esas propiedades  jamás volverán a Venezuela. Cuando se estudia la historia universal se observa que  el despojo fue la forma como las grandes potencias construyeron su capitalismo. Europa se hizo con las riquezas de América Latina y el Caribe. El capitalismo de EEUU se forjó con la esclavitud africana y también  con la riqueza de América Latina”.

 

Rememoró que Lenin decía hace casi cien años que la burguesía en los países del Tercer Mundo no tiene un papel revolucionario, sino el de lacaya. Y Frantz Fanon, psiquiatra martiniquense, alumno de Edward Said, afirmó que las burguesías de América Latina y el Caribe eran administradoras de los intereses del gran capital internacional. “Cuando se ve el esquema de Guiadó, en cuyos actos públicos se iza la bandera de EEUU no hay más qué decir”.

 

Pérez Pirela ilustró el punto señalando que en sus manifestaciones, muchos opositores muestran, además de la bandera de EEUU, la Estatua de la Libertad envuelta en el tricolor venezolano y con un crucifijo o de pronto aparece el capitán América en medio de una misa.

 

Limia Díaz, en la continuación del análisis, expresó que la agresiva avanzada de EEUU contra Venezuela tiene un gran objetivo económico y otro político que trasciende al país. “Están pensando en ponerle las manos a la principal reserva de petróleo del mundo y en apagar un símbolo: el de una revolución hecha desde las elecciones, desde las reglas de juego de la democracia representativa. Con esa represalia le asestan un golpe brutal al resto de América Latina en el orden simbólico. Pretenden nuevamente dejar a Cuba aislada en esa jungla neoliberal del sálvese quien pueda. Después de Venezuela irían por Nicaragua y Bolivia”.

 

Escenario multilateral


El analista indicó que otro de los indicadores del avance del plan violento contra Venezuela es el empleo de los organismos internacionales.

 

“Esto se ha hecho evidente en la OEA, con el impresentable secretario general, que evidentemente es agente de la CIA. Hasta hace dos años era de izquierda y lloraba a Chávez en el Cuartel de la Montaña y se decía amigo de la Revolución Cubana.  También están tratando de hacerlo en la ONU, quebrando la resistencia de los gobiernos en los organismos multilaterales”.

 

Comparación Cuba


Pérez Pirela solicitó a su invitado que hiciera una analogía entre lo que ha venido sufriendo Venezuela durante los últimos años y lo que arrastra Cuba desde la victoria de la Revolución, en 1959.

 

Al responder, Limia Díaz dictó una cátedra de historia contemporánea. “Antes de la crisis de los misiles se sabía que el plan de intervención directa contra Cuba estaba en curso. Es por eso que Nikita Jrushchov decide trasladar cohetes nucleares como elementos disuasorios. Al plan de EEUU que estaba en curso se le sumaron con tropas varios países latinoamericanos, como Brasil, Argentina, República Dominicana. Otros siete países habían puesto sus ejércitos a la orden. Fue el mismo esquema que aplicaron para meterse en la guerra de Corea”.

 

El riesgo de agresión militar en esos años para Cuba fue constante. “También tuvimos el intento de invasión mercenaria de bahía de Cochinos. Detrás estaba la Armada de EEUU esperando para actuar, por eso Fidel dijo que era necesario aplastarlos de manera relámpago. Nos fueron cercando y ya en el verano del 62 se avanza con un bloqueo naval a Cuba. Kennedy no lo declaró como tal porque era un acto de marcada hostilidad, casi una declaración de guerra. Para dar un chance a la negociación utilizó el término cuarentena. Pero Cuba estaba bloqueada por EEUU y tres países de América Latina y el Caribe. Fue el esquema que luego se utilizó contra República Dominicana”.

 

El hostigamiento era de tal magnitud que pasaban vuelos rasantes sobre Cuba. “Fidel le dijo a los soviéticos que era necesario actuar o iba a ocurrir el ataque en cosa de 24 o 72 horas, tal vez no en la forma de un asalto con tropas sino un golpe aéreo quirúrgico. Jrushchov se acobardó porque, al parecer, no había medido el alcance de sus acciones. Fidel les advirtió que iban a derribar al próximo avión que hiciera vuelo rasante. Cuando se derribó al primer avión mayoría del pueblo cubano lo celebró porque estaba dispuesto a inmolarse por su país”.

 

Esto lleva al historiador a señalar que la fuerza principal con la que contó la defensa de Cuba ante una amenaza tan descomunal fue la actitud de los milicianos que estaban en armas. “Meterse en Cuba significa combatir contra todo un pueblo. Siempre han estado claros en que este es un pueblo con experiencia combativa y ánimo de lucha. Es el país de América Latina con más generales muertos porque participaban en las batallas directamente”, dijo.

 

Pérez Pirela acotó que una de las imágenes más tristes que registran los documentos históricos es ver a hermanos latinoamericanos con brazaletes del ejército invasor de otro país de la región, tal como ocurrió en el mencionado caso de República Dominicana. “En el esquema de los EEUU se olvidan que el pueblo va a pelear. La guerra se sabe cuándo empieza, pero no cuándo termina.  EEUU e incluso Colombia están llegando a un límite que llama al patriotismo de todo un pueblo, no solo de los chavistas”, enfatizó.

