El Nuevo Herald, medio de comunicación asentado en Miami y tribuna tradicional del anticastrismo y del antichavismo radical, publicó este jueves una noticia falsa acerca del estado de salud del presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello. Específicamente, aseguraron que su cuadro era «reservado», pues «se encontraba conectado a un respirador artificial» en un hospital de Caracas.

Empero, para echar por borda esta falsía, por la tarde, Cabello informó a través de su cuenta en Twitter que después de casi un mes de estar batallando contra la Covid-19, había recibido el alta médica.

«Doy gracias a Dios, a José Gregorio Hernández, a la Virgen, a las oraciones de este Pueblo hermoso, por acompañarme en este primer mes de batalla, al personal médico y de enfermería, a mi familia, a ustedes gracias por tanto amor. Saliendo hoy de alta médica. ¡Nosotros Venceremos!», reza su tuit.

Durante la mañana, el Nuevo Herald, refiriendo «fuentes cercanas a la situación», aseguró que el dirigente chavista, a quien le fue prescrito reposo absoluto tras haber sido diagnosticado con Covid-19 el pasado 9 de julio, «se encuentra conectado a un respirador artificial en el hospital militar de Caracas bajo un cuadro de salud descrito como reservado».

Asimismo, según esas fuentes anónimas «el personal médico que atiende al presidente de la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela se vio obligado a colocar el respirador nuevamente luego de que se lo quitaron durante el fin de semana y el paciente demostrara dificultad para respirar por su propia cuenta».

Esta nueva mentira intentó sustentarse en el hecho de que el pasado lunes 4 de agosto, Cabello realizó una intervención telefónica, en medio de la videoconferencia que el presidente Nicolás Maduro llevaba a cabo con miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), del que es primer vicepresidente.

Inmediatamente, periodistas y medios ligados a la derecha local, como la española Esther Yáñez, inundaron las redes sociales con mensajes en los que se ponía en tela de juicio que quien hablaba era el presidente de la ANC, toda vez que su voz se notaba afectada, una secuela perfectamente atribuible a la Covid-19 y que ha sido ampliamente documentada.

Por su parte, en la misma alocución, Maduro desmereció los comentarios de quienes alentaban esa matriz de opinión falsa y les llamó «imbéciles»: «Ya los escuálidos están diciendo, las matrices de laboratorio, que el que está hablando no es Diosdado. Imbéciles, son unos imbéciles. Si no es Diosdado, ¿quién es entonces?, ¿Guaidó?, ¿Leopoldo López?, ¿Ramos Allup?», dijo entonces.

Insistiendo en la siembra de zozobra a través de la divulgación de noticias falsas, en el texto del diario miamero se sostiene que «la información es confirmada en momentos en que las redes sociales en Venezuela se ven inundadas con anuncios de que Cabello, de 57 años, perdió la batalla contra el Covid-19, pese a una grabación de voz supuestamente perteneciente a él transmitida está semana por el régimen de Nicolás Maduro».

Ayer miércoles, el político había escrito un mensaje de agradecimiento a sus seguidores de Twitter por sus oraciones y el pasado 4 de agosto envió un mensaje al Comandante General de la Guardia Nacional en ocasión de celebrarse otro aniversario del cuerpo, que rápidamente se viralizó en las redes.

El Nuevo Herald, haciéndose eco de los cuestionamientos de un sector minoritario dentro de la opinión pública venezolana, dijo que la grabación había sido «ampliamente cuestionada (…) por la falta de parecido con la voz y estilo de conversación de Cabello» y rematan el texto diciendo que «el chavismo, entre tanto, ha estado transmitiendo mensajes de que Cabello se recupera satisfactoriamente, con sus dirigentes burlándose de los rumores de que ya ha fallecido, calificándolos como malos deseos de personajes desesperados de la oposición venezolana».

El devenir de los acontecimientos demuestra que, una vez más, sectores de la mediática internacional ligados a la oposición venezolana, en lugar de decir la verdad, prefieren esparcir rumores y mentiras sobre Venezuela y sobre los miembros del Gobierno Bolivariano para congraciarse con sus audiencias.

Otras matrices de manipulación 

Durante una transmisión telefónica del mensaje del Constituyente Diosdado Cabello, el pasado 3 de agosto, la “periodista” española  Esther Yáñez, en un reiterado acto de amarillismo sobre la realidad venezolana, puso en tela de juicio la legitimidad de la voz del también Primer Vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela y segundo al mando del chavismo.

A través de su cuenta en la red social Twitter, Yáñez mintió descaradamente, al decir que la voz que escuchaba el país en el contacto con el presidente de la República Nicolás Maduro, no era la de Diosdado, sin tomar en cuenta los varios estudios científicos sobre cómo el coronavirus afecta las cuerdas vocales.

(LaIguana.TV)