La ciudad de Mosul, en Irak, contaba con una población aproximada de 1,4 millones de habitantes antes del conflicto bélico y era un próspero centro de intercambio económico en la región. Hoy, 18 años después de la invasión estadounidense, el equipo del Servicio de las Naciones Unidas de Actividades relativas a las Minas (UNMAS) trabaja en su recuperación, levantándola de la ruina en la que quedó sumergida. 
 
 
Según el director general de Programas de la UNMAS en Irak, Pehr Lodhammar, el año pasado lograron eliminar 27.000 minas en este centro poblado ubicado al norte de la nación árabe. 
 
 
Uno de los más grandes retos con los que se ha encontrado el equipo de UNMAS es cómo eliminar la enorme cantidad de escombros debido al alto nivel de destrucción en que quedó la infraestructura. Además del volumen colosal este material está altamente contaminado con explosivos sin explotar, municiones, trampas explosivas y otros materiales potencialmente peligrosos.
 
 
La excusa que impulsó la invasión a la antigua Mesopotamia fue que había “armas de destrucción masiva”; sin embargo, los hechos demuestran quienes tenían en realidad las verdaderas armas de destrucción masiva. 
 
 
(LaIguana.TV)