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La tarde de este jueves, el ministro para la Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, mostró un video-confesión en el que Airan Seth Berry, uno de los mercenarios estadounidenses aprehendidos por su participación en el fallido intento de invasión a través de la costa, explica su papel en la operación así como los objetivos que esta perseguía. 
 
 
Berry, de 41 años y residenciado en los Estados Unidos, es definitivamente menos locuaz que Luke Denman y evita, en lo posible, responder extensamente a lo que se le pregunta, aduciendo que no sabe o que no recuerda con precisión ciertos detalles imposibles de olvidar, como la dirección de su propia casa, por ejemplo.
 
 
Al ser interrogado sobre este punto, el exmarine, que se unió a la Armada en 1996, dijo: «Tengo una dirección, solo que no la tengo acá. No la tengo y no la puedo recordar». 
 
 
Algo similar ocurrió cuando se le pidió que precisara cuánto dinero percibiría por sus servicios, se negó en redondo a dar una respuesta: «No lo sé exactamente», contestó. Luego trató de justificar que su desconocimiento se basaba en que «se suponía» que «solo sería por dos semanas». O sobre el tipo de entrenamiento que había recibido, del que apenas mencionó que era «avanzado». 
 
 
Cuando el interrogador le inquirió sobre el sitio en el que se había hospedado en Riohacha, ya no fue evasivo sino que sus respuestas se contradijeron. Primero aseguró que se había alojado «en una casa» y en una repregunta contestó que había vivido «en varias casas, en tres casas».   
 
 
Sobre la «propuesta de trabajo» que le hiciera Jordan Goudreau, fue menos evasivo. Inicialmente respondió: «Venir aquí, a Venezuela, y dar apoyo». Posteriormente, ofreció detalles acerca del fallido ataque del que participó, incluidos aspectos de la fase preparatoria. 
 
 
Sobre los objetivos de la misión mencionó que tenían algunos específicos, de los que no ofreció detalles, y como adenda particular, remachó: «Asesinar a Maduro». 
 
 
El mercenario confesó que la persona a cargo de la operación era Antonio Sequea Torres, conocido bajo el alias de «León». Además, estuvo a cargo de un grupo de entre 50 y 60 personas, a los que instruyó en la toma de edificaciones, «lo básico: despejar adentro, despejar las calles» algo que, según él, ya sabían. 
 
 
Airan Berry aseguró que pisó Colombia por primera vez en compañía de Luke Denman y «Alex», una mujer que, según el testimonio ofrecido por Denman, les habría trasladado desde Barranquilla a Riohacha, en donde fueron recibidos por Sequea Torres. 
 
 
Denman y él tendrían como tarea principal tomar el aeropuerto tan pronto como les fuera posible, para luego «traer otros aviones» y «aconsejar a las fuerzas que iban a entrar». 
 
 
El exmarine dijo que no comprendía por qué el gobierno de su país atacaba a Venezuela, si esta no representaba una amenaza y admitió que en el caso de que ocurriera una acción semejante a la que ellos protagonizaron, «definitivamente, buscarían proteger al presidente», con lo que, de alguna manera asumió que su detención estaba plenamente justificada. 
 
 
Como Denman, Berry también aseguró que conocía acerca del contrato suscrito por Juan Guaidó, J.J. Rendón y Jordan Goudreau. 
 
 
«Este contrato fue publicado hace varios días por Jordan Goudreau y describe mis responsabilidades con Silvercorp. Está firmado por Juan Guaidó, Jordan Goudreau y Juan Rendón». 
 
 
En el mismo orden de ideas, cuando se le preguntó si estaba al corriente de que Juan Guaidó actuaba ilegalmente al firmar ese contrato y que «es un delito patrocinar acciones insurgentes en contra del pueblo venezolano», Berry respondió sin titubeos: «Entiendo lo que estás diciendo».
 
 
Otro tanto sucedió al inquirírsele acerca de su participación en el entrenamiento de grupos irregulares en Colombia, a sabiendas de que era un delito. Se excusó, alegando que ahora sabía que era ilegal, pero que antes tenía una idea distinta sobre ello. 
 
 
Fiel a su parquedad y ambigüedad, el estadounidense tampoco fue coherente cuando se le preguntó acerca de la persona que les recibió en la Alta Guajira. «No lo sé, no fui parte de eso», fue su respuesta inicial. No obstante, luego dijo que sí había visto a un hombre en silla de ruedas, pese a que no habló con él, pues el encargado de esas interacciones sería Antonio Sequea. 
 
 
Este hombre en silla de ruedas sería Elkin López, alias «La Silla» o «Doble Rueda», un narcotraficante que opera en la región y que, según Denman, fue el financista de la operación paramilitar con la que se pretendía derrocar al Gobierno Bolivariano y asesinar al presidente Nicolás Maduro. 
 
 
El detenido culminó su confesión, aseverando que el Estado venezolano le había respetado sus derechos humanos. 
 
 
(LaIguana.TV)
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