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El pasado 14 de diciembre el hallazgo del cadáver de un hombre dentro una cañada en el sector Las Tarabas de Maracaibo, por detrás de la clínica Paraíso, llamó la atención de vecinos. La víctima se encontraba desnuda y ni las autoridades policiales la pudieron identificar en ese momento.

 

Funcionarios de homicidios del CICPC-Zulia iniciaron las investigaciones y al siguiente díadescubrieron que se trataba del empresario italiano Mario Aquino Stangherlin Zen, de 72 años, poseedor de una ferretería y otros establecimientos comerciales en Maracaibo. El caso no trascendió mucho a la opinión pública al parecer por lo que estaba detrás. Expertos forenses ya  había confirmado que se trataba de un asesinato ejecutado a golpes.

 

Las pesquisas llevaron a los detectives al piso 14 de uno de los edificios de las Torres Europa de Bella Vista, específicamente al apartamento 14C, donde habitaba Mario Aquino. El inmueble estaba limpio. Sin embargo los expertos en criminalísticas hallaron evidencias de que en ese lugar habían asesinado al empresario.

 

Continuaron los trabajos investigativos y descubrieron que Stangherlin tenía un hijastro de nombre Álvaro Miguelangel Rafael Soares Palacios Senatore. Su madre había emigrado a Norteamérica y le dejó su vehículo Mitsubishi Lancer, año 2013 y el pago del arrendamiento en un conjunto residencial ubicado en el sector Santa María.

 

Su indebida y anormal conducta en esa residencia junto a varios de sus amigos, con quienes tenía relaciones de pareja, obligó a la administración a sacarlo de allí. Soares no lo pensó dos veces y se llevó sus cosas al apartamento de su padrastro en Torres Europa. Stangherlin no le dio la bienvenida que este esperaba y le dijo que buscara donde vivir pues a él le gustaba estar solo.

 

La repuesta de Mario Aquino hiso que su hijastro perdiera el control y lo golpeara fuertemente en el pecho derribándolo al piso. Seguidamente lo continuó castigando con sus puños en el rostro y la cabeza hasta dejarlo sin vida. Según los investigadores de la policía científica al verse en esa situación, llamó a dos de sus amigos íntimos, conocidos como “El flaco” y “El oso”. Tenía clara su idea y no era más que estos dos lo ayudaran para deshacerse del cuerpo. Como si se tratara de un episodio de la serie televisiva norteamericana CSI, desnudaron al anciano para borrar evidencias y le cortaron el rostro con un cuchillo para que la familia del occiso no lo pudiera identificar.

 

Pero el plan más perverso de Álvaro no lo concretó. Intentó descuartizar el cadáver y meterlo en una bolsa para sacarlo del apartamento sin que levantaran sospecha los vecinos. Al parecer los tres amigos no hallaron la herramienta adecuada para hacerlo por lo que finalmente optaron por meterlo en un enorme tobo para agua. De esa manera lo sacaron y lo introdujeron en la camioneta de Mario Aquino; una Ford Ecosport, placas AH306WM.

 

En ese vehículo partieron hasta una cañada en el sector Las Tarabas en horas de la noche del 13 de diciembre. Luego de arrojar el cuerpo se fueron creyendo que jamás se descubriría el horrendo asesinato que habían cometido. Para concretar el plan necesitaban deshacerse de la camioneta y es cuando interviene otro amigo de Álvaro Soares Palacios Senatore. Conducen hasta la discoteca TNT para verse con Favio, el administrador del lugar. A este le piden que guarde la camioneta y luego la lleve de regreso a Torres Europa.

 

A los dos días de haberse producido el homicidio de este empresario italiano los sabuesos de la División de Homicidios del CICPC detienen a Álvaro. No les costó mucho para que este confesara su crimen. Sus cómplices son activamente buscados por todo el país.

 

(NA)

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