A tres meses de las elecciones y con un cuadro completamente adverso, al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, solo le quedan las cartas de una vacuna contra el Covid-19 (que sea viable antes se noviembre) o una guerra con China para tener alguna oportunidad de ser reelecto. Por lo pronto se ha dedicado a sembrar dudas sobre la transparencia del proceso electoral.

El escenario político preelectoral de EEUU fue abordado en profundidad por Miguel Ángel Pérez Pirela en la emisión de Desde donde sea del jueves 30 de julio.

La consideración del tema comenzó por el aspecto más novedoso, la advertencia de Trump de que bien podría desconocer el resultado electoral si considera que se ha producido un fraude.

«Trump asomó que acaso no reconozca las elecciones porque todo indica que habrá fraude. También planteó que podría decidir un aplazamiento de los comicios hasta que estén dadas las condiciones para votar. La senadora Nancy Pelosi,  su archienemiga, le respondió citando el artículo 2° de la Constitución de EEUU, en el que se estipula que es el Congreso el que puede determinar el tiempo de elegir los electores y el día en que le darán sus votos, que será el mismo día en todo EEUU».

El moderador leyó la declaración de Trump:

“Con la votación universal por correo (no la votación ausente, que es buena), [las presidenciales de] 2020 serán las elecciones más inexactas y fraudulentas de la historia. Será una gran vergüenza para EE.UU”.

«Cuando dice esto, debe ser que él sabe algo que nosotros no sabemos. Trump en la segunda parte advierte que no reconocerá el resultado si hay fraude. En esto tiene razón pues toda elección en Estados Unidos tiene algo de fraudulenta, porque no son elecciones directas, sino de segundo grado y muchas cosas se resuelven entre gallos y medianoche. Por eso ha habido presidentes que perdieron el voto popular y ganaron el de los colegios electorales», señaló.

La vacuna

«Trump apuesta todo lo que tiene, toda su gestión, absolutamente todas sus esperanzas a la posibilidad de que su gobierno ponga a disposición de la gente una vacuna contra el Covid-19, pero tiene en su contra el factor tiempo porque ya faltan solo tres meses y dos días para las elecciones. ¿Cómo hace para ganar si incluso está perdiendo en lugares importantísimos, que nunca antes se habían perdido, como Florida. Desde hace 80 o 90 años, los republicanos no pierden Florida. Se espera un resultado para la historia electoral de EEUU», apuntó Pérez Pirela.

La pandemia es el factor crucial que gravita sobre las elecciones. El miércoles 29 fallecieron más de 1 mil 400 personas en un día en EEUU, y el país ya superó los 150 mil muertes por el coronavirus. «Mueren unas mil personas por día. Si se mantiene el ritmo, para el día de las elecciones habrá unas 80 mil o 90 mil muertes más. Matemáticamente van a celebrar elecciones superando los 200 mil fallecidos», especificó.

«Trump estuvo en Texas y prometió que la vacuna va a estar lista pronto -prosiguió-. Se peleó con China; tiene una relación condescendiente, con Rusia porque le teme a Putin; salió de la Organización Mundial de la Salud; los desempleados se cuentan por decenas de millones; tiene protestas callejeras por el racismo. Es un inminente ahogado en medio de una tempestad en mar abierto. Su tabla de salvación es la vacuna que le está creando la empresa a la que le ha dado muchos millones de dólares y la Oxford University. Tiene las esperanzas de contar con la vacuna entre agosto y octubre para reavivar su moribunda campaña electoral».

Acotó que en su visita a Texas, Trump evidenció su desesperación al hablar de Venezuela. «Dijo que si votan por Biden, EEUU se quedará sin medicinas y comida, como Venezuela… Pero también se van a quedar sin Trump, que ha sido un factor fundamental para que en Venezuela escaseen estos productos, mediante el bloqueo. No cabe la menor duda que Trump es uno de los peores azotes que han caído sobre EEUU», expresó el filósofo y comunicador.

Crisis sanitaria y económica

La crisis que vive EEUU es general. Algunas estadísticas ayudan a perfilarla. El país tiene solo 4% de la población mundial, pero un 25% de los contagiados del planeta, debido a la muy mala gestión de Trump. Esto ha llevado a un bárbaro retroceso histórico en la economía de EEUU, que alcanzó 32,9% del PIB en el segundo trimestre, según datos oficiales.

Tales resultados marcan el peor desempeño desde que comenzaron los registros del PIB en 1947, después de la Segunda Guerra Mundial. Leyó una nota periodística en la que se indica que  «la caída del PIB refleja la respuesta al Covid-19, que implicó medidas de confinamiento entre marzo y abril, que fueron parcialmente compensadas por la reapertura de una parte de la actividad en algunas regiones del país en mayo y junio, según el Departamento de Comercio”.

