El representante del gobierno de Estados Unidos para Venezuela, Elliot Abrams, aseguró durante una entrevista concedida a la agencia Reuters, que su gobierno había decidido aumentar la presión sobre las operaciones ligadas al petróleo venezolano y por ello “será más agresivo en sus esfuerzos por sancionar personas o compañías que violen las restricciones impuestas”. 

 

En ese sentido, Abrams informó que la administración Trump “iría tras los clientes de petróleo venezolano, incluyendo los de Asia, así como intermediarios que ayudan a Caracas a ocultar el origen del crudo”, todo ello como parte de las sanciones inhumanas que se imponen desde Estados Unidos sobre el pueblo venezolano y que, como constara y divulgara Alfred de Zayas, reconocido experto en Derechos Humanos esta semana en Ginebra, desde su inicio han causado la muerte de al menos 100.000 personas, debido a que el gobierno del presidente Nicolás Maduro no puede hacerse con las divisas requeridas para atender cabalmente las necesidades de la población. 

 

Las amenazas del alto funcionario siguen a las sanciones impuestas sobre Rosneft Trading S.A., filial de la gigante petrolera estatal rusa Rosneft, en un intento de Washington por conseguir minar el apoyo que, según ellos, Moscú tiene hacia Maduro. 

 

Por su lado, el gobierno ruso rechazó de inmediato las medidas coercitivas impuestas por Estados Unidos y lo acusó de competencia desleal, toda vez que pese a que muchas compañías han sido amenazadas e incluso sancionadas por sus vínculos comerciales con Venezuela, el largo brazo de las sanciones no alcanza a competidores de Rosneft como Chevron, que sigue operando en el país sin inconvenientes. 

 

Tampoco desde el punto de vista político, la escalada estadounidense parece haber hecho mella en el gobierno encabezado por Vladimir Putin, pues durante su más reciente visita a Caracas, el pasado 7 de febrero, el canciller ruso, Sergéi Lavrov, se reunió con los sectores del gobierno y la oposición no extremista que intentan alcanzar acuerdos políticos para gestionar la crisis interna en una Mesa de Diálogo convocada por el jefe de Estado. A su salida, Lavrov insistió en que han de ser los venezolanos quienes resuelvan sus diferencias a través del diálogo y sin injerencia de otros países. 

 

(LaIguana.TV)