Este sábado 26 de octubre se celebran los 155 años del natalicio del médico trujillano José Gregorio Hernández, quien fue declarado “venerable” en 1986 por el papa Juan Pablo II, sin embargo, hasta la fecha no aparece el milagro que lo convierta en beato, a pesar los múltiples testimonios que dan fe de su santidad.

 

Su trámite tiene casi 70 años y el episcopado venezolano asumió la causa como una prioridad. En el año 1986, se introdujo en la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano las pruebas de su primer milagro, pero fueron desestimadas.

 

Lo mismo ocurrió en 2009. “La causa mucha veces es injustamente tratada. La gente quiere el santo ya, pero la Iglesia no está apurada, quiere certeza”, afirmó la encargada de la Oficina de la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández, Laura Zambrano.

 

“Los procedimientos requieren de presencia en el Vaticano, procesos administrativos, gastos. Vamos a estar claros, para beatificar a José Gregorio hace falta dinero porque hay que costear pruebas médicas, traslados«, informó el obispo auxiliar de Caracas y vicepostulador, monseñor Fernando Castro.

 

La estadística apunta que la mayoría de los santos provienen de congregaciones religiosas, sacerdotes miembros, sacerdotes diocesanos y, por último, laicos como José Gregorio; con la desventaja de que estos no poseen una asociación que se concentre en su causa.

 

El milagro que se necesita para que el llamado «médico de los pobres” sea santo, tiene que ser instantáneo, total, permanente, sin explicación médica ni natural, dice la iglesia.  

 

Tiene que probarse, a través de exámenes físicos, que la persona curada estaba gravemente enferma y que lo único que medió entre la enfermedad y la salud fue la oración a José Gregorio Hernández, por parte de sus familiares y allegados.  

 

(LaIguana.TV)