Juan Francisco Espinosa, director de Migración Colombia, mintió descaradamente al asegurar que Venezuela había cerrado sus fronteras e impedía el ingreso de sus propios connacionales; decisión unilateral que, según él, afectaría fundamentalmente al departamento de Norte de Santander y la ciudad de Cúcuta, razón por la cual su gobierno se habría visto obligado a desplegar un plan para «proteger» a los venezolanos.

«Hay que entender que este tipo de decisiones no han sido adoptadas por el gobierno de Colombia, ni por el departamento, ni por las alcaldías sino por Venezuela. En ese sentido, nosotros lo que procuramos es tomar medidas inmediatas que protejan la vida y la salud de estas personas», dijo Espinosa desde Bogotá, durante una videoentrevista concedida a un medio colombiano.

Para otorgar veracidad a su especie, Colombia realizó un importante despliegue mediático en el Puente Internacional Simón Bolívar y difundió imágenes en las que se mostraba un aparente cierre del paso fronterizo.

En realidad, se trataba de una suspensión temporal debido a una jornada de desinfección realizada por las autoridades venezolanas para disminuir el riesgo de nuevos contagios de Covid-19 y ya a las 10:00 de la mañana, el ingreso de connacionales se sucedía como siempre: bajo estrictos protocolos sanitarios.

A sabiendas de que mentía, el funcionario neogranadino mencionó que se había desplegado «todo un operativo coordinado con las alcaldías, con la gobernación, con nuestras fuerzas militares y de policía, para efectos de tomar el control de la zona, hacer un llamado de atención y razonabilidad a estas personas».

Este nuevo falso positivo se sucede a las acusaciones infundadas que profiriera ayer Iván Duque, relacionadas con una posible compra de armas a Irán, Rusia y Bielorrusia por parte del gobierno venezolano y se inscribe dentro de la estrategia de «máxima presión» anunciada por Washington para derrocar al presidente Nicolás Maduro antes de diciembre.

Para la administración Trump, Colombia representa su aliado más firme en la región y durante los últimos dos años, el país ha sido utilizado como base de operaciones para planificar intentos de magnicidio, golpes de Estado e invasiones armadas en contra de Venezuela.

(LaIguana.TV)