 

El conductor de Desde donde sea deploró que algunas personas hayan tomado sus comentarios previos sobre la necesidad de buscar la paz mediante la negociación como una señal de claudicación.

 

Limia Díaz lo respaldó diciendo que “negociar no nos convierte en débiles, sino hacer concesiones de principios, de soberanía, de dignidad”. Recordó que en los momentos difíciles, el comandante Castro siempre convocó a todo el pueblo, no solo a sus seguidores. “Fidel solo renunciaba a los incorregiblemente contrarrevolucionarios. El resto es pueblo era parte de su llamado. En este caso, el pueblo venezolano no es solo el pueblo chavista, sino también los demás nacionalistas y patriotas”.

 

Movimientos de tropas


El cuarto síntoma de que la intervención va en serio es, a juicio de Limia Díaz, el movimiento de tropas que se ha registrado entre el 6 y el 10 de febrero en la cuenca del Caribe. “Se han estado realizando movimientos de tropas y vuelos de aviones militares hacia el aeropuerto Rafael Miranda de Puerto Rico, la base aérea de San Isidro, en República Dominicana y otras islas del Caribe, seguramente sin conocimiento de los gobiernos de esos países. Vienen de instalaciones militares estadounidenses donde se ubican las fuerzas de operaciones especiales  e infantería de Marina, es decir, las tropas de élite que se utilizan para operaciones encubiertas y atentados contra líderes de otros países, como pasó en Panamá, cuando para secuestrar a Manuel Antonio Noriega mataron a 3 mil panameños”.

 

El invitado y el moderador del programa coincidieron en que se está apostando a acobardar al pueblo, aterrorizar a la gente, que se sienta miedo ante el invasor estadounidense, crear un estado de neurosis, todo ello como parte de la guerra psicológica.

 

El subterfugio humanitario

Ambos revisaron también la forma como en invasiones anteriores, EEUU ha utilizado la excusa de la ayuda humanitaria para ingresar al país militarmente.

 

Explicó Limia Díaz que en Libia ensayaron la intervención militar mediante un supuesto corredor humanitario, y que en el caso de Venezuela podrían valerse además de una operación de  bandera falsa como podría ser un ataque autoinfligido al convoy de la ayuda humanitaria. En Cuba se hizo con el acorazado Maine que explotó espontáneamente, pero se le presentó como un atentado para desatar la guerra.

 

Papel de Rusia y China


Pérez Pirela pidió a su invitado hablar acerca del rol que podrían tener en el conflicto las dos principales potencias rivales de EEUU: Rusia y China,y lo que esto podría significar en la escalada del conflicto hasta el nivel de una guerra mundial.

 

“Martí decía que con la independencia de Cuba estaba relacionada con la suerte del mundo porque significaba la hegemonía de EEUU. Dijo que ‘quien se levanta hoy con Cuba se levanta para todos los tiempos’. Eso puede decirse hoy de Venezuela. Este ya no es el mundo unipolar que imaginó EEUU tras la caída de la URSS. Rusia y China saben eso. En los planes estratégicos de EEUU la lucha con Rusia y China”.

 

El académico cubano puntualizó que uno de los grandes riesgos de este momento mundial es que “EEUU es liderado por un fascista loco que en su delirio  se ha asociado con un grupo de extremistas”.

 

Pérez Pirela recordó que  uno de esos personajes, John Bolton, ha hecho acusaciones sobre depósitos de uranio iraní y respecto a la supuesta presencia en Venezuela de 25 mil agentes  cubanos entre soldados y personal de inteligencia.

 

Lamia Díaz explicó que “la deuda de gratitud de Cuba con Venezuela data de más de cien años, por lo que cualquier sacrificio sería poco. Pero lo que hemos mandado para Venezuela han sido médicos, instructores deportivos y culturales”.

 

Recordó que cuando Martí llegó a Venezuela, lo primero que hizo fue ir al monumento de Simón Bolívar. Carlos Manuel de Céspedes era bolivariano. Sucre era nieto de cubanos. “Estamos aquí a la orden de Venezuela. Nunca tomamos decisiones diferentes a las que tomen las autoridades de cada país. Venezuela es un país grande, uno de los más grandes del planeta, uno de los pueblos más inteligentes y arrechos. Cuando alguien en América Latina piensa en libertad, piensa en Miranda y en Bolívar. Vinieron combatientes venezolanos a colaborar con nuestra independencia. Páez y Sucre se ofrecieron a ayudar a Cuba para su independencia”.

 

“Si John Bolton y en el Pentágono creyeran de verdad que en Venezuela hay 25 mil soldados cubanos no estuvieran tan envalentonados –abundó-. Ellos saben que la tradición combativa del pueblo cubano es la de pelear sin mirar para los lados. Ellos saben que Argelia, Cabo Verde, Namibia y los rebeldes surafricanos vencieron con ayuda cubana. Saben que es un ejército preparado militarmente, con un sentido humanista de la guerra. De Martí aprendimos que la guerra es el último de los recursos y debe hacerse sin odio”.

 

Al despedir el programa, Pérez Pirela insistió en la necesidad de buscar salidas pacíficas a la situación planteada, pero rechazó algunos comentarios que le atribuyen posiciones blandas y reuniones extrañas. Dijo que la próxima entrega de Desde donde sea seguramente se originará en Venezuela pues ya están por concluir sus compromisos en la Feria del Libro de La Habana.

 

(LaIguana.TV)