«Claro, el Departamento de Comercio nunca va a decir que esto no depende solo del Covid-19, sino de la mala gerencia del gobierno ante la pandemia», comentó.

Continuó la lectura del informe:

“La contracción se debe en gran medida a la caída del gasto en consumo, que es el principal motor del PIB y que se desplomó 34,6% en el segundo trimestre. Los gastos en servicios, un sector que sufrió de lleno el golpe de la crisis, bajaron 43,5%.En tanto las inversiones privadas cayeron un 49%. Por el contrario el gasto del gobierno federal subió 17,4% debido a los paquetes de ayuda para los hogares y las empresas para combatir la crisis».

Recordó que estas ayudas son temporales por lo que unos 20 millones de trabajadores inscritos en las listas de desempleo van a dejaría de recibir el subsidio en agosto.

«El reporte difundido el jueves por el Departamento de Trabajo marca la 19na semana consecutiva en que más de un millón de personas piden ayuda por desempleo. Antes de la pandemia, esa cifra nunca superó los 700.000. La economía estadounidense sufrió una espectacular contracción en el segundo trimestre debido a la pandemia del coronavirus con una caída del PIB de 32,9%, según los datos del Gobierno. La contracción, que es menor a las expectativas de los analistas, igualmente marca el peor desempeño de la historia, desde que comenzaron los registros en 1947»,  refirió, basándose en piezas periodísticas.

Trump haciendo pucheros

Anotó Pérez Pirela que el pésimo panorama ha llevado a Trump a victimizarse públicamente. «Con un cierto sarcasmo, aunque con aires de confesión espontánea no planificada, dijo que ‘lo que pasa es que ahora no le gusto a nadie’, e hizo un puchero. La noticia dio la vuelta al mundo porque trata de justificar su caída en las encuestas».

Recordó que en el  programa se ha hablado varias veces del doctor Anthony Fauci, un importante infectólogo asesor del gobierno estadounidense.

«Aunque es su asesor, Trump ha pretendido colocarlo varias veces en el sillón del ridículo, refutando sus afirmaciones científicas, a pesar de que Trump sabe de medicina lo que sé yo de podología. Lo cierto es que Fauci goza de una grandísima popularidad en EEUU y Trump se pregunta cómo es posible que quieran al doctor y no lo quieran a él, que es su  jefe. Por esa envidia, Trump tiene ganas de botarlo, pero si lo bota, sus niveles de popularidad serían todavía más subterráneos».

Para no dejar duda, citó textualmente las palabras de Trump:

“Yo no gusto a nadie. Solo puede ser por mi personalidad. Eso es todo. Fauci tiene un alto índice de aprobación. Entones por qué ni yo ni la administración tenemos un alto índice con respecto al virus”. 

Macartismo

Otro argumento que Trump intenta meter en la campaña es el macartismo. Para ello apela, según el  analista, a una trasnochada persecución contra unos adversarios comunistas que no existen. «Hemos visto a Trump recurriendo a la supina ‘ininteligencia’, valga el neologismo, de plantear que Biden es socialista o comunista, que va a llevar a EEUU por el camino de la Unión Soviética».

Ese argumento le sirve para sembrar dudas sobre una posible incidencia extranjera en las elecciones. Citó nuevamente a Trump:

“Los demócratas hablan de influencia extranjera en la votación, pero saben que la votación por correo es una manera fácil para que los países extranjeros entren en la carrera. ¡Incluso más allá de eso, no hay un conteo exacto!”.

A su juicio, se trata de una cacería de excusas para justificar la debacle que reflejan las encuestas.

«Los sondeos indican que Trump pierde la Florida 51% a 46%, un estado que ha sido republicano durante los últimos 96 años. Es una muy mala noticia. Texas no lo tiene bien tampoco. Perdiendo Florida y con números de Texas, Trump se va para su casa», aseguró.

Glosó varias notas periodísticas  sobre las encuestas. En una de la cadena CNN, Biden lidera por 5 puntos en Florida, pero antes se había difundido  otra, de la Universidad de Quinnipiac, publicada a principios de la semana, que mostraba a Biden con una ventaja mayor:  51% frente a 38% de Trump.

«Trump no ha liderado ninguna encuesta desde mayo en Florida y este es probablemente el estado que más cumple con la definición de ‘debe ganar’ para Trump si quiere ser elegido para un segundo mandato, y está perdiendo. Ningún republicano ha ganado la presidencia sin Florida desde Calvin Coolidge en 1924. La última vez que el estado votó más demócrata que el país en general en una elección presidencial fue en 1976», reseñó.

