Con ocasión de la anulación del dictamen de un tribunal inglés con el que se otorgaba a Juan Guaidó el control de las 31 toneladas de oro de la República que reposan en las bóvedas del Banco de Inglaterra, Miguel Ángel Pérez Pirela explicó que una de las razones por las cuales había triunfado la defensa del Banco Central de Venezuela en el Tribunal de Apelaciones el pasado 5 de octubre es que Londres y Caracas no han roto relaciones diplomáticas y mantienen sus respectivos embajadores, pese al intento de Guaidó y del propio gobierno de Boris Johnson en asegurar lo opuesto. 

Así, en su criterio, «decir que el gobierno de Inglaterra no reconoce a Nicolás Maduro es un adefesio incluso diplomático, porque, de facto, hubo intercambio de las respectivas acreditaciones», subrayó.

El 2 de junio, un tribunal comercial inglés «anunció que el gobierno del Reino Unido reconocía ‘inequívocamente'» al parlamentario «como presidente interino constitucional de Venezuela» y le otorgó el control del oro venezolano, aduciendo que en su calidad de «presidente interino», formaba parte de la Junta Directiva del Banco Central de Venezuela, refiriéndose con esto a otro de los paraorganismos inventados por el Proyecto Guaidó y no al ente público venezolano, que en este caso era parte demandante.

Pérez Pirela refirió que este «éxito» de Guaidó en julio, estuvo antecedido de sendas comunicaciones que envió el político extremista a la exprimera ministra, Theresa May, y al director del Banco de Inglaterra para el momento, Mark Carney, a quienes les solicitó «que no se le entregara el oro al gobierno de Nicolás Maduro, argumentando que se usaría con supuestos fines corruptos».

El alegato esgrimido por Guaidó –»yo robo para que otro no robe antes que yo»–, resulta, a su parecer, completamente cuestionable, en virtud de que en poco menos de dos años, «ha robado (…) empresas trasnacionales venezolanas como Citgo, en Houston; como Monómeros, en Colombia, ha bloqueado y ha tratado de bloquear cuentas internacionales del pueblo venezolano, ha tratado de robarse 31 toneladas de oro».

A esto ha de añadirse que todavía no está claro para qué usarían los fondos públicos Juan Guaidó y los miembros de su grupo, salvo que no se emplearían para atender las necesidades de la población derivadas de la pandemia, pues según Vanessa Neumann, representante de Guaidó en Londres, estos dineros no son «una cuenta corriente para aprovecharla para atender una crisis temporal».

En contraste, señaló el experto, el gobierno del presidente Nicolás Maduro solicitó que el monto equivalente a las 31 toneladas de oro se traspasara a organismos internacionales adscritos a las Naciones Unidas «como inversión social» en el marco de la pandemia.

«Pero Neumann dice que esto no es ninguna cuenta corriente para utilizarlos en una crisis temporal. ¿Y para qué los utilizará Juan Guaidó y esta señora Neumann y Leopoldo López y Julio Borges y Ledezma? ¿Para seguir dándose la gran vida que se están dando fuera de Venezuela?», cuestionó.

(LaIguana.TV)