Mientras pasan las horas, las operaciones psicológicas y mediáticas alcanzan niveles cada vez más desenfrenados en el eje Táchira-Norte de Santander a propósito de la maniobra internacional mediante la cual se pretende forzar al Gobierno de Venezuela a aceptar el ingreso de la supuesta “ayuda humanitaria” estadounidense.

 

Los rumores van de un lado al otro de la frontera sin necesidad de pasaporte. Las versiones emanadas de laboratorios de guerra psicológica, incluyendo los fake news, son la mercancía más bachaqueada del momento en la región limítrofe.  

 

Desde la tarde del jueves se dijo que las autoridades de inmigración de Colombia restringirán de un momento a otro el tráfico de venezolanos con el argumento de concentrarse en la salida de la ayuda humanitaria. Por ahí podría venir la jugada destinada a generar disturbios y detonar algún enfrentamiento mayor.

 

Hasta la noche del jueves, 17 mil venezolanos habían sellado pasaporte para entrar a Colombia, más que nada para asistir al concierto programado casi junto a la aduana, aunque también deben contarse allí los que hacen eso con frecuencia por razones comerciales. Uno de los riesgos que se asoma en el horizonte es que mañana (sábado) cuando intenten volver, no puedan hacerlo debido a la mencionada restricción dispuesta por las autoridades colombianas. Se especula que en medio de la confusión, se le podría atribuir la culpa al gobierno venezolano para decir que se pretende impedir el retorno de los venezolanos a su propio país. Allí podría estar el germen de un falso positivo fabricado en la tierra donde estas armas de la guerra sucia se patentaron con ese nombre.

 

Otra de las hipótesis es que corre de un lado a otro del puente (y de las trochas) es que este sábado se utilizará a elementos de la delincuencia organizada en el momento en que se intente forzar la entrada de la “ayuda humanitaria” y así montar el show que tanto se está esperando. Esta posibilidad es percibida como muy viable porque la zona fronteriza está infestada de paramilitares y de sujetos pertenecientes a las bandas criminales (bacrim, en la jerga de la clase política y del periodismo colombiano).

 

Mientras tanto, del lado venezolano hay una intensa movilización e incluso se han realizado algunas maniobras de entrenamiento con participación de los componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, la Milicia y la Policía Nacional. Los cuerpos de seguridad están en alerta máxima.

 

Complementan el cuadro las informaciones sobre los movimientos que harán los factores de la derecha  en suelo tachirense. Se maneja la información de que la gobernadora acciodemocratista, Laidy Gómez, va a encabezar una marcha hasta el puente de Tienditas este sábado y se espera que allí también esté el autojuramentado Juan Guaidó.

 

El otro factor protagonista de estas horas de tensión son los medios de comunicación que se encuentran a ambos lados de la frontera. La prensa colombiana se ha dedicado a hacer reportajes de tono lacrimógeno acerca de los voluntarios venezolanos que dicen estar dispuestos a todo por trasladar a Venezuela el cargamento humanitario. En tanto, el periodismo farandulero hace su parte con las grandes estrellas del concierto financiado por el multimillonario Richard Branson. 

 

Clodovaldo Hernández

 

(LaIguana.TV)