Continuó leyendo las opiniones de los analistas:

“Biden, por otro lado, tiene un camino claro para obtener 270 votos electorales sin Florida. Biden ha tenido entre 6 y 12 puntos de ventaja en encuestas publicadas esta semana de Michigan y Pensilvania. Esto incluye ventajas de 6 y 12 puntos en Michigan de acuerdo a las encuestas de CBS News/YouGov y CNN/SSRS, respectivamente, publicadas el domingo. Encuestas de alta calidad de junio le dieron a Biden una ventaja promedio de 10 puntos en Wisconsin. Si Biden agrega todos esos estados a su columna más los 232 votos electorales de los estados que Hillary Clinton ganó en 2016, obtiene 278 votos electorales.”

«Ganar Florida le daría a Biden muchas opciones de respaldo dado que vale 29 votos electorales. Si Biden agrega los 29 votos electorales de Florida a los estados que Clinton obtuvo en 2016, obtiene 261 votos electorales. Biden necesitaría solo 9 votos electorales más para obtener una mayoría del colegio electoral. Podría agregar cualquier otro estado que Trump ganó en 2016 por 9,0 puntos o menos».

«Florida es diversa desde el punto de vista geográfico y demográfico de los estados de la región de los Grandes Lagos que son campo de batalla. Si Biden tropieza en la mayoría de los estados cambiantes de la región, posiblemente podría aferrarse a Florida y añadir el diverso estado de Arizona. Biden ha estado por delante de Trump de manera consistente en Arizona, y estaba arriba por 4 y 5 puntos en las últimas encuestas de CNN/SSRS y NBC News/Marist College del domingo. Además, Biden podría ganar uno de esos estados campo de batalla de los Grandes Lagos y Florida para obtener 270 votos electorales. Biden podría, por ejemplo, agregar Michigan (16 votos electorales) a su columna y sería suficiente. La última vez que un demócrata ganó el estado por más de 6 puntos fue en 1948. Ningún candidato de ninguno de los partidos ganó el estado por más de 6 puntos desde 1992».

Pérez Pirela reiteró que con Florida registrando más de 9 mil hospitalizaciones en un día, Trump la tiene muy difícil. «Según analistas estadounidenses no debería sorprendernos si el margen en Florida se vuelve más estrecho en la recta final. Eso es exactamente lo que sucedió en las elecciones de medio término de 2018, cuando los candidatos republicanos para gobernador y para el Senado obtuvieron victorias por menos de un punto».

Destacó que en Florida tienen peso los votos cubanos y ahora también de los venezolanos opositores al presidente Nicolás Maduro que ven con malos ojos la gestión de Trump al apoyar a un Juan Guaidó, que ha hecho el ridículo continental.

Una usuaria pregunta si Biden es mejor que Trump. «Es igual que Trump. Todo presidente de los EUUU es igual a todo presidente de los EUUU y si no es igual, pues será asesinado. Acá no apoyamos a uno o a otro. Solo queremos dibujar una especie de cartografía de las predicciones a tres meses antes de las elecciones. Esto en política es una eternidad, pero las estadísticas indican que cada día que pase la situación será peor».

¿Una guerra con China?

«La historia nos dice que cada vez que en EEUU hay vientos de guerra, un estado de guerra, el votante se concentra alrededor del presidente de turno. Esto hace pensar a muchos analistas que de no aparecer la vacuna; de continuar los contagios por miles; de seguir las protestas por el tema racial y la caída vertiginosa de la popularidad de Trump y de su gobierno, este podría optar por una excusa de guerra y podría ser China», alertó el conductor de Desde donde sea.

«No se excluye que estos tres meses, Trump pueda poner a EEUU en guerra para concentrar en su figura el apoyo de los votantes y ser reelecto. Esto es muy peligroso para la estabilidad geoestratégica planetaria y la paz de todos nosotros -subrayó-. Lamentablemente, todos los elementos que hemos analizado hacen pensar que podría apelarse a este muy desgraciado e ingrato expediente electoral que, por cierto, ha caracterizado algunas de las elecciones de EEUU».

Una persona de la audiencia observó que «China no es ninguna papita para los gringos». Pérez Pirela estuvo de acuerdo, pues no solo tiene el mayor poderío económico en general, sino también el control sobre la deuda estadounidense.

Otra usuaria consultó sobre quién ocupará el cargo de vicepresidente en caso de ganar Biden. «Se han barajado varios nombres, entre ellos el de Michelle Obama, la esposa del expresidente y también el de otras mujeres. La fórmula es un Biden otoñal, que terminaría su mandato con más de 80 años, acompañado de una mujer», respondió.

Libro
La recomendación de lectura de la noche fue Diario de Bucaramanga, del general francés Luis Perú de Lacroix.

(LaIguana.TV)