Un segundo gobierno de Donald Trump podría ser menos peligroso para Venezuela que una administración dirigida por Joe Biden, consideró el internacionalista Sergio Rodríguez Gelfenstein, en una entrevista concedida a LaIguana.TV a pocas horas del desenlace electoral de Estados Unidos.

Su postura, que parece ir a contracorriente, se basa en que en un segundo mandato, ya Trump no tendría la presión de ser reelecto, razón por la cual podría desentenderse de la presión perniciosa del lobby de Miami, que hasta ahora ha sido clave en su política de línea dura contra Venezuela.

Rodríguez Gelfenstein expresó que es necesario analizar cuáles fueron los desarrollos internos en la política de EEUU que condujeron a la elección de Trump en 2016. Una primera consideración es que el status quo recurrió por primera vez a un outsider para tratar de ponerle coto a una crisis económica que se ha prolongado por casi 40 años, si se cuenta a partir del momento en que el país dejó de tener un crecimiento económico suficiente para mantener su rango de superpotencia. “Este viraje, este estilo que ha remecido la forma tradicional de hacer política en EEUU, se está sometiendo ahora a referendo. Los hechos demuestran que ese estilo es rechazado por una parte importante de la población, pero no por toda”.

Señaló que el voto no solo está influido por la realidad real, sino también por la que construyen los medios de comunicación, que es avasalladora y aplastante, especialmente en un país con una ciudadanía ignorante, como es la de EEUU.

Según el entrevistado, el tema racial es aparente en la sociedad estadounidense, pues los negros que están luchando por sus derechos, lo que quieren en el fondo es tener la misma posibilidad que los blancos de subirse a un barco e ir a matar a otros negros a África, sin remordimientos. “Lo que hay allí es un problema de marginalidad social, los negros están marginados, pero no reclaman un cambio social sino que luchan por su derecho a ser imperialistas”.

Ni siquiera el tema de la pandemia ha tenido, a juicio de Rodríguez Gelfenstein, un impacto de la envergadura que debería tener, si se considera que en unos pocos meses han muerto 225 mil personas, mientras en Vietnam, un evento traumático para la sociedad estadounidense, cayeron 58 mil soldados en once años.

Sobre las advertencias de Trump acerca del posible desconocimiento de un resultado desfavorable, el internacionalista lo calificó de bravatas y dijo no poder imaginarse a las fuerzas armadas de EEUU interviniendo a favor de uno u otro candidato, salvo que se llegue a una situación de colapso en la que las policías y la Guardia Nacional sean desbordadas.

Respecto a una fisura entre el bipartidismo y el pueblo de EEUU, expresó que existe sobre todo en los más jóvenes. “En las universidades, en los tanques de pensamiento y en ciertos sectores de la sociedad se cuestionan incluso sobre si están viviendo o no en una democracia. Pero una cosa es lo que ocurre y otra es cómo se expresa. Hasta ahora ha habido manifestaciones en términos sociales, pero en términos políticos es mucho más complicado. El sistema está diseñado para que solo los ricos tengan acceso al poder. Por eso, en términos electorales no tiene expresión esa protesta. Eso ha quedado en evidencia con lo que ha pasado con el senador Sanders”.

Al analizar las posibles repercusiones de las elecciones para América Latina y, específicamente, para Venezuela, puntualizó que una posible victoria de Biden no significa un cambio en la postura de Washington, pues “los demócratas son liberales en política interna, pero son imperialistas en política exterior”. Precisó que existen fundados temores de que un gobierno de Biden podría tener un fuerte componente de republicanos neocons con los que Trump rompió y que se han acercado al abanderado demócrata. Entre ellos se cuenta Robert Kagan, quien fue asesor del gobierno de Bush.

Bajo esta óptica, estima posible que un gobierno de Biden regrese a dos de los grandes éxitos de la política exterior de Obama: el acercamiento a Cuba y con Irán. “Creo que podría haber una nueva aproximación a Cuba, pero para Venezuela se va a mantener lo mismo. Hay tres países con los que todo seguirá igual o quizá se vuelvan más críticas las divergencias: Rusia, China y Venezuela. Hay que recordar que el verdadero partido imperialista de EEUU es el Demócrata. Yo estoy entre los que creen que un gobierno de Biden va a ser peor que otro de Trump. Si tuviera forzosamente que escoger, votaría por Trump. Lo haría porque creo que en un segundo gobierno sería mucho más pragmático, pues estarían deslastrado de la posibilidad de reelegirse. Se desentendería de la alianza con Marco Rubio, a la que tuvo que acudir para que el senador le garantizara los votos de Florida. Tal vez entonces revisaría la política para América Latina en términos de hacer un buen negocio, como se lo ha sugerido los industriales del petróleo en varias cartas en las que han defendido la idea de volver a trabajar con Venezuela”.

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)