El comunicador, analista político y filósofo Miguel Ángel Pérez Pirela habló sobre la reciente reunión entre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el extremista opositor Juan Guaidó en Washington, un encuentro que ha servido para tratar de reavivar el ataque mediático contra Venezuela pero que en términos reales pareciera haber pasado bajo la mesa.
En su programa Desde donde sea transmitido por LaIguana.TV, Pérez Pirela abrió el tema con varias interrogantes:
- «¿Qué le deja a Venezuela?
- ¿Qué le deja a la oposición venezolana?
- ¿Qué le cambia a las congregaciones fallidas de Guaidó —y citó las dos últimas— en Montalbán y Bello Monte, que Trump se haya reunido con Guaidó?
- ¿Será que ahora llega Guaidó al país y es recibido como un héroe nacional y cuando diga vamos a Bello Monte, Bello Monte se va a llenar y va a llenar la (autopista) Francisco Fajardo y va a llenar la avenida Bolívar?»
«No, ¿por la foto de Trump y Guaidó? No. El impacto en la cotidianidad de los venezolanos y las venezolanas de esta reunión de Guaidó y Trump es nulo. ¿Cambia eso algo a los precios de los productos?; ¿cambia el tema de transporte?; ¿cambia eso algo en la correlación de fuerzas en la calle entre oposición y el chavismo? No, no le sirve de nada al ciudadano venezolano, al ciudadano venezolano opositor que Trump se haya reunido con Guaidó», subrayó Pérez Pirela.
Miedo a que Guaidó pusiera la torta
Pérez Pirela resaltó que previo a la reunión había mucho desconcierto sobre si se iba a realizar o no. También había mucha preocupación en la extrema derecha, sobre todo en Voluntad Popular y Primero Justicia de que Guaidó hiciera el ridículo al viajar a Estados Unidos y que no se concretara su reunión con Trump.
«Había mucho desconcierto, esto no lo digo de forma irónica, Guaidó estaba jugando golf el domingo, además el domingo fue el Super Bowl y no apareció Donald Trump».
«Los sectores que están viviendo en Bogotá como (Julio) Borges, que están viviendo en Washington como (David) Smolansky, estaban muy preocupados, porque imagínate, en italiano se dice figuraccia, es decir, cuando pones la torta (hacer el ridículo) y todos tenían miedo de que precisamente Guaidó pusiera la torta al no ser recibido por Trump».
Orgasmo colectivo de la extrema derecha
Agrega Pérez Pirela que, sin embargo, la reunión Guaidó-Trump finalmente se concretó, lo que generó «una especie de orgasmo colectivo entre la derecha y la extrema derecha, sobre todo entre Voluntad Popular y Primero Justicia, porque para ellos ya es una especie de bajada del señor Jesucristo a la Tierra, que Trump reciba a Guaidó».
«Pero ¿Es esto así?; ¿Hay que aplaudir de tal forma ello? yo no sé.
(LaIguana.TV)