Un estudio desarrollado por el Instituto de Salud Carlos III de Madrid indica que el virus SARS-CoV-2 se hallaba ya presente en España desde mediados del pasado mes de febrero, y que su acceso al país se produjo a través de múltiples entradas, por lo que no cabe hablar de un único ‘paciente cero’ como inicio del brote epidémico.

 

Estas conclusiones han sido posibles gracias al análisis de los 28 primeros genomas del virus descifrados en España, coincidentes con las tres grandes familias del covid-19 identificadas en el mundo, denominadas S, G y V. No obstante, el estudio se apoya también, necesariamente, en la lectura previa de los casi 1.600 genomas completos del virus leídos por la comunidad científica internacional hasta finales del pasado mes de marzo.

 

La dinámica reproductiva del nuevo coronavirus permite hasta cierto punto una reconstrucción eficaz de la historia de la pandemia: cuando el virus infecta una célula humana efectúa hasta 100.000 copias de sí mismo en el transcurso de las siguientes 24 horas. En cada copia pueden surgir pequeños errores, que se perpetuarán en cadena, convirtiéndose en pistas que los investigadores utilizarán para el rastreo ordenado del origen de los contagios.

 

Múltiples rutas de transmisión 

 

El estudio, capitaneado por el  bioinformático Francisco Díez, ha detectado que trece de los genomas analizados en España pertenecen a la familia S, y los tres primeros proceden de muestras tomadas durante los días 26 y 27 de febrero en Valencia, exactamente una semana después de que 2.500 españoles se desplazaran a Milán, en la zona de Italia considerada como uno de los epicentros mundiales de la pandemia. Habían viajado hasta allí para ver el partido de fútbol que enfrentaba al C.F. Valencia contra el Atalanta en el gran estadio de San Siro.

Este partido fue señalado poco más tarde por el alcalde de Bérgamo como «una bomba biológica» que parecía explicar por sí misma la disparada propagación del virus tanto en Italia como posteriormente en España. Sin embargo, el reciente estudio del Instituto de Salud Carlos III sugiere que la familia S del virus ya circulaba por España algunos días antes, en torno al 14 de febrero, y pocos días más tarde, sobre el 18, ya existían casos de la familia G en Madrid. 

 

Los resultados de este rastreo descartan por lo tanto la existencia en España de lo que los epidemiólogos llaman paciente índice auténtico o ‘paciente cero’ como detonante del virus en el país, portando un solo tipo de cepa vírica: tanto los accesos del coronavirus a España como las familias ya detectadas desde mediados de febrero se consideran ahora múltiples.

 

En este sentido, las conclusiones recogidas en el estudio establecen que «se han detectado múltiples introducciones de SARS-CoV-2 en España y al menos dos dieron como resultado la aparición de grupos transmitidos localmente, con una mayor difusión de uno de ellos al menos a otros 6 países». Los investigadores subrayan, a la vista de los datos registrados, «el potencial extraordinario» del nuevo coronavirus «para una difusión geográfica rápida y generalizada».

 
 

El estudio del primer genoma completo

 

Los resultados de este trabajo son coherentes con los obtenidos por la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica (Fisabio) y la Universidad de Valencia, que obtuvieron los primeros genomas completos del virus SARS-CoV-2 en España, y los estudiaron para «identificar con mayor fiabilidad los focos y las cadenas de transmisión del coronavirus», tal como detallan en su comunicado al respecto. «La principal conclusión del análisis de las primeras muestras es que las cepas proceden de rutas de transmisión diferentes», explicó el investigador Fernando González Candelas, conductor del proyecto.

 

Preguntado este jueves por estos hallazgos científicos, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, respondió en la rueda de prensa diaria que ya se sabe que «no hubo claramente un paciente cero», si bien no pueden determinar tampoco «si fueron 15, 20 o 50 entradas» las que facilitaron la penetración del virus en España. En opinión de Simón, si la introducción se hubiese debido a un supuesto ‘paciente cero’ «no hubiese habido una explosión como hubo».

 

En cuanto a la circulación de contagiados desde febrero, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias reconoció que «si existía esa circulación, no fue detectada por el servicio de salud».

 

 

(RT)